.


¡ADQUIÉRALOS! LIBROS DISPONIBLES EN AMAZON.COM

Autor: PABLO FELIPE PÉREZ GOYRY   Venta aquí: https://t.co/ByjkJ88vJB


©Pablo Felipe Pérez Goyry

24 de junio de 2002

Cuba: Es deber de los cubanos el reflexionar como Nación.

Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
24 de junio de 2002.

Desde la hondura del corazón, defiendo la benevolencia. También la Filosofía de la Noviolencia del Mahatma Gandhi y Martin Luther King, Jr; como antídoto para los graves problemas de la humanidad.

Empero... no estoy de acuerdo con la politiquería que se proyecta instalar en Cuba "después de Castro", por la extrema derecha cubana. Si confío más en los hermanos, de pensamiento comedido y conciliador, gestores del Proyecto Varela; independientemente de que coincida o no con algún parecer político o religioso. De todas maneras, cualquier cambio en Cuba, será como anhelamos los cubanos de bien. Es decir, construir sólidos cimientos que impidan se hunda la patria en un neoliberalismo salvaje y no sea la libertad de empresa el retorno de los "dueños y señores de Cuba", como antes del "triunfo" de la revolución. Los conozco y sé muchos cubanos también. Sinceramente no sería benéfico para la mayoría de los cubanos se entronice en la isla el poder "status quo", como no ha mucho del primero de enero, del cincuenta y nueve. No es un concepto superficial y mucho menos retórica, miremos el mundo actual, en especial a Rusia. Que decir, de las
pretensiones - de la oligarquía criolla en Venezuela - contra Chávez y el pueblo que lo eligió en las urnas como su presidente constitucional.

Toda la comunidad cubana tiene derecho a exigir ser escuchado en sus reclamos. ¡Estoy de acuerdo! Eso sí, algo esta claro para mí – guste o no –, la última palabra la tendrá siempre la mayoría del pueblo. Esto ayuda a perseverar en él dialogo, con respeto y sapiencia - todos los cubanos -, como raza y nación. Estoy convencido que es posible, porque más allá de los intereses económicos, políticos o religiosos estará primero la patria.

El altruismo y una coherente Filosofía de la Noviolencia, son de las mejores opciones para solucionar la controversia entre cubanos, adentro y fuera de Cuba. La experiencia a demostrado de que, por más de cuatro décadas, el enfrentamiento violento – de palabras y hechos – no han generado ningún fruto salutífero para el país.

Los cambios en la Constitución cubana son inevitables. Hay que exigir modificaciones para permitir la participación - de todas las corrientes de pensamiento - en los destinos de Cuba. Es ladino profesar la solución armada –como la pretendida en Bahía de Cochinos y Playa Girón, el Escambray o los actos terroristas – con ayuda de los EE.UU. Tampoco es honesto esperar indiferente lo irremediable, para bien o para mal. No es meritorio que los agraviados - por la revolución cubana y sus seguidores - quieran cobrar con violencia o "justicia" los daños recibidos; en nombre de los presos políticos o de los que han muerto cruzando el estrecho de la Florida o rehúsan convivir con los que tienen ahora el poder en Cuba. Todos – sin excepción – tenemos derecho a defender una ética de hábitos y convivencia; hay que respetar con honorabilidad y sabiduría. Así, derecho tengo yo para indulgentemente abogar por la Noviolencia y el discernimiento, como esencia de la esperanza y la concordia nacional.

Las enseñanzas preclaras de los coterráneos que con honra construyeron la nación, no deben desdeñarse. Tampoco debemos relegar - por acomodo personal – el genuino pensamiento de José Martí. Es deber de los cubanos el reflexionar como nación, desde el alma. Esto me motiva a compartir - con mis compatriotas, aunque la desestiman algunos – el último documento que redactara nuestro apóstol, dirigida a Manuel Mercado. Escudriñemos la historia de Cuba y el contenido profético de esta carta. ¡Es útil para el futuro de Cuba!

Campamento de Dos Ríos, 18 de mayo de 1895.

