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©Pablo Felipe Pérez Goyry

14 de abril de 2008

Cuba: Éxodos y exilio, la tabla de salvación para los cubanos


Por Pablo Felipe Pérez Goyry
14 de abril de 2008.

Frente a la costa norte de Cuba, a 130 kilómetros de la península de Hicacos, está incitante Key West. Génesis de inspiración para miles de cubanos que durante cerca de medio siglo han visto en la Florida la tabla de salvación para no sólo huir de la dictadura marxiatfidelista, sino también la posibilidad de alcanzar el “sueño americano”.

Para algunos, una quimera suntuosa que anima la pasión, hace perder la moderación y la calma de la mayoría de los cubanos. La prueba irrebatible, es que a partir 1959 más de un millón de cubanos han dejado atrás las penurias impuestas por la “revolución cubana” y han decidido emigrar o exiliarse en los Estados Unidos de América y otros países.

Entre 1965 y 1971, alrededor de 200.000 cubanos abandonaron el archipiélago en los primeros años después de 1959, y 250.000 “levantaron velas” amparados en el “Programa de Alas por la Libertad”. No es un secreto que en su mayoría los primeros emigrantes o exiliados cubanos eran de la clase acomodada criolla y que tenían mucho que perder bajo el comunismo. Posteriormente, partirán otros isleños de diferentes sectores de la sociedad.

Aunque, este éxodo beneficiará las ambiciones de Fidel Castro y su proyecto revolucionario, puesto que despachaba fuera de la isla a los descontentos y a cualquier persona que pudiera forjar la oposición política, de la misma manera despojaba a Cuba de profesionales y ciudadanos cualificados.

Estas emigraciones o éxodos, no serán los únicos. Quizás el más neurálgico para Castro fue el que se inicia con la entrada en la Embajada del Perú en la Habana, el 1ro de abril de 1980, de miles de cubanos que deseaban salir de Cuba. Más de 10 mil personas en su mayoría adolescentes y jóvenes, en el transcurso de cuarenta y ocho horas, penetraron en la embajada y se acomodaron en los techos, jardines, pasillos y el patio de la sede diplomática.

La historia llega a su fin, cuando durante tres meses más de 125.000 cubanos fueron recogidos en el puerto de Mariel, al Oeste de La Habana, por embarcaciones llegadas de la Florida. Entre los llamados marielitos cruzaron el Estrecho de la Florida unas 25.000 personas que el dictador ordeno liberar de las prisiones. Ante la indudable argucia y mala fe de la dictadura, el éxodo que salía del Mariel fue taponado por James Carter, por aquellos años el Presidente de Estados Unidos.

De esta manera, resultaba evidente que la “revolución cubana” y el “paraíso socialista” tenía espinosas falencias como modelo para los países en vías de desarrollo.

En 1994, Castro consintió premeditadamente la emigración de unos 30.000 balseros, que salieron hacia Florida en pequeñas e improvisadas embarcaciones fabricadas con neumáticos, corcho, madera. Esto obligó a las autoridades estadounidense impedir otra entrada de cubanos en proporciones análogas a las del éxodo del Mariel e indignados al comprobar que la política de emigración de Estados Unidos estaba siendo manipulada a su antojo por Castro, en 1995 el presidente Clinton dio la orden de cancelar la tradicional política del gobierno de Estados Unidos de otorgar asilo político a todo cubano que llegará a sus costas.

La mayoría de los balseros fueron interceptados por los guardacostas estadounidense y trasladados a la base naval de Guantánamo. Con todo, después de permanecer, en los campamentos de Guantánamo, durante un mes en duras condiciones, son aceptados como refugiados y trasladados a Estados Unidos.

Al inicio de estas cuartillas, señalaba que los primeros emigrantes o exiliados cubanos eran los ricos del país, y no los más pobres, lo cual los diferenciaba de la mayoría de otras acostumbradas inmigraciones en la historia de los Estados Unidos.

