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©Pablo Felipe Pérez Goyry

23 de julio de 1999

Colombia: Presente y Futuro...

Por Pablo Felipe Pérez Goyry
24 de julio de 1999.

Colombia, país donde anarquía y desorden son pan de cada día; está en una encrucijada y pocas salidas.

Situada al norte del llamado cono sur americano, tiene una superficie de 1'141, 748 kilómetros cuadrados. Los nueve mil kilómetros de frontera, están compartidos con Ecuador, Perú, Brasil y Venezuela. Se beneficia de costas al Océano Pacífico y el Atlántico. La población supera los treinta y seis millones de habitantes.

Por más de cincuenta años, Colombia está embarcada en una suerte de prolongada guerra. El mayor anhelo, de los colombianos es sea una realidad, la paz.

El protagonismo de los partidos tradicionales - liberal y conservador- en antagonismo armado y político; engendraron heridas muy profundas y palpitantes, en la sociedad colombiana. Los narcotraficantes, también han causado muerte y dolor.

No son exclusivas consecuencias, las mencionadas, que generan problemas al pueblo colombiano. Las acciones, de guerrilla y grupos paramilitares, no poden olvidarse. Considerados por muchos - no a falta de razón - como "terroristas".

País agobiado por una dilatada beligerancia y constante inestabilidad económica. Cada momento es descubierto un problema de corrupción, en los diferentes estratos sociales, políticos y económicos. Al 20 por ciento se eleva el desempleo. La crisis educacional es alarmante.

Justificación y opiniones - filosóficas unas y utópicas otras- de los actores armados; no convencen a nadie. Sus actividades, más delictivas que política, están destruyendo Colombia.

Iniciativa para dialogar y conseguir la paz, han sido inútiles, en más de una oportunidad.

Negociación, con el ELN - segundo grupo insurgente de importancia, con más de 5,000 guerrilleros -, se iniciaron, por primera vez, en julio de 1998. Se aborta.

Nuevo ensayo entre el ELN y representantes de la Sociedad Civil colombiana, permite sea rubricado el "Acuerdo de la Puerta del Cielo", en Maguncia, ciudad alemana, en 1998.

Este pacto procuraba, del gobierno, un despeje militar en cuatro municipios, al norte de Colombia; para celebrar una Convención Nacional.

Esta, Convención, facilitaría la participación de toda la Sociedad Civil. El fin, confección de una agenda nacional. Sería el cimiento para una probable negociación entre el ELN y gobierno.

Buscando presionar, luego de firmar el "Acuerdo de Maguncia"; el ELN ejecutó dos secuestros masivos de civiles. En uno, secuestran los tripulantes y pasajeros de un avión de la Línea Avianca, en pleno vuelo. Cuando cubría el itinerario entre la ciudad de Barancabermeja y Bogotá, la capital.

Mientras el segundo, lo perpetran, en la Iglesia La María; en la Ciudad de Cali. Más de un centenar, de personas, fueron retenida en estos sucesos.

Esto suscitó que el gobierno se rehusara a todo, eventual, diálogo con el grupo guerrillero. Reivindicando, el presidente Pastrana, sin condiciones; fueran puestas en libertad todas las personas apresadas.

Andrés Pastrana, presidente de Colombia, y la comunidad internacional; catalogan al ELN - por estos y otros hechos- como "terroristas".

Desde ese momento, los insurgentes del ELN, perdieron su posible credibilidad y un espacio político.

Un nuevo proceso de conversaciones - para una probable firma de paz- se logra entre Pastrana y Manuel Marulanda Vélez (Tirofijo); jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP).

El primer acercamiento de Pastrana y Tirofijo - fue un encuentro el 10 de julio en 1998- se realizó en algún paraje de la selva colombiana; bajo control de las Farc-ep.

Reconocidas como la guerrilla más antigua, en América Latina, las Farc-ep cuenta con entre 10,000 y 14,000 combatiente.

Los contactos llevaron a un acuerdo, febrero de 1999, para establecer una mesa de trabajo. Estas reuniones se realizarían en una zona de 42 mil kilómetros cuadrados, bajo el control total de las Farc-ep. Según acuerdo entre las partes negociadoras.

Al transferirse el inicio oficial de los trabajos, con miras a establecer una agenda común, del 7, para el 20 de julio. Se inicia de esta manera el primer choque insensato - con el gobierno y el pueblo colombiano- de la Farc-ep. Se adelanta para el 19 de julio. Esta última fecha se suspende y traslada para el 30 de julio.

Hasta el momento, no han comenzado las negociaciones. Los colombianos continúan esperado la tan añorada paz. Mientras siguen los secuestros, matanzas y desapariciones.

A pesar de estas reuniones, las Farc-ep lanzaron una brutal ofensiva, el pasado jueves 8 de julio. La peor parte, como siempre, la sufrió en carne propia la población civil. Esta ofensiva, pretendía demostrar la fortaleza de las Farc-ep.

Estos enfrentamientos, entre él ejercito nacional y las Farc-ep, fueron un revés total para los insurgentes. Los muertos, en las filas de la guerrilla, fueron superiores a los 300 insurgentes.

