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Autor: PABLO FELIPE PÉREZ GOYRY   Venta aquí: https://t.co/ByjkJ88vJB


©Pablo Felipe Pérez Goyry

28 de abril de 2010

Un baile de máscaras - Cuento de Alexandre Dumas, padre





Un baile de máscaras - Cuento de Alexandre Dumas, padre
Ciudad Seva

Había dado la orden de que se dijese que no estaba en casa para nadie: uno de mis amigos forzó la consigna.

Mi criado me anunció al señor Antony R... Descubrí, detrás de la librea de José, el cuerpo de una levita negra. Era probable, por lo tanto, que el que la llevaba hubiese visto, por su parte, la falda de mi bata de casa.

Siendo imposible ocultarme:

-¡Muy bien! Que entre -dije en alta voz.

"¡Que se vaya al diablo!", dije en voz baja.

Cuando se trabaja, sólo la mujer que se ama puede interrumpir a uno impunemente; pues, hasta cierto punto, siempre está ella de algún modo en el fondo de lo que se hace.

Me fui, pues, hacia él con el aspecto medio irritado de un autor interrumpido en uno de los momentos en que más teme serlo, cuando le vi tan pálido y tan descompuesto que las primeras palabras que le dirigí fueron éstas:

-¿Qué tenéis? ¿Qué os ha ocurrido?

-¡Oh! Dejadme respirar -dijo-. Voy a contároslo; pero, ¡qué digo!, esto es un sueño o sin duda, estoy loco.

Se arrojó sobre un sofá y dejó caer la cabeza entre sus manos.

Le miré asombrado: sus cabellos estaban mojados por la lluvia; sus botas, sus rodillas y la parte baja de su pantalón, estaban cubiertos de barro. Me asomé a la ventana y vi a la puerta a su criado con el cabriolé: nada comprendía de aquello.

Él vio mi sorpresa.

-He estado en el cementerio del Pére-Lachaise -me dijo.

-¿A las diez de la mañana?

-Estaba allí a las siete... ¡Maldito baile de máscaras!

Yo no podía adivinar la relación que podía tener un baile de máscaras con el Pére-Lachaise. Así es que me resigné, y volviendo la espalda a la chimenea, empecé a envolver un cigarrillo entre mis dedos, con la flema y paciencia de un español.

Cuando terminé de hacerlo, se lo ofrecí a Antony, el cual sabía yo que de ordinario agradecía mucho esta clase de atención.

Me hizo un signo de agradecimiento, pero rechazó mi mano. Por mi parte, me incliné a fin de encender el cigarrillo: Antony me detuvo.

-Alejandro -me dijo-, escuchadme: os lo ruego.

-Pero si hace un cuarto de hora que estáis aquí y no me decís nada.

-¡Oh! ¡Es una aventura muy rara!

Me enderecé, puse mi cigarro sobre la chimenea y me crucé de brazos como un hombre resignado; únicamente que empezaba a creer como él que muy bien podía haberse vuelto loco.

-¿Os acordáis de aquel baile de la Ópera, en que os encontré? -me dijo, después de un instante de silencio.

-¿El último, en el que había a lo más doscientas personas?

-Ese mismo. Os dejé con la intención de irme al de Variedades, del cual me habían hablado como cosa curiosa en medio de nuestra curiosa época: usted quiso disuadirme de que fuese; la fatalidad me empujaba a aquel sitio. ¡Oh! ¿Por qué no ha visto usted aquello; usted, dedicado a describir las costumbres? ¿Por qué Hoffman o Callot no estaban allí para pintar aquel cuadro fantástico y burlesco a la par que se desarrolló ante mis ojos? Acababa de dejar la Ópera vacía y triste y encontré una sala llena y gozosa: corredores, palcos, plateas, todo estaba lleno.

"Di una vuelta por el salón: veinte máscaras me llamaron por mi nombre y me dijeron el suyo. Eran celebridades aristocráticas o financieras bajo innobles disfraces de pierrots, de postillones, de payasos o de verduleras.