No hay dudas de que algunos cubanos en el exilio han sufrido la inevitable nostalgia y la resignación de no saber cuando regresaran a la isla. Empero, esto no ha impedido que muchos tengan éxito en sus quehaceres profesionales, como los músicos Arturo Sandoval, Meme Solís, Paquito de Rivera y Celia Cruz. También, escritores y periodistas como Claudia Márquez Linares, Alejandro Armengol, Carlos Alberto Montaner, Alberto Lauro, Zoe Valdez, Raúl Rivero, Pedro Corzo, Manuel Vázquez Portal, Rafael Rojas, Norberto Fuentes, Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas.

O el virtuosismo incomparable del actor, director y productor de cine Andy García; la meritoria labor de los que hacen posible el periódico “La Primavera de Cuba” y la “Revista Misceláneas de Cuba”, que se editan en Suecia; la presencia en el ciberespacio de páginas web diseñadas por cubanos, como “Cuba Democracia y Vida” (Guillermo Milán) y “Contacto Cuba” (Jay Martínez); el prestigioso trabajo del Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano, el Instituto de Estudios Cubanos, y el Instituto de la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo.

En lo político, es posible que el más conocido sea el caso de Jorge Mas Canosa, un cubano que se dice comenzó lavando platos y de esta manera logro convertirse en millonario y en presidente auto designado en el exilio, como líder de la Fundación Nacional Cubano Americana (CANF), hasta su muerte en 1997.

La CANF, cuestionada por unos y alabada por otros, es célebre por ser el grupo de presión de cubanos estadounidenses más poderoso en Washington, y tiene una influencia sobresaliente en la política de Estados Unidos hacia Cuba.

Asimismo, otros exiliados o emigrantes integran grupos anticastristas muy activos, fundamentalmente en Miami. Como la organización “Hermanos al Rescate”, que consagra sus esfuerzos en ayudar a los refugiados cubanos en alta mar y que en 1996 lanzó propaganda sobre La Habana, desatando una crisis internacional cuando dos de sus aviones acusados de violar el espacio aéreo cubano fueron abatidos por aviones de la fuerza aérea de Castro.

Por las evidencias y propia experiencia personal, coincido con el periodista Jay Martínez, que señala en uno de sus comentarios: “El exilio cubano esta compuesto por cubanos de todas clases. Los que salieron en los sesenta y setenta, los de los ochentas, los noventas y los de ahora del siglo 21”.

En suma, puedo asegurar al paciente lector, que la lista de excelsos cubanos de la diáspora es extensa. Al mismo tiempo, es importante destacar que los cubanos dispersos por el planeta son los principales financista de la economía cubana con las remesas que envían a sus familiares en la isla cárcel.

Por lo demás, a la mayoría de los cubanos que residen fuera de Cuba, definitivamente les preocupa el bienestar de los familiares que están en la isla y los visitan regularmente. Un ejemplo, en este sentido, son las encuestas del gobierno estadounidense, donde se insiste que muchos emigrantes y exiliados cubanos de segunda o tercera generación se ven así mismos más como ciudadanos de Estados Unidos que de Cuba. Algo a tener en cuenta para cuando ocurra una transición hacia la democracia en Cuba.

Durante más de cuarenta años y cercanos al medio siglo, los éxodos y exilios han desparramado por todo el planeta a los insulanos. Empero, la mayoría se han afincado en territorio estadounidense, especialmente en Miami, que es una ciudad que dominan numérica, cultural, económica y políticamente. El corazón cubano de la ciudad está en la zona conocida como la “Pequeña Habana”, donde proliferan los negocios y restaurantes que ofrecen especialidades cubanas, muy al estilo de los años precedentes al 1959.

Hoy día, los gobiernos de Estados Unidos consideran a los cubanos que intentan llegar a sus fronteras como “emigrantes económicos ilegales” y no “refugiados políticos”, y como mantienen un acuerdo migratorio con la dictadura los devuelve a la isla cárcel. Parte de este acuerdo, que hasta el momento se ha respetado, tiene el “compromiso” de conceder visado a 20.000 cubanos al año para puedan emigrar a través de conductos oficiales a territorio estadounidense.

A modo de conclusión, durante todos estos años, miles de cubanos han abandonado la isla cárcel, emigrando ilegalmente en botes y balsas improvisadas, o nadando hasta la base naval de Guantánamo, en el sudeste de la isla. También, centenares de balseros se han ahogado, han muerto de sed y hambre o han sido devorados por tiburones en su intento de llegar a Florida.