A esto debemos añadir los llamados grupos paramilitares, formados en 1990. Ellos mantienen gran beligerancia contra los grupos guerrilleros. Son cientos los masacrados por estos grupos, además de los secuestros.

Para tener una idea actualizada sobre esta crisis colombiana, veamos algunas cifras. Estas muestran cuanto salvajismo existe en el conflicto armado de Colombia.

José Fernando Castro, Defensor del Pueblo, explicó recientemente: "Las Farc-ep en la llamada zona de despeje está fusilando a personas civiles, con estos hechos violan acuerdos sobre Derechos Humanos". Estas acusaciones las aceptó el vocero de las Farc-ep Raúl Reyes; en una entrevista, con medios de comunicación.

Noticias provenientes de la zona, dan cuenta de once civiles fusilados por el supuesto de ayudar o pertenecer a grupos paramilitares.

"También se conoció hay 34 civiles retenidos por las FARC, acusados de ser miembros de auto defensas; estos corren el peligro de ser también fusilados", argumento el Defensor del Pueblo.

En el balance, del primer semestre de 1999, la Defensoría del Pueblo, informó: "...fueron asesinadas 847 personas en 185 matanzas en ese periodo; esto representa un 68 por ciento - de incremento - con relación a 1998".

"Durante el mes de enero de 1999, se conocieron 30 matanzas - una por día - con un saldo de 189 muertos; mientras en mayo se registraron 37 crímenes colectivos el saldo, 158 muertos".

Otros datos suministrados, por el Defensor del Pueblo, registran: "52 crímenes cometidos por los paramilitares y 22 por las Frac". Además: "Los paramilitares mataron 328 personas en asesinatos colectivos y 110 las Farc-ep".

Por otra parte, responsabilizó al ELN de: " Seis matanzas que ocasionaron 18 muertos". Continuó manifestó el Defensor del Pueblo.

Otro aspecto del informe señala: " ... grupos armados sin definir, perpetraron entre enero y junio de 1999, un total de 21 matanzas, asesinando 78 personas".

Ha estas cifras se suman: "... 45 casos, con 160 muertes, atribuidos a ‘desconocidos".

Al conocer estas informaciones del Defensor del Pueblo, sobran las palabras.

Violencia y crisis económica incrementan, en las últimas semanas, el número de emigrantes colombianos, con deseos ir al exterior. Buscan mejores garantías, no solo para sus vidas, también económicas.

La deuda externa crece a ritmo alarmante. Una tasa cambiaría - peso colombiano con relación al dólar - inestable. El desembolso de sumas millonarias - del Banco de la República (Central) - con intención de frenar las constantes especulaciones.

Prueba de los ajustes económicos, es la Caja Agraria; al ser liquidada, envío al desempleo más de 7,000 trabajadores. Se espera liquiden tres bancos estatales más; esto dejará a otros 6,000 empleados sin trabajo.

La prohibición de entrar a suelo venezolano, de los camioneros colombianos, ha provocado fricciones serias entre ambos gobiernos.

El presidente Hugo Chávez; ha sostenido su aseveración: "... por no existir garantías para los camioneros venezolanos en carreteras de Colombia, no permitiremos entren los transportadores de carga colombianos en nuestro país". "El gobierno venezolano invoca ‘El Acuerdo de Cartagena y su artículo 204, de la decisión 399’. Este se refiere al libre transito, y exige a los estados signatarios del Pacto Andino garantizar la seguridad de los que van a la otra República". Afirmo el presidente venezolano.

Panamá también a sufrido las consecuencias de la impunidad en Colombia. Sus fronteras son violadas manera indiscriminada, por paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes.

Estados Unidos de América – al constatar todas las violaciones del territorio panameño - ha declarado: "Estamos preocupados, por los peligros, que estas violaciones pudieran tener para la estabilidad de Panamá y el buen funcionamiento en las instalaciones del Canal".

Perú, por su parte, en resiente declaraciones del presidente, Alberto Fujimori, indico: "La intransigencia ante posibles cruces de la frontera por narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros". Según Fujimori: "Tendrán que enfrentarse a las Fuerzas Armadas del Perú y las leyes del país. Estas medidas serán aplicadas, con el mismo rigor, que a los terroristas y delincuentes peruanos".

Ante estas verdades, el pueblo y gobierno colombiano no tiene por el momento una verdadera estrategia que permita, a corto plazo, alcanzar una paz perdurable. Tampoco se vislumbra una ética por parte de los actores armados. Sus actitudes no demuestran buena voluntad de paz.

La historia sobre movimientos de liberación nacional y de izquierda – que proliferaron en los años 50 y 60 en América Latina - no todos llegaron a final feliz. Solo dos movimientos lograron llegar, por las armas, al poder: el Ejercito Rebelde, liderado por Fidel Castro, en la isla de Cuba; y el Frente Sandinista de Liberación nacional(FSLN), en Nicaragua.