"Eran todos jóvenes de nombre, de corazón, de mérito; y allí, olvidando familia, artes y política, reedificaban una tertulia del tiempo de la Regencia en medio de nuestra época grave y severa. ¡Ya me lo habían dicho y, sin embargo, yo no había querido creerlo! Subí algunas gradas, y, apoyándome sobre una columna, y medio escondido por ella, fijé los ojos en aquella ola de criaturas humanas que se movían a mis pies. Aquellos dominós de todos los colores, aquellos vestidos pintorreados y aquellos grotescos disfraces, formaban un espectáculo que no tenía semejanza con nada humano. La música empezó a tocar. ¡Oh! Entonces fue ella. Aquellas extrañas criaturas se agitaron al son de aquella orquesta cuya armonía llegaba a mis oídos en medio de gritos, de risas y de algazara; se cogieron unos a otros por las manos, por los brazos, por el cuello: se formó un gran círculo, empezando entonces un movimiento circular; bailadores y bailadoras pateando, haciendo levantar con ruido un polvo cuyos átomos hacía visibles la pálida luz de las arañas; dando vueltas con velocidad creciente y con extrañas posturas, con gestos obscenos, con gritos desordenados: dando vueltas cada vez con más rapidez, tirados por tierra como hombres borrachos, dando alaridos como mujeres perdidas, con más delirio que alegría, con más rabia que placer: semejantes a una cadena de condenados que hubiesen cumplido, bajo el látigo de los demonios, una penitencia infernal. Aquello ocurría en mi presencia y a mis pies. Sentía el viento que producían en su carrera: cada uno de los que me conocía me decía, al pasar, alguna palabra que me hacía enrojecer. Todo aquel ruido, todo aquel murmullo, toda aquella confusión, toda aquella música, estaban en mis oídos como en la sala. Muy pronto llegué a no saber si lo que tenia ante mis ojos era sueño o realidad; llegué a preguntarme si no era yo el insensato y ellos los razonables: se apoderaban de mí extrañas tentaciones de arrojarme en medio de aquella bacanal, como Fausto a través de las regiones infernales, y sentí entonces que tendría gritos, gestos, posturas y risas como las suyas. ¡Oh! De aquello a la locura no hay más que un paso. Quedé asombrado y me lancé fuera de la sala, perseguido hasta la puerta de la calle por aullidos que parecían aquellos rugidos de amor que salen de la caverna de las bestias feroces.

"Me detuve un instante bajo el pórtico para tranquilizarme. No quería aventurarme en la calle lleno mi espíritu de tanta confusión: es muy fácil que no hubiese conocido el camino: es muy fácil que hubiese sido atropellado por un coche sin quererlo yo mismo. Me encontraba en ese estado en que se encuentra un hombre borracho que empieza a recobrar la razón suficiente en su cerebro ofuscado para darse cuenta de su estado y que, sintiendo que recobra la voluntad, pero no aún el poder, se apoya, inmóvil, con los ojos fijos y extraviados, contra un poyo de la calle o contra un árbol de un paseo público.

"En este momento, un coche se detuvo ante la puerta: una mujer salió de su puertecilla o, más bien, se precipitó fuera de ella.

"Entró bajo el peristilo, volviendo la cabeza a derecha e izquierda como una persona perdida. Vestía un dominó negro y tenía la cara cubierta con un antifaz de terciopelo. Llegó hasta la puerta.

“-¿Vuestro billete? -le dijo el portero.

"-¿Mi billete? -respondió ella-. No lo tengo.

"-Pues, entonces, tomadlo en la taquilla.

"La mujer del dominó volvió bajo el peristilo, registrando vivamente todos sus bolsillos.

"-¡No traigo dinero! -exclamó-. ¡Ah! Este anillo... Un billete de entrada por este anillo -dijo ella.

"-Imposible -respondió la mujer que vendía los billetes-; no hacemos negocios de ese género.

"Y rechazó el brillante, que cayó a tierra y rodó hacia mi lado.

"La mujer del dominó permaneció inmóvil, olvidando el anillo y abismada, sin duda, en algún pensamiento.

"Yo recogí el anillo y se lo presenté.

“Vi, a través de su antifaz, que sus ojos se fijaban en los míos; me miró un instante con indecisión. Después, de repente, pasando su brazo alrededor del mío:

"-Es necesario que me paguéis la entrada -me dijo-. ¡Por piedad, es necesario!

"-Yo salía ya, señora -le dije.

"-Entonces dadme seis francos por este anillo, y me habréis hecho un servicio por el que os bendeciré toda mi vida.

"Volví a poner el anillo en su dedo; fui a la taquilla y tomé dos billetes. Entramos juntos.

"Una vez llegados al corredor, sentí que vacilaba. Formó entonces con su segundo brazo una especie de anillo alrededor del mío.

"-¿Sufrís? -le dije.