Sr. Manuel Mercado

Mi hermano queridísimo: Ya puedo escribir, ya puedo decirle con qué ternura y agradecimiento y respeto lo quiero, y a esa casa que es mía y mi orgullo y obligación; ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber—puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo—de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.

Las mismas obligaciones menores y públicas de los pueblos—como ése de Ud. Y mío, —más vitalmente interesados en impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América, al Norte revuelto y brutal que los desprecia, —les habían impedido la adhesión ostensible y ayuda patente a este sacrificio, que se hace en bien inmediato y de ellos.

Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas: —y mi honda es la de David. Ahora mismo, pues días hace, al pie de la victoria con que los cubanos saludaron nuestra salida libre de las sierras en que anduvimos los seis hombres de la expedición catorce días, el corresponsal del Herald, que me sacó de la hamaca en mi rancho, me habla de la actitud anexionista, menos temible por la poca realidad de los aspirantes, de la especie curial, sin cintura ni creación, que por disfraz cómodo de su complacencia o sumisión a España, le pide sin fe la autonomía de Cuba, contenta sólo de que haya un amo, yanqui o español, que les mantenga, o les cree, en premio de oficios celestinos, la posición de prohombres, desdeñosos de la masa pujante, —la masa mestiza, hábil y conmovedora del país, —la masa inteligente y creadora de blancos y de negros.

Y de más me habla el corresponsal del Herald, Eugenio Bryson: —de un sindicato yanqui—que no será—con garantía de las aduanas, harto empeñadas con los rapaces bancos, para que quede asidero a los del Norte; —incapacitado afortunadamente, por su entrabada y compleja constitución política, para emprender o apoyar la idea como obra de gobierno. Y de más me habló Bryson, —aunque la certeza de la conversación que me refería, sólo la puede comprender quien conozca de cerca el brío con que hemos levantado la revolución, —y la incapacidad de España para allegar en Cuba o fuera los recursos contra la guerra, que en la vez anterior sólo sacó de Cuba.—Bryson me contó su conversación con Martínez Campos, al final de la cual le dio a entender éste que sin duda, llegada la hora, España preferiría entenderse con Estados Unidos a rendir la isla a los cubanos.—Y aun me habló Bryson más: de un conocido nuestro y de lo que en el Norte se le cuida, como candidato de los Estados Unidos, para cuando el actual Presidente desaparezca, a la presidencia de México.

Por acá yo hago mi deber. La guerra de Cuba, realidad superior a los vagos y dispersos deseos de los cubanos y españoles anexionistas, a que sólo daría relativo poder su alianza con el gobierno de España, ha venido a su hora en América, para evitar, aun contra el empleo franco de todas esas fuerzas, la anexión de Cuba a los Estados Unidos, que jamás la aceptarán de un país en guerra, ni pueden contraer, puesto que la guerra no aceptará la anexión, el compromiso odioso y absurdo de abatir por su cuenta y con sus armas una guerra de independencia americana.