Por estos días, solo se mantiene en el poder contra viento y marea - sostenido en sólidos conceptos socialistas y apoyado por la mayoría del pueblo cubano - Fidel Castro. Los sandinistas, no demostraron unidad y perdieron el poder. Esto se comprobó en las urnas; en unas elecciones donde no sustentaron con veracidad su firme convicción militante de unidad nacional. A pesar de su capacidad de movilizar el pueblo, no a podido retomar el poder político; gracias a EE.UU.

Otros movimientos, como el Tupamaros, en Uruguay; fue desarticulado y derrotado. En el Salvador - la guerrilla- fue prácticamente obligada a negociar la paz, en ese país centroamericano.

Solo es posible una solución al conflicto armado y la intolerancia, en Colombia, si existe un alto al fuego total. Con una verificación y control internacional. Sin esta premisa, no tiene sentido hablar de diálogo y mucho menos de paz.

Cualquier filosofía debe sustentarse en serios conceptos de buena voluntad y ética; con un objetivo, el supremo bien a humanidad y el respeto elemental a la vida.

Hoy, es evidente la imposibilidad de encontrar la paz a corto plazo, mucho menos a mediano. Es cada vez más real, una eventual intervención militar - directa o indirecta - de Estados Unidos.

Queda claro; ante el impedimento de una paz negociada, solo se vislumbra una solución por la fuerza.

Se impone preguntar a los actores armados, al gobierno, al pueblo colombiano: ¿Es real y sólida una democracia, donde el poder político, económico y social, está fracturado?

¿Hay sensatez en el proceso de paz? Cuando el protagonismo de las Ongs, Alcaldes, funcionarios privados o estatales, no aceptan utilizar una estrategia única bajo control y dirección del gobierno central.

¿Han valorado, los colombianos, en que circunstancias se desarrollan los diálogos de paz? ¿Existe en realidad discrepancias en los mandos de las Farc-ep y el ELN? No es más discreto y sabio, pensar tienen mandos unificados y pueden saber a donde van. Evitando con esto subestimar a los insurgentes. ¿Está Colombia preparada para resistir por tiempo prolongado la guerra interna? ¿Se debe aceptar una intervención militar extranjera - directa o indirecta - como solución para alcanzar una paz duradera en Colombia?

Una encuesta realizada por el noticiero colombiano, Radio Sucesos RCN - entre sus oyentes - puede ser una respuesta. Nos permite, esta encuesta, valorar el ánimo actual que mueve a los colombianos.

La investigación consistía en responder la pregunta: "¿Apoyaría usted una intervención militar de Estados Unidos en Colombia?".

Los resultados fueron inesperados: "De un total de 1.963 encuestados, el 66.33 % mostró su apoyo a una intervención de EE.UU., solo el 31 % estuvo en contra".

Sí lo anterior, es la opinión creciente, de los colombianos. Apoyamos el magnífico análisis del Editorial - diario "El Mundo" - publicado el pasado 22 de julio, y cito:

"Una de dos. O sé prohibe este tipo de encuestas so pena de cancelación de licencias a los medios que las realicen, o se acepta que aquí - en Colombia - está pasando algo muy grave en materia de opinión pública. Por que si la consulta de marras refleja siquiera en forma aproximada esa opinión, estaríamos asistiendo a un cambio acelerado y substancial de la cultura nacional, del modo de ser colombianos, a una verdadera revolución en los conceptos de patria y soberanía".

Si lo de la encuesta es una actitud consciente de la opinión pública colombiana, hay que desvelarse por las consecuencias del futuro próximo.

No se puede aceptar, una intervención militar, para solucionar – quizás – el conflicto armado en Colombia. Es difícil admitir, los colombianos acepten renunciar a su identidad, soberanía e independencia nacional.

Reiteramos - como en trabajos anteriores - nuestra preocupación sobre ulteriores sucesos.

Tristeza y dolor, nos causa aceptar la verdad. Otra declaración, en el mismo Editorial, nos invita a la reflexión; cito:

"... si la mayoría de los colombianos está dispuesta hoy a justificar ‘esa intervención militar’..., se ha perdido, lamentablemente, toda confianza en las propias instituciones". "El silogismo elemental que se desprendería de esa encuesta sería éste: la guerrilla es el peor mal del país; es así él ejercito nacional no ha sido capaz de derrotarla, luego entonces que vengan los gringos a librarnos de ella. ¡Manes de Bolívar y Santander, venid en nuestra ayuda!".

Para negociar una paz justa y duradera en Colombia, es primordial desterrar el protagonismo. Hay que excomulgar los discursos sin un juicio de unidad nacional.
Es necesaria, una dirección única; una sola voz de mando.

De esta manera, se logrará atar pies y manos de la anarquía y el desorden. Por éste camino, es posible rescatar la gobernabilidad perdida.

La paz y los destinos de Colombia, están en manos de los colombianos. Ese anhelo, de convivencia pacífica, se hará realidad; cuando Colombia y los hombres de bien actúen con sabiduría.

Hoy, más que nunca, es deber de los colombianos estar despiertos y vigilantes. Pendientes han de estar, de los eventos a cada hora. Una equivocación en las posiciones, puede llevar a una circunstancia más humillante y deshonrosa. Ojos, muy abiertos, ante una posible intervención foránea.