"-No, no: esto no es nada -repuso ella-. Un desvanecimiento: eso es todo

"Y me condujo hacia el salón. Entramos en aquel gozoso Charenton. Tres veces dimos la vuelta abriéndonos paso con gran pena por entre aquella multitud de máscaras que se empujaban las unas a las otras: ella, estremeciéndose a cada palabra obscena que escuchaba; yo, avergonzado de que me viesen dando el brazo a una mujer que se atrevía a escuchar tales palabras. Después nos volvimos al extremo del salón. Ella se dejó caer sobre un banco. Yo permanecí de pie ante ella, con la mano apoyada en el respaldo de su asiento.

"-¡Oh! Esto debe pareceros muy extravagante -me dijo-: pero no más que a mí: os lo juro. Yo no tenía idea alguna de esto -miraba al baile-, pues ni aun en sueños he podido ver tales cosas. Pero, vea usted, me han escrito que estaría aquí con una mujer. Y ¿qué mujer será esa que se atreve a venir a un sitio semejante?

"Yo hice un gesto de asombro; ella lo comprendió.

-Quiere usted decir que yo también estoy aquí, ¿no es verdad? ¡Oh! pero ya es otra cosa: yo lo busco, yo soy su mujer. Estas gentes vienen aquí impulsadas por la locura y el libertinaje. ¡Oh! Pero yo vengo por celos infernales. Hubiera ido a buscarle a cualquier parte: por la noche, a un cementerio, hubiera ido a Greve el día de una ejecución, y, sin embargo, os lo juro, cuando era joven, no he salido ni una sola vez a la calle sin mi madre. Mujer ya, no he dado un paso fuera de casa sin ir seguida de un lacayo; y, sin embargo, heme aquí, como todas estas mujeres perdidas: heme aquí dando el brazo a un hombre a quien no conozco, enrojeciendo, bajo mi antifaz, de la opinión que de mí habéis podido formaros. ¡Yo comprendo todo esto!...

Caballero, ¿habéis estado alguna vez celoso?

"-Atrozmente -respondí.

"-Entonces, seguramente que me perdonáis y que lo comprendéis todo. Conocéis aquella voz que os grita, como si lo hiciese a la oreja de un insensato: "¡Ve!". Conocéis el brazo que, como el de la fatalidad, os empuja a la vergüenza y al crimen. Sabéis ya que en tales momentos uno es capaz de todo, con tal que pueda vengarse.

"Iba a responderle; pero se levantó de repente con la mirada fija en dos dominós que pasaban en aquel momento ante nosotros.

“-¡Callaos! -me dijo.

"Y me arrastró en su persecución.

"Yo estaba metido en una intriga de la que no comprendía nada; sentía vibrar todas sus cuerdas y ninguna me la hacía comprender; pero aquella pobre mujer parecía tan agitada que estaba verdaderamente interesante. Tan imperiosa es una pasión verdadera, que obedecí como un niño, y nos pusimos en persecución de las dos máscaras, de las que la una era evidentemente un hombre y la otra una mujer. Hablaban a media voz; sus palabras apenas llegaban a nuestros oídos.

"-¡Es él! -murmuraba ella-. Es su voz. Sí, sí, es su estatura...

"El más alto de los dos que vestían dominó empezó a reírse.

"-¡Es su risa! -dijo ella-. ¡Es él, señor, es él! La carta decía la verdad. ¡Oh Dios mío! ¡Dios mío!

"Sin embargo, las máscaras avanzaban y nosotros salimos detrás de ellas. Tomaron la escalera de los palcos, y nosotros la subimos en su persecución. No se detuvieron hasta que llegaron a la de la gran bóveda: nosotros parecíamos sus dos sombras. Un pequeño palco enrejado se abrió; entraron en él y la puerta se cerró tras ellos.

"La pobre criatura que yo llevaba del brazo me asustaba con su agitación: no podía ver su cara; pero, apretada contra mí como estaba, sentía latir su corazón, temblar su cuerpo y estremecerse sus miembros. Había algo de extraño en la manera como llegaban a mí los sufrimientos inauditos cuyo espectáculo se desarrollaba ante mis ojos, cuya víctima no conocía y cuya causa ignoraba por completo. Sin embargo, por nada del mundo hubiese abandonado a aquella mujer en semejante momento.

"Cuando ella vio a las dos máscaras entrar en el palco y el palco cerrarse tras ellos, permaneció un momento inmóvil y como herida de un rayo. Después se abalanzó sobre la puerta para escuchar. Colocada como estaba, el menor movimiento denunciaba su presencia y la perdía: yo la tomé violentamente por el brazo, abrí el pestillo del palco contiguo, la arrastré allí conmigo, eché la cortina y cerré la puerta.