Finalmente, tengo la percepción que estos acontecimientos son síntomas de los yerros políticos de la dictadura marxistafidelista y la desesperanza de los cubanos que viven en Cuba, que sumado a otros eventos represivos como la Primavera de Cuba en el 2003, son pruebas irrefutables del fracaso de la “revolución cubana” y su intento de ser un ejemplo socio-económico-político a tener en cuenta por los países de América Latina. ¿Será que únicamente los éxodos y el exilio son la tabla de salvación para los cubanos? Tiene la palabra amiga, amigo. ¡NAMASTE!

7 de abril de 2008

Cuba: ¿Not to be, será el destino de la nación cubana?


Por Pablo Felipe Pérez Goyry
07 de abril de 2008.


Actualmente, son disímiles las polémicas y enfoques sobre qué es la Democracia. También, no hay un consenso para ponerla en práctica e interpretarla. Democracia, es un término peliagudo y nace de las palabras helena “demos” (pueblo) y “cratos” (autoridad).

Para los politólogos escrupulosos, la democracia tiene como precepto vital, de que las mayorías deben gobernar sobre las minorías, sin desestimar los derechos colectivos y particulares de los ciudadanos. Por sobre todas las cosas se deben salvaguardar los derechos fundamentales de carácter universal de todas las personas.

En una legítima democracia se reconoce al pueblo como indiscutible poder que tiene la responsabilidad de asegurar la votación que elegirá los órganos administrativos nacionales, regionales y locales del Estado-nación. Además, el pueblo establece la justificada vigilancia de la gestión estatal y de los funcionarios públicos. Quiere decir, que el pueblo goza de la privilegiada sabiduría e inconfundible facultad para cohabitar con autoridad sobre sus representantes y el gobierno.

La autonomía y representatividad entre poderes y el respeto de los derechos de las minorías, son principios esenciales de una democracia. Si cualquiera de estos se violenta la “democracia real” pasará a ser una “democracia formal”. Para remediar este conflicto de intereses, surgen diferentes percepciones que se han experimentado en la historia. Conocida es la irónica “democracia representativa” estrujada en Occidente; la “democracia dirigida” cobijada por algunos países asiáticos; y la “democracia directa o indirecta”.

En la República de Cuba, durante más de cuatro décadas, se implantó la llamada “democracia popular”. Término utilizado, sin el menor decoro, por la dictadura de Fidel Castro para emperifollar la ausencia de una “democracia real”. De esta manera, desde 1959, el Estado con su estructura miscelánea está en las manos de Castro y su comparsa. Así las cosas, las consecuencias catastróficas del marxismo-fidelismo tienen a los cubanos que residen en el archipiélago ahogados en la pesadilla de estar esclavizados por un régimen que les niega sus derechos universales y puedan gozar de los principios de libertad y democracia.

La “revolución cubana” se ha pervertido con las coacciones impuestas por Castro, que neutraliza sistemáticamente las aspiraciones de opositores y disidentes, utilizando refinados métodos de intimidación y manipula sin escrúpulo la verdad, dizque para salvaguardar los intereses del pueblo y el gobierno. Un ejemplo es que en cada jornada, los métodos de exaltación del espíritu por medio de arengas dañosa con promesas quiméricas y, la demagogia autoritaria que rebosa la desesperanza de los cubanos y descorazona el alma de la nación.

La “República unitaria y democrática cubana” están en manos de una dictadura que elude la obligación de proteger los Derechos Humanos básicos, como la libertad religiosa y de expresión; la aplicación de la ley con escrupulosidad; respetar a las organizaciones sociales, económicas y políticas opositoras, así como la participación activa de estas en la vida del país. Castro es el “Cacique” que controla todos los aspectos de la vida en el archipiélago cubano y es la personalización de la teoría-práctica del oportunismo político con poder ilimitado y con ayuda del Partido Comunista, las organizaciones de masas, la maquinaria de Seguridad del Estado (hermana de la Gestapo hitleriana y la KGB estalinista), la burocracia del Consejo de Ministro y de Estado mantiene el control absoluto para la aplicación radical de su experimento social-económico-político como sí los cubanos fueran ratillas de laboratorio.