Una mediación militar, de Estados Unidos, en Colombia; significa renunciar a la autodeterminación nacional. Aceptar los colombianos su incompetencia - para solucionar sus problemas - como nación.

Mientras vivimos en medio de las novedades, llegan a nuestra mente aspectos de la historia de América Latina. De algo si no es posible olvidarse: ¿cuáles son los resultados? Cada vez que los gringos han "ayudado" - intervenido militarmente - a una nación. No sobrarían los testimonios.

Lastima no contar con hombres insignes como, Bolívar, Benito Juárez y José Martí; quienes lucharon por la dignidad y soberanía, de América Latina.

La unidad latinoamericana, es hoy más urgente que nunca. Una potencial intervención militar - de Estados Unidos - en Colombia, es cada día más visible. Es necesario el rechazo total, la colaboración y solidaridad.

Idioma que pueda manifestar el drama vivido y que viven los colombianos, no existe.

Cobran actualidad, las palabras del apóstol, de la independencia de Cuba, José Martí - publicado el 30 de abril de 1892, en el periódico "Patria", Nueva York - y cito:

"Honrar a la patria es una manera de pelear por ella, así como hacer algo que la deshonre es pelar contra ella". (Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente).

7 de julio de 1999

Colombia: ¿Guerra interna, la excusa de EE.UU. para una intervención militar?

Por Pablo Felipe Pérez Goyry
08 de julio de 1999.

Se aplazaron los diálogos de paz, acordados para dar inicio el pasado 7 de julio; entre las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC-EP) y el Gobierno colombiano, estas han quedado pospuestas para el próximo 20 de julio.

Información ofrecida, a los medios de comunicación, por los voceros de las Farc-ep, Raúl Reyes, Joaquín Gómez y Fabián Ramírez; y por el Alto Comisionado para la Paz, Víctor G. Ricardo. Pensamos es uno de los tantos inconvenientes que deberá enfrentar este proceso de Paz en Colombia.

La argumentación para tomar esta decisión, es la dificultad, de algunos integrantes del llamado Comité Temático - designados por las Farc-ep y el Gobierno – que no pudieron llegar a la zona donde se instalarían las negociaciones. Por este motivo acuerdan las partes trasladar para el día 20 de julio el inicio de los trabajos, que pudieran llevar a la firma, en el futuro, de un compromiso de paz entre las Farc-ep y el Gobierno.

Para algunos analistas, es un paso nada positivo en el camino a la Paz, para otros una estrategia de las Farc-ep, con el objetivo de ganar tiempo y organizar sus exigencias al Gobierno; entre las que se encuentra la polémica participación o no, en las negociaciones de paz, del señor Álvaro Leyva; quien se encuentra procesado y con orden de captura, por orden de la Fiscalía General, además, de estar actualmente con asilo político en Costa Rica.

Las Farc-ep han confirmado que la no presencia de Álvaro Leyva, en las negociaciones, nunca será un obstáculo para iniciar las labores de la Comisión Temática. Solo queda esperar y no debemos desconcertarnos ante nuevas embrollos.

Por otro lado los gremios no participaran en la Comisión Temática - con un represéntate - por considerar un desenfreno, del gobierno de Andrés Pastrana, la aplicación de las políticas laborales actuales e ignorarlos para discutir las condiciones de estas. Cuestión nada favorable para la armonía social y política del país, y mucho menos para las negociaciones de paz.

Las circunstancias, a todas luces, son confusas y se demuestra una vez más los escollos que rodean las expectativas de firmar la paz en Colombia; al menos en el mediano plazo.

El Alto Comisionado para la Paz, también ha señalado la imposibilidad de iniciar las mesas de trabajo encargadas de negociar una agenda común entre el Gobierno y las Farc-ep. Esto permitiría la firma, en el futuro, de un acuerdo de paz estable. Esta reunión se debía realizar en el municipio de la Uribe, en el Departamento del Meta; lugar situado adentro de la llamada Zona de Despeje – tiene de extensión unos 42 mil kilómetros cuadrados -. Esta zona está bajo estricto control de las Farc-ep, según un acuerdo entre la guerrilla y el gobierno.

Definitivamente no se han instalado las mesas de trabajo y esto solo se realizará de manera formal el día 20 de julio.

Interrogantes son muchas. La verdad la saben los protagonistas de estas conversaciones. No hay otra opción que concederles un voto sincero de confianza, semejante al que le ha otorgado el pueblo colombiano.

No dejare de perseverar y alertar de los peligros que corre Colombia, en el futuro cercano; de no lograrse en corto plazo un acuerdo de cese al fuego, entre las Farc-ep y el gobierno nacional. De igual manera, sería muy útil interrumpir los secuestros extorsivos como medio de financiamiento de la insurgencia, método utilizado por la guerrilla de manera sistemática. Practicas violan los Derechos Humanos de los colombianos.