"-Si queréis escuchar -le dije-, hacedlo de aquí al menos.

"Ella se dejó caer sobre una rodilla y aproximó la oreja al tabique, y yo me mantuve de pie al lado opuesto, con los brazos cruzados, cabizbajo y pensativo.

"Todo lo que yo había visto de aquella mujer me había hecho creer que era un verdadero tipo de belleza. La parte baja de su cara, que no ocultaba el antifaz, era fresca, aterciopelada y llena; sus labios rojos y finos; sus dientes, a los que el terciopelo que llegaba hasta ellos hacía parecer más blancos, pequeños, separados y brillantes; su mano parecía un modelo; su talle podía abrazarse con las manos; sus cabellos negros, sedosos, se escapaban con profusión de la cofia de su dominó, y su pequeño pie, que apenas se dejaba ver fuera de la bata, parecía no poder apenas sostener aquel cuerpo, ligero, gracioso y aéreo. ¡Oh! ¡Debía ser una maravillosa criatura! ¡Oh, el que la hubiese tenido en sus brazos, el que hubiese visto todas las facultades de aquella alma empleadas en amarle, el que hubiese sentido sobre su corazón aquellas palpitaciones, aquellos estremecimientos, aquellos espasmos neurálgicos, y el que hubiese podido decir: "¡Todo esto, todo esto, es producido por el amor que por mí siente; por el amor que tiene para mí solo entre todos los hombres y es el ángel para mi predestinado!" ¡Oh! ¡Este hombre... este hombre...!

"Estos eran mis pensamientos, cuando de repente vi a aquella mujer levantarse, volverse hacia mí y decirme con voz entrecortada y furiosa:

"-Caballero, soy hermosa: os lo juro. Soy joven, pues tengo diez y nueve años. Hasta ahora, he sido pura como el ángel de la creación. Pues bien...-echó sus brazos a mi cuello- pues, bien: soy vuestra... ¡Tomadme!...

"En el mismo instante sentí sus labios pegarse a los míos, y la impresión de un mordisco, más bien que la de un beso, corrió por todo su cuerpo tembloroso y enloquecido por la pasión: una nube de fuego pasó por mis ojos.

“Diez minutos después, la tenía entre mis brazos, desmayada, medio muerta, sollozando.

"Poco a poco volvió en si. Yo distinguía, a través de su antifaz, sus ojos extraviados; vi la parte inferior de su cara pálida, vi que sus dientes chocaban unos con otros, como si estuviese poseída de un temblor febril. Toda esta escena se presenta aún ante mi vista.

"Recordó lo que acababa de pasar y cayó a mis pies.

"-Si os inspiro alguna compasión, me dijo sollozando, alguna piedad, no fijéis en mí vuestros ojos, no procuréis nunca reconocerme: dejadme marchar y olvidadlo todo. ¡Ya me acordaré yo de ello por los dos!

"A estas palabras se levantó, rápida como el pensamiento que huye de nosotros; se abalanzó hacia la puerta, la abrió, y, volviéndose aún una vez, me dijo:

"-¡Caballero, no me sigáis; en nombre del Cielo, no me sigáis!

"La puerta, empujada con violencia, se cerró entre mí y ella, ocultándomela como una aparición. ¡No he vuelto a verla!

"No he vuelto a verla! Y en los diez meses que han pasado desde entonces la he buscado por todas partes, en los bailes, en los espectáculos, en los paseos. Cuantas veces veía de lejos una mujer de fino talle, de pie pequeño y de cabellos negros, la seguía, me aproximaba a ella, la miraba de frente, esperando que su rubor la descubriese. ¡En ninguna parte la he vuelto a encontrar; en ninguna parte la he vuelto a ver... nada más que en mis noches de insomnio y en mis sueños! ¡Oh! Entonces ella volvía a venir allí; allí la sentía, sentía sus abrazos, sus mordiscos, sus caricias tan ardientes, que tenían algo de infernal; después, el antifaz caía, y la cara más extraña se presentaba a mis ojos, ya velada, como si estuviese cubierta por una nube; ya brillante, como rodeada de una aureola; ya pálida, con el cráneo blanco y pelado, con las órbitas de los ojos vacías, y con los dientes vacilantes y raros. En fin, que desde aquella noche no he vivido, abrasado de un amor insensato por una mujer a quien no conocía, esperando siempre y siempre engañado en mis esperanzas, celoso sin tener el derecho de serlo, sin saber de quién debía estarlo, sin atreverme a manifestar a nadie tamaña locura, y, sin embargo, perseguido , acabado, consumido y devorado por ella.»