Y México, ¿no hallará modo sagaz, efectivo e inmediato, de auxiliar, a tiempo, a quien lo defiende? Sí lo hallará, —o yo se lo hallaré.— Esto es muerte o vida, y no cabe errar. El modo discreto es lo único que se ha de ver. Ya yo lo habría hallado y propuesto. Pero he de tener más autoridad en mí, o de saber quién la tiene, antes de obrar o aconsejar. Acabo de llegar. Puede aún tardar dos meses, si ha de ser real y estable, la constitución de nuestro gobierno, útil y sencillo. Nuestra alma es una, y la sé, y la voluntad del país; pero estas cosas son siempre obra de relación, momento y acomodos. Con la representación que tengo, no quiero hacer nada que parezca extensión caprichosa de ella. Llegué con el General Máximo Gómez y cuatro más, en un bote en el que llevé el remo de proa bajo el temporal, a una pedrera desconocida de nuestras playas; cargué, catorce días, a pie por espinas y alturas, mi morral y mi rifle; —alzamos gente a nuestro paso; —siento en la benevolencia de las almas la raíz de este cariño mío a la pena del hombre y a la justicia de remediarla; los campos son nuestros sin disputa, a tal punto, que en un mes sólo he podido oír un fuego; y a las puertas de las ciudades, o ganamos una victoria, o pasamos revista, ante entusiasmo parecido al fuego religioso, a tres mil armas; seguimos camino, al centro de la isla, a deponer yo, ante la revolución que he hecho alzar, la autoridad que la emigración me dio, y se acató adentro, y debe renovar conforme a su estado nuevo, una asamblea de delegados del pueblo cubano visible, de los revolucionarios en armas. La revolución desea plena libertad en el ejército, sin las trabas que antes le opuso una cámara sin sanción real, o la suspicacia de una juventud celosa de republicanismo, o los celos, y temores de excesiva prominencia futura de un caudillo puntilloso o previsor; pero quiere la revolución a la vez sucinta y respetable representación republicana, —la misma alma de humanidad y decoro, llena del anhelo de la dignidad individual, en la representación de la república, que la que empuja y mantiene en la guerra a los revolucionarios. Por mí, entiendo que no se puede guiar a un pueblo contra el alma que lo mueve, o sin ella, y sé cómo se encienden los corazones, y cómo se aprovecha para el revuelo incesante y la acometida el estado fogoso y satisfecho de los corazones. Pero en cuanto a formas, caben muchas ideas, y las cosas de hombres, hombres son quienes las hacen. Me conoce. En mí, sólo defenderé lo que tengo yo por garantía o servicio de la revolución. Sé desaparecer. Pero no desaparecería mi pensamiento, ni me agriaría mi oscuridad. Y en cuanto tengamos forma, obraremos, cúmplame esto a mí o a otros.

Y ahora, puesto delante lo de interés público, le hablaré de mí, ya que sólo la emoción de este deber pudo alzar de la muerte apetecida al hombre que, ahora que Nájera no vive donde se lo vea, mejor lo conoce y acaricia como un tesoro en su corazón la amistad con que Ud. Lo enorgullece.

Ya sé sus regaños, callados, después de mi viaje. ¡Y tanto que le dimos, de toda nuestra alma; y callado él! ¡Qué engaño es éste y qué alma tan encallecida la suya, que el tributo y la honra de nuestro afecto no ha podido hacerle escribir una carta más sobre el papel de carta y de periódico que llena al día!

Hay afectos de tan delicada honestidad

(Está permitida la reproducción total o parcial sin modificar su contenido, citando autor y fuente)

19 de junio de 2002

Cuba: ¡Hace falta un Frente de Unidad Opositora Cubana!

Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
19 de junio de 2002.

UNA vez más, Fidel Castro, ha jugado sucio contra la oposición y en especial con los que apoyamos el Proyecto Varela. Es evidente que Castro maneja muy bien las enseñanzas de Gustavo Le Bon y de su libro "Psicología de las multitudes".

Hasta la fecha - según informaciones desde la isla - más de ocho millones de cubanos "respaldan" la propuesta de Castro y las organizaciones que están vinculadas directamente al Partido Comunista de Cuba. Con esto pretende perpetuar una cláusula de la constitución que permita la legitimidad del régimen castrista; como única e intocable opción para los cubanos, en lo social, económico y político. Es decir, Cuba seguirá siendo un "Estado Socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado por todos y para el bien de todos, como República unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana".

De esta manera sé esta "revocando" el Proyecto Varela, que refrendaron 11.000 cubanos y entrego Osvaldo Payá, del Movimiento Cristiano Liberación, el pasado 10 de mayo, ante la Asamblea Nacional del Poder Popular. Proyecto que persigue se convoque un referéndum para consultar a todos los cubanos - sin excepción –sobre la necesidad de hacer reformas democráticas en Cuba. La respuesta, evidente, es la convocatoria de Castro, que implica no aceptar cambios, en la constitución, que estén contra los intereses del gobierno.

Con esta actitud totalitaria, Fidel Castro confirma a la opinión publica internacional que en Cuba existe un régimen donde él es quien ordena y manda. A nadie engaña con su democracia "participativa". Solo a los que desde afuera ven en la revolución cubana el ideario emancipador del tercer mundo. ¡Yo los invito a que vivan en Cuba, junto a la mayoría de los cubanos - es decir, un ciudadano más - y no como turista con dólares!