Circulan rumores de una posible intervención, de EE.UU., en Colombia, si no se llega a un acuerdo de paz. Los argumentos se sustentan en la incursión de los guerrilleros y paramilitares en territorio panameño; actividad que ponen en peligro la estabilidad de ese país y la seguridad del canal.

Sin embargo, declaraciones del Gobierno de EE.UU., y reportadas por la agencia de prensa Reuters, niegan de manera categórica planes de intervención militar en Colombia. Estas aclaraciones se producen en respuesta a declaraciones, del jefe militar de las Farc-ep, Jorge Briceño, más conocido como Mono Jojoy, a esa agencia.

Washington declara su total apoyo a las negociaciones que las Farc-ep y el presidente Andrés Pastrana adelantan. El portavoz del Departamento de Estado, James Foley, a señalado: "Es falso y absurdo. Es una desinformación. No tenemos ninguna intención de hacer algo así". "Nosotros apoyamos totalmente estas negociaciones y esperamos sean victoriosas".

Para este humilde y sincero comentador; tendría que ver para creer en el futuro la franqueza de estas declaraciones.

Por su parte, Jorge Briceño alerto a los Estados Unidos al señalar: "Colombia no es Yugoslavia, para que vengan a hacer su ley. Aquí en las incomodidades, en la inclemencia de estos climas tropicales, ese tipo de tropas no dura...", más adelante expresa: "Les va a ir muy mal y el sentimiento del pueblo norteamericano se va ha levantar contra ellos", preciso el jefe guerrillero.

Los aires de una posible intervención militar tienen como germen las declaraciones del Jefe de las tropas norteamericanas, del Comando Sur, -asentadas en el canal de Panamá-, General Wilhen. Las afirmaciones del oficial fueron planteadas en una audiencia del Congreso estadounidense hace unos días; donde explicó la existencia de un plan de intervención, en Panamá, de existir el
peligro de inseguridad y funcionamiento del Canal, originado por la guerra interna en Colombia.

Por lo antes señalado, surgen varias interrogantes: ¿Existe peligro de una intervención militar, de Estados Unidos de América, en el área? ¿Corren peligro de ser violadas las soberanías de Panamá o de Colombia? ¿Se trata de una excusa para falsear los evidentes propósitos de no entregar el Canal al pueblo panameño el próximo 31 de diciembre de 1999, según lo estipulan los acuerdos Torrijos-Carter?

Es incuestionable que tanto Panamá como Colombia, en estos momentos, están bajo la estricta atención y control, por el gobierno de EE.UU. Las autoridades y fuerzas políticas de Panamá ya han expresado su total disconformidad con las afirmaciones del general. También en Colombia. Aunque no podemos dejar de lado las expectativas que existen alrededor del actual gobierno, de Hugo Chávez, en Venezuela; catalogado por la oposición como extremista y dictador en potencia; por otros de izquierdista, por su amistad con el presidente Fidel Castro; y los más reacios a su gobierno lo consideran populista; estas dos últimas aseveración preocupa los vecinos del norte, es decir, a los Estados Unidos de Norteamérica.

De todas maneras, probabilidades de una posible intervención están a la vista; sea con uno u otro razonamiento de las autoridades estadounidense. Eso sí, lo que no debe aceptar se violen, una vez más, los intereses soberanos de los países Latinoamericanos, por el "bienhechor de la estabilidad democrática, en el hemisferio".

Una vez más están es peligro y no-mal infundados, de una intervención, en los asuntos internos de Panamá y Colombia; sin abandonar los acontecimientos actuales y futuros de Venezuela que no podemos descuidar, que es una preocupación adicional, en estos momentos, para el Departamento de Estado, del gobierno de EE.UU.

Es tarea de los hombres de bien, velar por el respeto a la autodeterminación, de las naciones; y por su derecho a trazar dignamente sus propios destinos.

No podemos olvidar las palabras de Cristo: "No hay mayor amor de aquel que da la vida por un hermano". Con esta premisa debemos ser solidarios de estas naciones hermanas; y no dejar de recordar, al gobierno de los Estados Unidos, los sabios consejos de Marco Tulio Cicerón: " De hombres es equivocarse; de locos persistir en el mismo error". (Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente)

3 de julio de 1999

El nuevo concepto estratégico de la OTAN: ¿Es un peligro para Colombia y América Latina?

Por: Pablo Felipe Pérez Goyry
04 de julio de 1999.

Hace pocos días se realizó la Primera Reunión, de Trabajo, para la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de América Latina y El Caribe - Unión Europea, en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Brasil.

Como toda reunión de alto nivel, atrajo gran cantidad de reporteros de todo el Mundo; para dar cobertura periodística a un acto, quizás no tan importante por los resultados esperados, si por las expectativas que se tejen en torno a sus actores.

Como siempre, llamó la atención sobre los destinos de América Latina y de los países subdesarrollados en general, el discurso del Sr. Fidel Castro Ruz, Presidente de la República de Cuba. Poco comentado por medios de comunicación no partidarios de su condición como Presidente de los cubanos que viven en la paradisíaca isla caribeña.

No es un secreto, para nadie, sus denuncias constantes por los atropellos a son sometidos los países pobres por las potencias económicas y militares del mundo contemporáneo.