Con todo, los adeptos del régimen marxista-fidelista insisten de en Cuba hay un Estado-nación democrático, regido por un sistema de gobierno presidencial que facilita la realización de elecciones. Olvidan los defensores de la dictadura castrista de las elecciones democráticas deben ser legitimas contiendas incluyentes avaladas por el pueblo y que no favorecen la desvergüenza tras la que se enmascara un dictador o partido único político.

Los gobiernos democráticos están sometidos al Estado de Derecho para garantizar la equidad en la aplicación de las leyes, como parte de las obligaciones de un sistema legal acrisolado. Algo que nunca se ha aplicado a las personas fusiladas o los cientos de opositores y disidentes encarcelados en Cuba. Las democracias son el reflejo de las características particulares de la vida política, económica, social y cultural de cada país. Todo ciudadano tiene responsabilidades y derecho de participar en el sistema político-social-económico para salvaguardar sus intereses. Es cierto de en la práctica, las democracias son diferentes y es una utopía pretender sean iguales. Empero, esto tiene como explicación de las democracias se sustentan en principios fundamentales y en ningún caso a prácticas estáticas uniformes. ¡En Cuba no hay democrática!

Al presente, fruto de una disparatada gestión y baja productividad de una economía centralizada, ineficazmente administrada por el Estado, y los avatares de la revolución irreverente, tienen a Cuba hundida en la escasez jeroglífica de bienes de consumo y alimentos (según Óscar Lewis “cultura de la pobreza”)En las calles del archipiélago cubano se propaga el espectro del ayuno forzoso, el incremento del meretricio, la indigencia y un salario promedio mensual que no alcanza los 10 dólares. El pueblo cubano sufre el síndrome del apartheid del turismo, que se resume en: no poder disfrutar las hermosas playas de la isla, los mejores hoteles, clubes nocturnos y restaurantes con apetitosos bufé. Pareciera que para el régimen su prioridad es el bienestar de los extranjeros relegando al olvido al pueblo.

Aunque la dictadura hace esfuerzos para maquillar la realidad, introduciendo reformas del “libre mercado” como táctica castrista para dar tímidas señales de alivios macroeconómicos, la generalidad de cubanos vive en el embrollo de las tiendas desérticas, las dilatadas colas, las famélicas raciones, el comercio negro, el trueque y él rebusque de dólares.

¡No hay democracia en Cuba! La dictadura existe y es parte esencial en la vida y ambiciones atornilladas de la elite marxista-fidelista, presidida por Castro. El “Cacique cubano” continúa pervirtiendo los destinos del país y coacciona a los nacionales con la enérgica ayuda de la red de vigilancia con agentes encubiertos, informantes, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y las Brigadas de Respuesta Rápida (BRR)Castro y su comitiva se obstinan en controlar el país y obligan al pueblo cubano a ser comunista.

En Cuba está prohibido el pluripartidismo y tener una opinión diferente al gobierno. Además, la tortura psíquica, depresión, neurosis, y desilusión total obliga a un sinnúmero de cubanos salir del país. Los menos afortunados han muerto y están sepultados en la hondura de las aguas del Estrecho de la Florida y el Golfo de México. Otros están en la isla muertos o muertos en vida.

Es incuestionable de Castro es un activo dictador y excelente discípulo de Nicolás Maquiavelo (1469-1527) y es bien conocida su afirmación de que “el fin justifica los medios”. Es decir, utilizar las malas artes de la hipocresía y perversidad con el fin de lograr ganancia lucrativa de un resultado, como una variedad del pragmatismo. Castro aprendió bien la lección y es la encarnación de la teoría-practica del engaño-desengaño y a causa de su prepotencia el pueblo cubano tiene secuestrada su libertad.

Por todas estas razones, es cierto que la urgencia de un compromiso de reconciliación nacional es impostergable y que no es posible alcanzarlo si como obstáculo domina la terquedad del régimen y el discurso de algunos líderes de la oposición. Estas condiciones hacen improbable el desarrollo de una conciencia democrática que facilite un proceso de apertura y reestructuración económica-política-social en Cuba.