No dejaré de llamar a los cubanos honestos y explicarles sobre la necesidad de rescatar la credibilidad de la oposición. Un aspecto de vital importancia es la unidad y rechazar la utilización de acciones violentas. Hay que luchar con ideas, como armas. Principios que deben estar recogidos en un proyecto común que convenza al pueblo cubano. Sin el fantasma de la corrupción y los anexionistas. Solo con la verdad se podrá pelear, para honrar a Cuba y conseguir su libertad democrática.

Hoy se perciben nuevas provocaciones a la disidencia en la isla. Es necesario aunar voluntades dentro y fuera de Cuba; que permita elaborar un plan estratégico coherente y que fluya su contenido desde el alma. Es imprescindible prepararse. ¡Hace falta un Frente de Unidad Opositora Cubana!

Castro y sus "incondicionales" han latido. Es preciso, ante los retos, tener moderación; para poder reflexionar con un amplio concepto de que las armas del odio nunca nos permitirían triunfar, realmente, en ningún tiempo, el odio a vencido al odio.

Fidel Castro está desesperado y el pueblo cubano – en la isla – se encuentra en una encrucijada. Cuba está asediada y enferma. Es nuestra obligación proporcionar a nuestros compatriotas el hilo de Ariadna. ¡En este momento y no mañana! Porque el cubano que no sea capaz de preocuparse por sus hermanos, tendrá las mayores dificultades en su conciencia; y si la posibilidad de alimentarse con el veneno que cultiva en sus entrañas. De esta suerte, estos "individuos" han desterrado, de sus vidas, los principios de la urbanidad.

Hay cubanos que se oponen a ser parte de un frente unido y pacífico. Estos que se resisten son los que de manera indirecta han ayudado al régimen, durante más de cuatro décadas. Además, han causado heridas en los corazones de las familias cubanas; no solo en Cuba, también en el exilio. Con sus intransigencias, estos "honorables cubanos" y Fidel Castro, están arrastrando a un holocausto a Cuba.

La única manera de pueda tener éxito la oposición y conquistar un lugar en la política cubana, es creando un Frente de Unidad Opositora Cubana. Guste o no a la mafia de Miami, a los beneficiados por los millonarios subsidios económicos gringos, etc.

Lo que acaba de ocurrir en Cuba, era cosa sabida. Al menos no me causa sorpresa. Pero esta situación debe preocuparnos sobremanera. No se debe aceptar como un descalabro del proyecto Varela. Es un nuevo llamado a la conciencia de todos los disidentes, para reflexionemos y comprendamos la necesaria unidad en un frente común. Castro y sus "seguidores" durante años la han mantenido. ¿Acaso la oposición no tiene pantalones y cerebro para también lograr la Unidad?

Sé de los detractores que cuestionan lo que hablo y siento – que sienten y hablan otros compatriotas honestos – sobre una oposición No-violenta, que exija ante los organismos internacionales e incluso Cuba, los cambios políticos en la isla. Creo en esta filosofía, como la mayoría de los opositores. Nunca me avergonzare de se divulgue lo que hago o digo... aunque se pudiera parlotear algo que no sea verdad. Mi alma toda está con la Patria y mis coterráneos. Quizá sea el motivo de que mi conciencia esté tranquila. No debemos temer a las presiones y mucho menos a los que desacreditan los ideales que inspiraron el Proyecto Varela e inspiraran la creación de un Frente de Unidad Opositora Cubana. Tampoco deben quitarnos el sueño y mucho menos la esperanza, el separatismo que practican algunos "cubanos". Soñemos en ver a todos los opositores unidos, pero con los ojos bien abiertos. Tengo fe en contemplar a los cubanos viviendo en libertad y democracia, como lo soñó el maestro José Martí. ¡Un Frente Unido de Oposición Cubana, hace falta! ¿Será que somos capaces de hacer esto realidad?