Una vez más puso en evidencia las inquietudes y reflexiones que en ocasiones no tomamos con toda la seriedad y trascendencia, que valen la pena ser examinados y publicarlos en los medios de comunicación.

No aspiro criticar o poner en duda la vigencia de una u otra tendencia política; tampoco indicar cual noticia o informe se debe dar a conocer, por los medios de comunicación. Tengo la percepción de se deben respetar los derechos individuales en bien de toda la sociedad. Más allá de los dogmas.

Argumentos que motivan el presente trabajo, que aunque no se publiquen, al menos me quedan la complacencia de haber hecho el intento de compartir y defender, con ética, algo tan importante como es la dignidad humana, y la tranquilidad de haber tratado de alertar un nuevo error en el concepto de la universalidad humana.

En su alocución, del pasado 28 de junio, en la cumbre, el conocido "Comandante en Jefe" lanzó sus preocupaciones - con todo respeto; cosa negada a otros mandatarios - a los gobernantes de los países que forman la Unión Europea; tomando como base párrafos de la nueva estrategia de la OTAN; vale la pena leerlas en detalle, y cito de manera integra:

"Hay una cuestión política de suma importancia, que no puedo dejar de señalar sobre el ‘Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN’ – dijo

Cito cuatro párrafos:

"Uno: Con el propósito de fomentar la paz y la estabilidad en Europa y en un contexto más amplio, los aliados europeos elevan su capacidad para la acción, incluido el aumento de su poderío militar"

"Dos: La seguridad de la Alianza sigue sujeta a una amplia variedad de riesgos militares. Estos riesgos están en la incertidumbre y la inestabilidad en la región euro atlántica y en sus alrededores, y la posibilidad de crisis regionales en la periferia de la Alianza"

"Tres: Se contara con un mayor número de elementos de fuerza a los niveles de preparación adecuados para efectuar operaciones prolongadas, ya sea dentro del territorio de la Alianza o fuera de este"

"Cuatro: Resulta más probable que las posibles amenazas a la seguridad de la Alianza emanen de conflictos regionales, étnicos u otras crisis mas allá del territorio de la Alianza, así como la proliferación de las armas de destrucción masiva y sus vectores".

Lo señalado es una realidad conocida por todos, experiencias sobre este tema como las de Iraq y más reciente Kosovo, son una prueba de esta nueva estrategia de la OTAN, que ignora su rechazo por parte del concierto internacional, conformado por hombres de bien y las Naciones Unidas.

Más adelante señala el Presidente cubano:

"Deseo hacer tres brevísimas reflexiones e interrogantes:

Uno: Desearíamos que se nos aclarara, de ser posible, si los países de América Latina y el Caribe están o no comprendidos dentro de la periferia euro atlántica definida por la OTAN".

"Dos: La Unión Europea, después de muchos debates, ha dado su apoyo a una declaración de esta Cumbre, que dice: ‘esta asociación estratégica se sustenta en el pleno respeto al derecho internacional y en los propósitos y principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas, los principios de no-intervención, el respeto a la soberanía, la igualdad entre Estados y la
autodeterminación".

"¿Significa esto que Estados Unidos se compromete también a respetar los principios contenidos en este acuerdo de sus aliados? ¿Cuál será la actitud de Europa si Estados Unidos decide por su propia cuenta comenzar a lanzar bombas y misiles con cualquier pretexto contra cualquiera de los países de América Latina y el Caribe aquí reunidos?".

"Tres: Todo el mundo sabe que, por ejemplo, Israel posee cientos de armas nucleares elaboradas con determinada ayuda occidental, sobre la cual se ha guardado extraño y hermético silencio".

"¿Significaría esto que cualquier día la OTAN, partiendo del punto cuatro antes señalado, en virtud de una proliferación clandestina no solo de armas de destrucción masiva, sino también de una producción masiva de esas armas, podría proceder a lanzar miles de bombas sobre Jerusalén, Tel Aviv, ciudades israelitas y palestinas, destruir sistemas eléctricos, industrias, carreteras y todos los
medios esenciales de vida de esos pueblos, matando directamente a decenas de miles de civiles inocentes y amenazando la existencia del resto de la población? ¿Puede ser esta la solución civilizada de semejantes problemas? ¿Podría asegurarse que no conduciría a un conflicto nuclear? ¿A donde nos conduciría la nueva e insostenible doctrina de la OTAN?".

"Después de haber expresado solo una mínima idea con relación a este delicado tema, no tengo mas nada que decir. Pido perdón. Muchas gracias".

De esta manera, Fidel Castro pone, una vez más, en entre dicho las verdaderas intenciones hegemónicas y extra territoriales de las potencias más desarrolladas del mundo, y queda también el silencio de los miembros de la OTAN, a las interrogantes señaladas por el Presidente.

Dilucidaciones que son una realidad, por muchos ignoradas y que otros pretenden ocultar; y se olvida que debe ser motivo de reflexión y preocupación; para los países de América Latina y en particular para los colombianos.