Al acabar estas palabras, sacó una carta de su pecho.

-Ahora que te lo he contado todo, toma esta carta y léela -me dijo. La tomé y leí: 

Acaso hayáis olvidado a una pobre mujer que no ha olvidado nada y que muere porque no puede olvidar. Cuando recibáis esta carta ya habré dejado de existir. Entonces, id al cementerio del Pére-Lachaise, decid al conserje que os enseñe, de las últimas tumbas, una que llevará sobre su piedra funeraria el sencillo nombre de María, y cuando estéis en presencia de esta tumba arrodillaos y rezad.

-Pues bien -continuó Antony-; he recibido esta carta ayer y he estado allí esta mañana. El conserje me condujo a la tumba y he permanecido ante ella dos horas, arrodillado, rezando y llorando. ¿Comprendes? ¡Aquella mujer estaba allí!... ¡Su alma ardiente había volado; su cuerpo, consumido por ella, se había doblado hasta romperse bajo el peso de los celos y de los remordimientos! ¡Estaba allí, a mis pies, y había vivido y muerto desconocida para mí, desconocida... y ocupando un lugar en mi vida como lo ocupa en la tumba; desconocida... y encerrando en mi corazón un cadáver frío e inanimado como el que se había depositado en el sepulcro! ¡Oh! ¿Conoces cosa alguna semejante? ¿Has oído algún acontecimiento tan extraño? Así es que ahora, adiós mis esperanzas, pues jamás volveré a verla. Cavaría su fosa y no podría encontrar ya allí los restos con que poder recomponer su cara. ¡Y continúo amándola! ¿Comprendes, Alejandro? La amo como un insensato; y me mataría al momento para unirme a ella si no supiese que ha de permanecer desconocida para mí en la eternidad, como lo ha sido en este mundo.

A estas palabras, me quitó la carta de las manos, la besó varias veces y se puso a llorar como un niño.

Yo lo abracé, y, no sabiendo qué responderle, lloré con él.

FIN
Souvenirs d'Antony (1835)
Fotografía: Internet 
Proyecto Contextus

27 de abril de 2010

De las grandes reformas - Gustave Le Bon



De las grandes reformas  -   Gustave Le Bon

La naturaleza es radical a veces, pero nunca según entendemos este radicalismo, por lo cual la manía de las grandes reformas es siempre funesta para un pueblo, por excelentes que puedan parecer tales reformas en el terreno teórico. Estas sólo serían útiles cuando fuera posible cambiar instantáneamente el alma de las naciones, y solamente el tiempo posee poder semejante.

Lo que gobierna a los hombres son las ideas, los sentimientos y las costumbres, cosas que están en nosotros mismos. Las instituciones y las leyes son manifestaciones de nuestra alma; la expresión de sus necesidades. Procediendo de esta alma, sería, pues, muy difícil un cambio instantáneo de sus instituciones y de leyes.   Gustave Le Bon

Proyecto Contextus

15 de abril de 2010

El problema de los otros - Paulo Coelho





El problema de los otros

Por Paulo Coelho

Érase una vez un sabio muy conocido que vivía en una montaña del Himalaya. Cansado de convivir con los hombres, había optado por una vida sencilla, y pasaba la mayor parte de su tiempo meditando.

Su fama, no obstante, era tan grande que las personas estaban dispuestas a caminar por estrechos senderos, subir colinas escarpadas, o vadear caudalosos ríos, apenas para conocer a aquel hombre santo, al que creían capaz de resolver cualquier angustia del corazón humano.

Este sabio, como era un hombre muy compasivo, no dejaba de dar un consejo aquí y otro allá, pero procuraba librarse cuanto antes de los visitantes no deseados. A pesar de todo, éstos aparecían en grupos cada vez mayores y, en cierta ocasión, una multitud se agolpó a su puerta diciendo que en el periódico local se habían publicado bellas historias sobre él, y que todos estaban seguros de que sabía cómo superar las dificultades de la vida.