Tengo la respetuosa percepción de los cubanos pundonorosos no permitirán que Cuba quede maniatada a la desventura y la indigencia esclavicen el decoro del alma de la nación. El fanatismo y el egoísmo no tienen cabida en el futuro de Cuba con libertad y democracia, porque estará basado en los principios de: independencia, honor, voluntad férrea y equidad. Por último y con el corazón en la mano las preguntas a responder son: ¿Not to be, libertad y democracia será el destino de la nación cubana? Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!

1 de abril de 2008

Cuba: Democracia no es libertinaje morboso y desgobierno gorrón


Por Pablo Felipe Pérez Goyry
01 de abril de 2008

En una verdadera “democracia” la generalidad del pueblo no debe estar a merced de los patrioteros y las fuerzas financieras usureras. Como están muchos países gobernados por dictaduras monárquicas o presidenciales. Una autentica democracia debe implementar un correcto empleo de los sistemas educativos y de salud, además de entrenar de manera no obligatoria a todo el pueblo para reconozca los correctos valores con un punto de vista más justo, que permita la unidad cooperadora encaminada hacia un fin reconocido por la totalidad.

Es evidente de hay corrupción en Cuba, pero no comparable con las inmoralidades de algunos políticos de América Latina. No es posible ocultar de hay presos políticos en Cuba, quintacolumnistas y conspiradores de todo tipo; como los hay en otros países del mundo. Los DD.HH. en Cuba se violan sistemáticamente, que es "el pan de cada día" en muchos países según válidos testimonios presentados ante la ONU, Amnistía Internacional, la Asociación Contra la Tortura, el TAT y otras prestigiosas instituciones.

Cuba no es el único país donde existe machismo, prostitución, etcétera, que son normas de convivencia para algunos sectores de la sociedad. No solo en Cuba hay racismo, porque desde que el mundo se creó impera. Únicamente en Cuba no hay plena libertad de expresión, si tenemos en cuenta de vivimos en un mundo unipolar radicalizado, donde los medios de información están en manos poderosas que dictan las normas de “estas conmigo o en contra”. ¿Acaso en el mundo no hay estos males?

Sé que al abordar estos temas, el avispero se revuelve, y no son pocos los que defienden a “capa y espada” sus puntos de vista con ilustradas razones. Y no estamos en contra de este contexto, que es precisamente lo que exhorta a finalmente deba existir un dialogo nacional, con relación al futuro de la Nación Cubana. Es en definitiva el asunto que trata estas cuartillas.

Como dato a tener en cuenta, actualmente todas las organizaciones opositoras cubanas tienen sus propios proyectos. Son numerosos los conceptos sobre cómo debe de hacerse una “transición en Cuba”. Hay defensores, belicosos y radicales, de creen está garantizado el futuro de la isla con una intervención directa de EE.UU., que elimine físicamente de la vida política al agónico Castro.

Otros como Oswaldo J. Payá Sardiñas, del Movimiento Cristiano Liberación, enfocan sus esfuerzos en un llamado “Diálogo Nacional y Programa Transitorio”, que es un complemento del “Proyecto Varela”. Un excelente programa transitorio, que serviría como una hoja de ruta coherente para pueda realizarse una Consulta Popular en un Diálogo Nacional y lograr un programa de consenso. Por otro lado, el doctor Roberto Simeón, del Partido Social-Revolucionario Democrático de Cuba, promueve él dialogo entre cubanos y trata de conseguir la unanimidad necesaria para la reconciliación nacional, y se pueda discutir el “Ante-proyecto de Constitución”, que se consideraría en una Asamblea Nacional Constituyente soberana. Este “Ante-proyecto” para una nueva Constitución, aspira perfeccionar el socialismo y entre otras cosas aceptar toda legitimidad del estado, cualquiera que sea su característica, ha de ser expresada en una Constitución acordada por una Asamblea Nacional Constituyente Soberana. Los liberales buscan unir esfuerzos para un proyecto unificado que facilite una transición coherente.

Si bien me inclino por un sistema político parlamentario por los fracasos presidencialistas en América Latina, en honor a la verdad todas las propuestas son válidas. Porque tienen como premisa la realidad en el archipiélago y que solo es posible defender los intereses de los cubanos si no hay retorno a un “plattismo”.