Una prueba que sustenta estas verdades, es la situación de guerra interna en Colombia; y su connotación, - en mayor o menor grado -en la estabilidad en las fronteras que comparte con otros países.

Solo basta tomar en cuenta la actitud de Estados Unidos y su Comando Sur, establecidas en el Canal de Panamá; con el argumento -desde hace algún tiempo- de la necesidad de tomar, por su cuenta, la garantía de la estabilidad y seguridad en Panamá, relativo a la guerra que se libra en Colombia, y los riesgos -del canal- ante la incapacidad militar de Panamá.

No debemos llamarnos a engaño, la realidad es fría y calculada, las naciones latinoamericanas y sus dirigentes deben cerrar filas alrededor de la República de Colombia. No deben olvidar que una intervención militar en este país, no solo afectará a Colombia, también se ultrajara la soberanía y dignidad de una nación hermana.

Ejemplos sobre este tema han sucedido en más de una ocasión, basta recordar las intervenciones directas de Estados Unidos en República Dominicana, Las Guerra de las Malvinas, Haití, Bloqueo económico unilateral a Cuba; y las múltiples intromisiones, por décadas, en los asuntos internos - de los países - de América Latina.

Los hechos más recientes relacionados con la Guerra de Kosovo y sus consecuencias, deben ser un paradigma a tener muy en cuenta en los eventos futuro de Colombia y América Latina.

Solo una actitud y aptitud coherente y ética ante estas verdades, y como respuesta a los actores del conflicto armado colombiano y al gobierno del Dr. Andrés Pastrana, facilitarán se eliminen el protagonismo, y se busque de manera inmediata la firma de un acuerdo legítimo de paz; antes de que se le imponga desde el exterior por la fuerza, y sin derecho a ninguna reclamación. Pero..., también, es cardinal la colaboración veraz y pundonorosa de todo el pueblo colombiano.

Estas son realidades de gran envergadura y profundidad, no es simple la situación. El pueblo colombiano y Latinoamérica tienen el derecho a ser dueños de su destino; y llegará a ser lo que con sabiduría y hermandad solidaria sea capaz de enfrentar y hacer. (Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente)

1 de julio de 1999

Colombia: ¿Un nuevo Kosovo?

Por Pablo Felipe Pérez Goyry
02 de julio de 1999.

"Estamos preparando planes de contingencia para tal eventualidad". (General Charles Wilkelm. Jefe Comando Sur EE.UU.)

En los últimos tiempos hemos observado con estupor el indiscutible atropello, de los medios de comunicación, al tratar temas relacionados con la violencia, los secuestros, la corrupción.

Es una certitud de que algunos periodistas se han encargado de sacar buen partido al espectáculo noticioso; aplicando embrollos y desinformación, ataviándose con el banderín de la libertad de expresión. Pero... olvidan, en determinados sucesos, la ética periodística, su discernimiento como integrantes activos la sociedad. Es decir, esclarecer, informar, educar, y contribuir con soluciones. Del mismo modo, ser salvaguardas de la imagen del país, escudriñando en los problemas - a corto, mediano y largo plazo – e ilustrar a la opinión pública.

Causa pesadumbre el ver como se desangra la nación, en medio de las disputas; desde las callejeras, pasando por el "conflicto armado", hasta culminar con los asuntos públicos; y los medios de comunicación en rebusque de más público. Al final solo está perdiendo Colombia y los colombianos, pues su imagen es cada día más martirizada y inquietante.

¿Estamos obligados a consentir se violen con impunidad los más elementales derechos de la sociedad?, ¿Por cuánto tiempo tendrán que desplazarse, de sus tierras, los campesinos, que representan más del 37% de la población colombiana?, ¿Se debe continuar ignorando el clamoreo, por sus derechos, de los indígenas?, ¿Hasta cuándo se permitirá prolongar la solución a los problemas de fondo que están a la vista, de Colombia y el Mundo?, ¿Hasta cuándo una mayoría
debe sufrir las depravadas, irresponsabilidades y corrupción de unos pocos?. ¿Por cuánto tiempo debemos postergar una paz seria y duradera?

Muchos individuos no ven más allá de sus intereses personales, y relegan los del pueblo colombiano.

Cada día son más las noticias enternecedoras, sobre acontecimientos nada esperanzadores; en medio de una perniciosa tarea, para lograr la paz para Colombia.

Los informes e imputación, sobre la violación de los Derechos Humanos, son innumerables por décadas.

Tampoco escapa el país a la desvergüenza de los que violan el bienestar y armonía de los ciudadanos; tampoco faltan los gorrones y "paladines" de la democracia, que solo buscan protagonismo y violan los esenciales derechos ciudadanos.

Hasta la fecha son pocos los que, conscientemente, han valorado la dimensión del conflicto y sus secuelas a corto, mediano y largo plazo.

Un repaso a la historia, de América Latina, nos revelará una respuesta contundente de a que se expone Colombia de no lograrse un equilibrio Político y Social, mediante diálogos de paz, en el menor plazo posible.