El sabio nada dijo; les pidió a todos que se sentasen y esperasen. Pasaron tres días, y no paraba de llegar gente. Cuando ya no quedaba espacio para nadie más, él se dirigió a la muchedumbre que esperaba frente a su puerta:

-Os os voy a dar la respuesta que todos queréis. Pero debéis prometerme que, a medida que vuestros problemas se solucionen, les diréis a los nuevos peregrinos que me fui de aquí, de manera que yo pueda continuar viviendo en la soledad que tanto anhelo. Los hombres y mujeres presentes hicieron un juramento sagrado: si el sabio cumpliese lo prometido, ellos no dejarían que ningún otro peregrino subiese a la montaña.

-Contadme vuestros problemas – pidió entonces el sabio.

Alguien comenzó a hablar, pero fue inmediatamente interrumpido por otras personas, ya que sabían que aquélla era la última audiencia pública que el hombre santo daría, y temían que no tuviera tiempo de escucharlos a todos. A los pocos minutos, la situación ya era caótica: multitud de voces gritando al mismo tiempo, gente llorando, hombres y mujeres arrancándose los cabellos de desesperación, ante la imposibilidad de hacerse oír.

El sabio dejó que la escena se prolongase un poco más, y por fin gritó:

-¡Silencio!

La multitud enmudeció inmediatamente.

-Escribid vuestros problemas y dejad los papeles aquí, frente a mí.

Cuando todos terminaron, el sabio mezcló todos los papeles en una cesta, pidiendo a continuación:

-Id pasando esta cesta de mano en mano, y que cada uno saque un papel y lo lea. Entonces podréis cambiar vuestro problema por el que os ha tocado, o pedir que os devuelvan el papel con el problema que escribisteis originalmente.

Todos los presentes fueron tomando una de las hojas de papel, la leyeron, y quedaron horrorizados. Sacaron como conclusión que aquello que habían escrito, por muy malo que fuese, no era tan serio como lo que afligía a sus vecinos. Dos horas después, intercambiaron los papeles, y cada uno volvió a meter en su bolsillo su problema personal, aliviado al saber que su aflicción no era tan dura como se imaginaba.

Agradecieron la lección, bajaron la montaña con la seguridad de que eran más felices que los demás, y –cumpliendo el juramento realizado- nunca más permitieron que nadie perturbase la paz de aquel hombre santo.

Fotografía: Internet

13 de abril de 2010

El periodismo verdadero - Joseph Pulitzer



El periodismo verdadero

La prensa libre debe abogar siempre por el progreso y las reformas. Nunca tolerar la injusticia ni la corrupción. Luchar contra los demagogos de todos los signos. No pertenecer a ningún partido. Oponerse a los privilegios de clases y al pillaje público. Ofrecer su simpatía a los pobres y mantenerse siempre devota al bien público.

El periodismo verdadero se asegura de no parcializarse jamás, pase lo que pase.

Si el periodismo es ético y profesional ofrecerá las dos caras de una moneda, la versión de cada bando en un conflicto, y las mostrará siempre en partes iguales... Si no lo hace, entonces no es periodismo: Es sólo basura, y de la peor clase, es decir, la típica basura que se vende a si misma a cualquier otro interés político o económico distinto de la verdad real de las cosas.
Joseph Pulitzer

Fotografía: Internet
Proyecto Contextus

9 de abril de 2010

De la vigilancia y los pensamientos - Siddhārtha Gautama, Buddha




De la vigilancia y los pensamientos 

No conozco nada que ocasione tantos daños como la negligencia. No conozco nada que provoque tantos beneficios como la vigilancia. En verdad la vigilancia acarrea un gran provecho.

La vigilancia hace surgir los pensamientos saludables que estaban latentes. Hace también, que los pensamientos nocivos que ya habían nacido desaparezcan. En el que está alerta, los buenos pensamientos potenciales nacen y los malos pensamientos actuales se desvanecen.

Vigilad, estad atentos, sed disciplinados, reunid vuestros pensamientos, cuidad vuestra mente.

Nosotros somos lo que pensamos. Todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construimos nuestro mundo. 
Siddhārtha Gautama, Buddha
 Fotografía: Internet

8 de abril de 2010

Del conocimiento - Mahatma Gandhi



Del conocimiento


Ningún conocimiento puede ser alcanzado sin ser buscado, ni la tranquilidad sin afanarse en ella, ni la felicidad sino a través de tribulaciones.

Todo investigador, en un momento u otro, tiene que sufrir un conflicto de deberes, un vuelco del corazón.

Mahatma Gandhi






Fotografía: Internet
Proyecto Contextus

7 de abril de 2010

Del compromiso - Montaigne




Del compromiso 


No podemos comprometernos más allá de nuestras fuerzas y medios, porque los efectos y ejecuciones no están en nuestras manos, y si solo la voluntad, en la que se fundan y establecen las obligaciones del hombre.