Cubanos honestos: "La Patria está hecha del mérito de sus hijos y es riqueza de ella todo lo bueno que haga un hijo suyo". ¡Compatriotas, tienen ustedes la palabra!

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente)

11 de junio de 2002

Cuba: Vivir con pundonor en el ostracismo...

Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
11 de junio de 2002.

Como cubano de pura cepa, creo sin temor a equivocarme que es necesario el cambio político en Cuba. Pero... también estoy convencido que lo más sensato es alcanzarlo por la vía del diálogo. Si, una imprescindible reconciliación para una verdadera transición, siempre pensando en Cuba, como patria soberana. Como Estado libre; libre de los Estados Unidos de América y sus garfas. A la altura
que nos demanda el ideario Martiano.

Valientes son los compatriotas que han respetado el pensamiento del apóstol. Corajudos hombres y mujeres que han preferido vivir con pundonor en el ostracismo; antes que aceptar las conchabanzas y contubernios contra Cuba, apadrinados por los gobiernos estadounidense, los círculos de poder Anti-Castristas de Miami, la extrema derecha y los politiqueros inmundos. Estos – los guarro, y no me refiero a las pequeñas águilas - son "Cubanos" que se consideran defensores de los nacionales, dentro y fuera de la isla; y no hay ninguna duda de sus aspiraciones - manifiestas - de dirigir los destinos del país. Esta gavilla nunca ha pensado en el bienestar de la patria toda, pues, no tienen principios patrióticos; porque son anexionistas y llenan sus bolsillos de mal habidas migajas. ¡Que desfachatez!

El maestro nos enseño: "Viví en el monstruo y le conozco las entrañas..." y nos alertaba: "...ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mí país y por mí deber de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América". Para el "olvidadizo" – en el exilio y adentro de Cuba-; les recuerdo, a todos, que la historia le dio la razón a José Martí.

Defiendo los inevitable cambios políticos en nuestro terruño, pero sin traumatismo y pensando en los millones de niños que son la esperanza de Cuba. Los tiempos que se aproximan para los cubanos en la isla son difíciles e imprevisibles sus consecuencias en todos los ordenes. Razón que justifica, con mesura, encaminar los pasos a la reconciliación y dialogo, como hermanos; en las buenas y las malas.

Son Cubanos dignos – con letra capital – los que marchan por el mundo con honradez y de cara al sol; sin temor o miedos. ¡Estos son los cubanos genuinos que necesita la patria, porque piensan en el bien de todos! Ejemplos de compatriotas de esta estirpe han existido, existen y existirán siempre. Son ellos los llamados a reconciliar a todos los cubanos y salvar la nación. ¡Sí señor!

Los "líderes" y "voceros" del exilio se oponen al dialogo - son los mismos que ahora respaldan la violencia de los opositores de Chávez – y hablan de la necesidad de Castro deje el poder sin condiciones, se hagan elecciones pluripartidistas y se realicen cambios en lo social, político y económico en Cuba; para de esta manera pueda existir legítima democracia. ¿Será acaso la trascripción fiel de la que ellos están disfrutando en Miami?

Por decoro tengo que liberar desde el alma dos pregunta - por el momento dos -al ágora cubana, al estéril de materia gris, a los fanáticos de la excesiva verbosidad politiquera; y que las hago también a los coterráneo decentes e ilustrados, para reflexionen:

¿Pueden estos "respetables caballeros" – "líderes y voceros" del exilio – tener la ética e ideales benéficos que necesita el pueblo cubano? ¿Sufren de la veneración auténtica por el territorio patrio? Las respuestas, ¡hay que buscarlas en el corazón!

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial -citando Autor y Fuente).

5 de junio de 2002

Cuba: ¡Oposición con diplomacia, a la altura de nuestra estirpe...!


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
05 de junio de 2002.

La violación de cualquier derecho es una manifestación de violencia. Como también es violencia el evitar por todas las vías posibles el acercamiento entre cubanos. Alejando cada vez más cualquier opción de diálogo; como manera lógica de construir caminos que conduzcan a la transformación política en el país.