Soy defendedor de en el futuro exista un gobierno participativo popular en Cuba; que rectifique el derrotero histórico, defienda los intereses del pueblo y la soberanía nacional contra perversas intromisiones foráneas que impongan a los cubanos una transición “plattinizada”. No debe aceptarse un presidente como Estrada Palma, Machado, Batista o Castro, y el “retorno al primitivo caciquismo criollo con garras ensangrentadas. Tampoco consentir en Cuba lo que pretende hacer en Venezuela el presidente Hugo Chávez. Los cubanos deben aprender que los acontecimientos en Iraq son un buen ejemplo de “transición democrática” malintencionada.

Es válida la salvaguardia de los Derechos Universales, que es el anhelo de libertad de cualquier ser humano y una aspiración natural de aquellos cubanos que velan por los destinos de su tierra natal. Pero los primeros pasos para realizar reformas se deben enfocar en el diálogo, para activar los mecanismos de una Asamblea Constituyente, que sólo será dable con el consentimiento de los cubanos, y la mayoría está en la isla. Eso sí, no faltaran los conflictos, demoras, cansancios y enigmas a descifrar en un proceso de transición. Es el costo simbólico de la virtud humana para su propia determinación y juicio, como causa de sus actos.

Una de los arcanos está en la insistencia de aquellos que reclaman cambios "democráticos" en la isla. Será como la que existe en Haití y Bolivia. Quizá la turbulencia política de Pakistán o Iraq. Así comienzan las dudas. ¿Acaso las personas más iluminadas no la han sentido en carne propia? Con todo ¿quién no la ha experimentado alguna vez? Y es que la duda forma parte de los obstáculos que todo ser humano debe enfrentar con valentía y de manera individual; que va a afectar a la totalidad. La duda es una cuota imprescindible para obligarnos a reflexionar y sacar conclusiones antes de decidir. Aún así, como no somos perfectos podemos correr el riesgo de equivocarnos.

La imperfección en las acciones de los seres humanos está asida a las costumbres y en la práctica no son ideales. Por este motivo las personas y los pueblos están condicionados a perseverantemente reorientar y rectificar cada paso cuando transitan por la vida, para de esta manera vigorizar el alma. Todos los cubanos necesitamos rectificar, como condición indispensable para dialogar con respeto. Pues, rectificar es el primer síntoma del sendero que conduce a la sabiduría, y esto facilita que el alma quede libre para rendir libre culto a la persuasión decorosa.

Sé de hay hendiduras profundas y antagonismos entre las diferentes corrientes ideológicas curtidas por la traumática historia y la polémica evolución política del país. Respetables son las ideas que se proclaman a través de los diversos grupos opositores que no dejan de tener buenas intenciones y propósitos encaminados a la reconciliación nacional, en algunos casos con marcada benevolencia.

Empero, Democracia no es libertinaje morboso y desgobierno gorrón. Quiere decir, que la nueva ciencia política y de gobierno en Cuba debe ser diferente, ajustada a los nuevos tiempos. Para nazca “una democracia participativa y protagónica” reforzada por la liberalidad, el pundonor, las rectas relaciones humanas y la espiritualidad.

Frente a las adversidades, triunfan los sanos ideales cuando prevalecen la voluntad, virtud, perseverancia, talento, y sabiduría. Ya que, la regla de oro es la de asumir con madurez que: “No se puede guiar a un pueblo contra el alma que la mueve, o sin ella. No está lejano el día en que el pensar nacional se moverá en esta dirección.

Los cubanos honestos deben buscar erudición en la historia y con la luz del discernimiento respuestas para postrados en acto de modestia e inspirados por la irradiación divina de la experiencia construir el futuro de la nación. Es deber de los cubanos el reflexionar como nación y aprender que es esencial diferenciar entre la razón y el impulso, la lógica y las emociones, y hacer un adecuado uso de ellas. Empero... ¿El pueblo cubano está preparado para un cambio político? ¿Marcha rumbo a una transición democrática no-violenta? ¿Cuál será el actual desarrollo y potencial desenlace de los acontecimientos, al interior de Cuba? Preguntas difíciles de responder. Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

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