Mucho entuerto en verdad se haría a aquel a quien se le juzga sin mirar el honor y la grandeza de su fin.

Miguel Eyquem De Montaigne




Fotografía: Internet
Proyecto Contextus

6 de abril de 2010

Del Album 'Bhutan' (08/2009)


Del Album 'Bhutan'  (08/2009)
 

Ortakoy Mosque / Istanbul-Turkey 2008


Ortakoy Mosque / Istanbul-Turkey 2008
 
Ortakoy Mosque / Istanbul-Turkey 2008
Agregado por Simon Templer al grupo de Facebook


Propuesta del INLP para la nominación del Premio Principe de Asturias en humanidades y comunicación.



 Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano
Comunicado de Prensa  

Propuesta del INLP para la nominación del Premio Principe de Asturias en humanidades y comunicación. 

El Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano  INPL, Se honra en comunicar que este año 2010 nomina formalmente al reconocido premio internacional  “Príncipe de Asturias”, en la categoría de humanidades y comunicación a la reconocida periodista internacional  Jackeline Cacho quien se ha distinguido en su nivel periodístico por su nivel humanitario a lo largo de sus 15 años de trayectoria.

El Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano  cada año tiene la oportunidad de nominar a destacados periodistas que cumplan con los requisitos que el renombrado premio requiere:

“Para nosotros ha sido un honor nominar este año a Jackeline Cacho , quien ha dedicado su carrera periodística mas allá de informar en dejar huella en nuestras jóvenes generaciones con humanidad y veracidad, ella es una perfecta candidata”.



Datos Biográficos de Jackeline Cacho 

Jackeline trabajó como aeromoza en el avión presidencial de Alberto Fujimori, en Perú, su país natal.  Hoy  es una reconocida periodista hispana y empresaria que sube como la espuma, en los Ángeles California. Por medio de su profesión realiza lo que más le apasiona, que es ayudar y educar a su comunidad hispana, a la que ella le llama “su familia”.  Actualmente cuenta con 15 años de experiencia en los medios de comunicación entre México, Perú y Estados Unidos. Graduada en Ciencias de la Comunicación, ha laborado en las más grandes empresas televisivas de habla hispana en la nación americana.

Cacho dice: “Desde que llegué a los Estados Unidos me tracé dos grandes metas: consolidarme en los medios hispanos de comunicación  y la más importante, traerme a mi familia desde Perú”. “Yo me inicié tocando muchas puertas”, recuerda Cacho. Fue en la radio donde tuvo su primera oportunidad; dirigió el show de la mañana y se convirtió en directora de Relaciones Públicas en tres estaciones radiodifusoras de San Antonio Texas. Tiempo después, y con su trabajo como carta de presentación, llegó su oportunidad en televisión; simultáneamente incursionó en la prensa escrita, dos actividades que realizó con gran éxito.

Continúa recordando Jacky: “Durante mis primeros tres años trabajé desde las cinco de la mañana, hasta la media noche; era tanto mi anhelo por lograr  mis metas y tan grande mi enfoque  de querer consolidarme en los medios hispanos de comunicación, que daba todo de mí”. Laboró como conductora de noticias locales en San Antonio Texas, para la afiliada de Univisión y experimentó mucho éxito cuando realizaba Notas especiales como corresponsal para los programas a nivel nacional  “Despierta América” y “Noticiero Nacional”.  Realizó investigaciones de fondo para el programa  “Aquí y ahora”,  que fue  transmitido por la misma cadena de televisión. Produjo y condujo durante 4 años el programa de más rating en la cadena Univisión, en el horario de las 11 PM, desde San Antonio Tx, cada 12 de diciembre, conocido como “Mañanitas  para la Virgen de Guadalupe”.  Su carrera de periodista ha llevado a Jackeline   alrededor del mundo y le ha dado la oportunidad de producir eventos y shows como “Miss Texas Latina Pagent”. Diez años después de haber arribado a tierras estadounidenses, recibió una invitación muy importante: formar parte del noticiero nacional de Azteca América, Como conductora Nacional del Noticiero de las 11pm.con sede en los Ángeles California. 

El  interés de Jackeline por los suyos le valió un ofrecimiento muy significativo, cuando “City of Hope”, organización dedicada a la lucha para la donación de médula ósea, la eligió en 2007, como la vocera oficial de la campana “La gota de la vida’’.  Actualmente es Vocera nacional de la paz para la organización nacional “The Peace Alliance”, en la que encabeza una campana nacional que busca establecer un Departamento de Paz en el congreso de Estados Unidos.