La preocupación, esta sustentada en los resientes acontecimientos de Kosovo, aunque no es el único ejemplo que podemos citar; los resultados a la larga se verán, para mal de los que menos tienen. Todos en mayor o menor grado conocemos las consecuencias de una guerra.

Terminada esta aventura de la OTAN, debemos pensar: ¿Qué nuevo proyecto de hegemonía tendrán las poderosas industrias armamentistas, fundamentalmente las de estados Unidos, en un mundo unipolar?.

Desde hace algún tiempo, y mucho antes de la situación de Kosovo; se ha manipulado con gran cautela el peligro que representa la situación interna colombiana para la estabilidad y seguridad de la "democracia" en los países vecinos. No hay la menor duda que existen intenciones ocultas, nada buenas para el futuro de Colombia, en los próximos diez años.

No son ideas o especulaciones las que motivan nuestra llamada de alerta, veamos algunas evidencias recientes.

Al concluir la XXIX Asamblea General de la OEA, en Guatemala; donde fue reelegido el ex presidente de Colombia, César Gaviria, como Secretario General, se conoció del rechazo a la propuesta - de Estados Unidos de Norteamérica – para la creación de una instancia multinacional que pudiera intervenir de una manera u otra en aquellos países donde la "democracia" corriera peligro. Este proyecto fue rechazado, aunque no faltaron quienes lo vieron como un acto de protección continental; olvidando que solo es una formalidad del buen vecino. Todos conocemos la prepotencia, al abordar estas cuestiones, de los Estados Unidos. No se puede olvidar las violaciones, estadounidenses, de las reglas más elementales y diplomáticas en el concierto mundial. En la historia de América Latina no faltan ejemplos y los colombianos han vivido esta experiencia.

El presidente de Perú, también a promovido su gran preocupación sobre los peligros en su frontera, por la guerra interna en Colombia. Ciudadanos de Colombia han cruzado las fronteras de Venezuela y Brasil, en busca de protección; ante los embates de guerrilleros, paramilitares y fuerzas militares. También han incursionado narcotraficantes y guerrilla dentro del territorio de Panamá. El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, a catalogado la situación colombiana como un potencial Kosovo en Iberoamérica.

Ahora, para colmo de males, el Norte de Santander pide su independencia de Colombia. Existen síntomas para sospechar, en una posible internacionalización del conflicto colombiano, en el próximo decenio.

Por otro lado, con mucha fuerza, el Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, General Charles Wilhelm, quien en los últimos tiempos visita con frecuencia Colombia, argumenta y no sin razón, sobre los peligros de una guerra en el país, para la seguridad del Canal interoceánico; ante la incapacidad militar de los panameños. Con este alegato acusa a las Farc y los narcotraficantes como un grave inconveniente. A esto se suma la noticia de la llegada de 45 mil militares estadounidenses - en los próximos dos años - al sudeste colombiano para "combatir el narcotráfico".

Pero es bueno, por la gravedad, considerar, las declaraciones subidas de tono, del General Wilhelm, y cito: "...estamos conscientes de nuestra obligación de intervenir, sea en cooperación con los panameños o de manera unilateral, si las condiciones lo requieren". "Estamos preparando planes de contingencia para tal eventualidad".

Con este torbellino de acontecimientos, los hombres dignos no podemos dormitar, ante lo que implican estas aseveraciones, del estadounidense. Las condiciones se están dando. Ninguna voz de alerta se ha escuchado, ante una eventual balcanización del conflicto colombiano. Agudización con un solo objetivo: "combate contra el terrorismo y las drogas".

El conflicto interno en Colombia, tiene una urgente necesidad de solución. Una intervención militar, justificada para una minoría - los que todo lo tienen -, no justificada; no para la mayoría - los que poco o nada tienen – que no quiere se violen sus fronteras; porque es una intervención en los asuntos internos de una nación soberana e independiente.

Todos - los actores del conflicto armado, los políticos, los hombres de bien, los que vivimos en esta hermosa nación - con una consciencia real y sin utopías, emprendamos la marcha por el camino correcto para lograr la paz. Hay que evitar más aplazamientos a la solución de un problema que dura más de cinco décadas. Una intervención militar en Colombia agudizaría más los problemas actuales y se sumarían otros, en lo político, social y económico.

Existe la solución, encontrar la paz definitiva. No puede permitirse la destrucción de la nación. Los colombianos deben aprender la lección de cómo se debe vivir en convivencia, como personas civilizadas. Son bochornosas las alusiones sobre la incapacidad de ser consecuentes con la razón de patria, para todos.

Hace falta construir sólidas y perdurables vías para encontrar la paz. Y tener presente los colombianos de que en la unión esta la fuerza, y solo pensando como nación, como un todo coherente y homogéneo - sin que predominen las tendencias políticas o intereses personales - será posible encontrar la paz definitiva.

Agotar todas las alternativas políticas y pacíficas, con un profundo sentido de fraternidad nacionalista, buena voluntad, el respeto a Colombia es la tarea, que debe ser asumida con valentía y dignidad. Créanme hermanos, vale la pena. Con estos elementos debemos responder la pregunta: ¿Colombia puede ser un nuevo Kosovo? (Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente).


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

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