Estoy convencido que no es saludable asumir pasivamente el sufrimiento propio o el ajeno; ya que esta mansedumbre es cómplice del atropello o afrenta de o hacia un compatriota. Hay que alcanzar, desde la filosofía de la No-violencia, una actitud reconciliadora para el bien de la nación cubana. Lo que implica neutralizar toda forma de fanatismo morboso que se aplique directa o indirecta a nuestros hermanos; sea con armas, de palabra, sociológica, económica, etc.; adentro o fuera de Cuba.

Es esencial proceder con discernimiento para encontrar un punto equilibrado de encuentro en el diálogo, para abordar los asuntos relacionados con los cubanos. Creo que esa ha debido ser la postura de la oposición al enfrentar el absolutismo del régimen que dirige los destinos de la isla. Platicar con autenticidad es y será la mejor elección para exhortar a un pueblo que se respeta así mismo.

¡El conflicto cubano, entre una minoría excluida y una mayoría en el poder, tiene solución! Empero la "disidencia" tiene que profundizar en las iniquidades e injusticias que germinaron la violencia en la estructura social cubana antes del cincuenta y nueva. También reflexionar en cuales son las causas y efectos, tanto antes como después del triunfo revolucionario, que establecieron una frontera en la convivencia entre cubanos.

¡Ya es hora de cambiar de actitudes! Es necesario buscar, con respeto, la armonía en los criterios dentro de la oposición; y encontrar la reconciliación a pesar de las diferencias. Es hora de ahondar en nuestra humanización y comprender el maravilloso mundo de ser humano.

Una Nueva Cuba Democrática, sin prejuicios, será alcanzable el día que algunos "líderes" asuman la obligación política de inspirar al pueblo cubano. Responsabilidad a ejercer con ética, crítica y autocrítica, perseverancia, consagración, presteza, y genuina veneración a la patria toda. Del mismo modo, revisar permanentemente la realidad política, económica y social de Cuba; para tener los argumentos positivos que puedan ser opciones de diálogo. Teniendo en cuenta que aceptar no es renunciar a los principios, sino obrar con sabiduría. Un ejemplo de lo anterior ha sido la celebración, el pasado febrero, del Simposio Internacional de Teología: "El Hombre ante Dios, entre la hipótesis y la certeza"; y más reciente la valentía de los gestores y firmantes del "Proyecto Varela".

No es arcano que a algunos "líderes" de la oposición les ha faltado erudición por más de cuarenta años; y el no aceptar la necesidad dialéctica de enriquecerse con sus angustias, actuaciones y razonamientos; para enfrentar el régimen de Castro. La prueba reina los grandes reveses. Muchos están aparcados en el pasado, pareciera que esos "líderes" ignoran que solo cuando el alma humana reacciona con un conocimiento total, tiene el hombre la posibilidad de abrir un excelente espacio para convivir con sus semejantes. Porque el ánima incólume excita el cerebro y hace que sean fecundas las ideas. Cimiento irreemplazable para la concepción y aplicación de la libertad, la práctica de la justicia social y la fraternidad. Consolidándose así una hermosa norma para construir la paz entre los compatriotas, más allá de las desavenencias.

En el interior y exterior de Cuba, algunos "voceros" del régimen y de la oposición: deben dejar de alentar el enfrentamiento con la retórica desgastada y estéril. La exigencia hoy es la de no continuar divagando. Reconocer este desafío permitirá crear una nueva opinión pública, favorable al cambio democrático. Es decir, contender ajustados a la realidad se estará fortaleciendo el inevitable diálogo entre los cubanos.

No existe execrable ciego que aquel que no anhela avizorar, tal es el caso de algunos dirigentes. Todos en mayor o menor grado hemos visto y vivido, durante cuatro décadas, que el sistema político en la isla está respaldado por la mayoría del pueblo cubano. Y esto es posible porque tiene talento y han tomado conciencia de los embrollos sociales, económicos y políticos, antes y después del primero de enero, del cincuenta y nueva. No solo en Cuba sino también en el mundo. Guste o no, es una verdad, con letras mayúsculas; porque de ningún modo los acontecimientos dejan de existir solo porque alguien los impugna.

Ante estas evidencias irrefutables, se hace necesario que los opositores y el régimen cubano renueven sus estrategias y expongan nuevas ideas que permitan someterlas a una discusión civilizada. Eso sí, aceptar con valentía, las discrepancias o la complacencia del adversario; como experiencia enriquecedora que permita continuar el debate con nuevas y convincentes consideraciones.

El mundo ha cambiado y polemizar con el oponente se impone, pero debe practicarse con arte y razón de Estado. Hay que hacer oposición con diplomacia, a la altura de nuestra estirpe. Sin renunciar, ninguna vez, al decoro. Porque formamos parte de un pueblo excelso - independientemente de los puntos de vista individuales -; inspirado en los ejemplos de todos los cubanos que: lucharon por sus ideales, luchan hoy y lucharan mañana, para construir la anhelada Nueva Cuba Democrática.

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial – citando autor y fuente).

1 de junio de 2002

Cuba: Sinuosos que reptan sobre el vientre para caminar...

Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
01 de junio del 2002.

NO son pocos los intentos que realizan los cubanos, sin excepción, por encontrar la verdad y el camino para una auténtica reconciliación nacional. Pero en la marcha se impone la imperfección humana y el libre pensamiento, que aportará la mentira para favorecer las personales necesidades utilitarias, poniéndolas por encima del decoro. ¿Acaso esto no es corrupción?

Es como sí la mentira se apropiara del entendimiento, asentándose en su hondura; donde se fortalece el juicio de la deslealtad - en ocasiones irreparables – para con nuestros compatriotas. Los efectos durante cuarenta años todos lo conocemos.

A decir verdad, estoy convencido de que muchos cubanos - dentro y fuera de la isla - actúan como servidumbre del mal y con su egoísmo defienden y alimentan una creencia política, la cual consideran como indiscutible y absoluta. Empero olvidan que están asumiendo una actitud deleitosa y frívola. Verdades y creencias prostituidas, que afecta el libre albedrío del intelecto.

Es evidente que muchos cubanos "desconocen" que la verdad no se impone; si no que son sus aportes a la existencia los que ilustran su esencia. Solo es posible esto cuando ella, la verdad, es capaz de juzgarse por sí misma; ya que está a la vista de aquellas personas inteligentes y con ética, que pueden desde el alma disfrutarla.

Aunque ciertos coterráneos en la isla y el exilio no aceptan esta verdad, siempre invito a que reflexionen sobre la manera de hacer política honesta – que es lo contrario de la politiquería -. Como única alternativa de hacerla con decencia. Tratando de evitar la mezcla de "verdad" y mentira, aunque esta última sea piadosa; de este modo es como hacer la aleación de plata y oro; solo será más brillante y resistente el metal resultante, pero rebajado en mucho su valor.

Hay que aprender a no creer todo lo que se oye decir, sino que, cuando se crea lo dicho se haga conscientemente, para entonces reaccionar plenamente. Los que en el exilio apoyan la violencia contra Cuba, y en la isla dicen "apoyar" a Castro; ojo compatriotas... no serán acaso "individuos" sinuosos que reptan sobre el vientre para caminar y no precisan hacerlo sobre sus pies. Cubanos "honorables" a uno y otro lado, del Estrecho de la Florida, que con sus vicios cubren de ignominia a la patria. Porque son insidiosos y embrollan la verdad, sin que les dé vergüenza.

Existirá la verdad en la mente de muchos cubanos, el día que sus pensamientos sean positivos y motivados desde el alma, con sinceridad y benevolencia. Esta es la verdadera concepción que debe prevalecer entre los cubanos; la verdad verdadera, independientemente de los puntos de vista. Se debe pensar como pueblo y nación.

Montaigne dijo que: "Sopesando bien, decir que un hombre miente es tanto como decir que es valiente con Dios y cobarde con los hombres. Porque la mentira se encara a Dios y huye ante el hombre".

Muchos cubanos cuando debieran decir la verdad, son cómplices del silencio. ¿No es acaso esto engañar? Quizá pudiera considerarse que este mutismo es discreción, pero este acto "inofensivo" tiene un límite, pasado el cual es dañino al prójimo y no benéfico. Otros más "inteligentes" disimulan comportándose como si nada ocurriera en su entorno. ¿Acaso esto no es evadir la evidencia? Que decir de esos rostros que como mascaras falsamente sorprendidos abrazan efusivos, acompañados de ambiguas palabras cargadas de cinismo.

En el exilio y en Cuba, por más de cuarenta años, la Ley ha sido él aprender a decir la mayor cantidad de palabras. Palabras sin decir nada o diciendo en lo contrario de lo que quisiera o debiera decir. Estos personajes todos los conocemos dentro y fuera de Cuba.

La mentira disfrazada de verdad no existiría en nuestras vidas si aceptamos la verdad como principio divino. Entonces triunfaremos sobre los temores, las circunstancias y la vida.

Asumir con soberanía y honor la verdad sobre las causas y efectos que llevaron al triunfo revolucionario el primero de enero del cincuenta y nueva. Las diversas modalidades de agresión contra Cuba y los cubanos, en la isla. Las motivaciones que impulsan ha la salida ilegal del país de cubanos, con las consecuencias que ocasionan; los intereses mezquinos por retornar a la isla, de algunos cubanos poderosos. A todo lo anterior hay que añadir muchas otras cosas más que harían interminable este ya extenso trabajo. Ante estas causas y efectos, se impone el análisis y la búsqueda de la verdad para hallar soluciones saludables para el problema de los cubanos y Cuba.

Creo es indispensable el asumir y aceptar la verdad, mi verdad, vuestra verdad; para poder estar todos alineados de manera equilibrada con las ideas y los pensamientos - exteriorizadas desde el alma -, pero debe ser con armonía y ajustados a la realidad aplastante del hoy, el aquí; el presente proyectado al futuro, sin fantasía; es decir, con los pies en la tierra y no en las nubes.

No existen muchas alternativas, hay que erradicar de nuestra vida la mentira, para de esta manera poder construir una Nueva Cuba; esa que soñamos. No podemos continuar aceptando que esta, la mentira, sea un mal incurable y necesario para vivir. Se hace necesario preguntarnos: ¿Por qué engañar? ¿Por qué aceptar ser engañado? Es qué no existe algo más fuerte que pueda eliminar la mentira y evitar que esta obstruya el análisis racional de la realidad y evitar se oculte la verdad por más tiempo.

Bien es verdad que en Cuba y el exilio se libra actualmente una lucha intestina por encontrar la verdad que permita la reconciliación nacional. Sin embargo, en realidad los cubanos sustentan su existir - por una u otra conveniencia - en los embrollos de las mentiras. Estoy convencido que la mayoría no lo hace por placer morboso, si por el beneficio humanamente aceptable para poder sobrevivir.

Pero con esta conducta no se está asegurando con certeza la verdad y tampoco el destino de Cuba; mucho menos para dejar de ser república tabaquera o azucarera, en manos de unos pocos.

Mientras algunos crean que el mero sacrificio, la inmolación, correr peligros graves, etc., es la solución al problema cubano y al cambio necesario en el país, no se podrá construir una verdadera convivencia entre todos los nacionales. Porque solo se está alimentando la ignorancia y el orgullo de aquellos que ven como ejemplo a los que viven del dolor de la nación cubana, dentro y fuera de Cuba. Un pueblo que clama paz, amor y fraternidad universal.

Pero los cubanos de bien no podemos rendirnos, y saludable sería que todos eleváramos la voz a Dios y repitiéramos desde el alma, cada día, con palabras y hechos las enseñanzas del excelso Gandhi:

"Señor:

Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para
ganar el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad no me quites la dignidad.
Ayúdame a ver siempre la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de
traición a los demás, por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia y que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme, y si la gente me
ofende, dame valor para perdonar.
¡Señor, si me olvido de ti, nunca te olvides de mí!".


(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente).


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

contextus.pablofeliperezg@gmail.com
https://bit.ly/3I7Jf0o
facebook
twitter
instagram