Premios Recibidos por Jackeline Cacho 

Como reconocida periodista y empresaria, y por su trabajo con las comunidades hispanas que viven en la Unión Americana, ha recibido varios premios y reconocimientos. Ellos son:

-Noviembre de 2008.  Fue reconocida por la Asociación Nacional de Periodistas,  al otorgársele el premio máximo "Premio Martín Heredia", en Los Ángeles CA.

-Abril de 2008. Fue reconocida entre las 25 mujeres más influyentes de América, por la revista “Latino Leaders” edición, abril 2008.

-Octubre de 2007. Fue reconocida en Washington DC, por la organización de liderazgo femenino como “Women of the Year 2007“/”Mujer del año 2007”, por su servicio comunitario.

-Septiembre de 2007. Recibió el  “Advocate of the Year”,  premio en su nivel de negocio latino, por su involucramiento en la comunidad, otorgado por la Asociación de negocios latinos de California LBA.

-Septiembre  de 2006. Recibió en Acapulco, la “Estatuilla Solidaria”, otorgada por las cámaras de comercio de México.

-Febrero de 2006.  Fue reconocida como “La hija del pueblo”, por la Alcaldía de San Antonio, TX y por la Organización de César Chávez.

-Noviembre de 2003. El gobernador de Texas, Rick Perry, reconoció la contribución de Jackeline y le otorgó el “Premio de la rosa amarilla de Texas”.

-Octubre de 2003. Recibió de la Organización Imagen el premio de “Outstanding Hispanic Women Award”.

Uno de los más grandes logros de Cacho fue producir y dirigir una serie especial a nivel Internacional, detallando el conflicto Árabe-Israelí, por la que fue reconocida por el gobierno de Israel como la única periodista hispana en recibir “The Pilgrim of the New Millenium”, en 2003.

Actividades actuales y futuras de Jackeline Cacho 

Cacho fundó, junto con su  productor Thene Muciño y su hermano y Diseñador de Interactive, Aarón Cacho, la compañía “Finding Productions” de la cual es Vice-presidenta y Directora General. Asegura Jackeline que la misma les ha dado muchas satisfacciones.  A escasos cinco meses de haber iniciado su corporación en este mundo competitivo de la producción y dirección de campañas publicitarias,  ya contaban con una respetada cartera de clientes y dos producciones de televisión para ser presentadas en canales de habla hispana.  Dice Jackeline: “Fue la mejor decisión que he tomado en mi  vida independizarme profesionalmente; aunque es difícil, no es imposible”. “Cada día es un reto, pero con fe y dando lo mejor de uno mismo, el trabajo con calidad es lo que será al final la mejor carta de recomendación”,  agrega Muciño.  “Somos un grupo joven con ideas frescas; somos tres inmigrantes que sabemos lo que buscan los latinos  que vinieron de nuestros países y anhelan surgir aquí, en el país de las oportunidades.  Nos identificamos con sus necesidades y esto es lo que  plasmamos en videos y  diseños”,  señaló Aarón Cacho.

La misión de esta compañía es mejorar la producción y promoción de la pequeña y mediana empresa latina en Estados Unidos. En el 2007 la compañía fue reconocida  por la organización Latin Business Association LBA por su labor comunitaria con el “Advocate Of The Year”.

Dentro de sus actividades filantrópicas junto con su compañía en este 2009,  Cacho continuará impartiendo seminarios y conferencias motivacionales para mujeres, alrededor de la Nación americana, en las ciudades de mayor población latina. Los mismos se realizarán cada mes, a partir de abril. También impartirá conferencias motivacionales y conferencias de prensa fuera de los Estados Unidos. Viajará a Perú en Septiembre como invitada especial en una Jornada Educativa Patrocinada por la Ciudad de Lima; durante el mismo viaje visitará Moyobamba, Motivando a casi 2 mil Estudiantes de esta región Ceja de Selva.. Visitará México durante el mes Octubre y Noviembre y en la ciudad de Tula- Hidalgo será La invitada Especial y recibirá de manos del Gobernador un reconocimiento Humanitario por apoyar a una organización de mujeres Victimas de Cáncer.

Jackeline publicará próximamente un libro autobiográfico, en  idiomas español e inglés: “Mi mochila emocional” / “My emotional backpack”.  El mismo está orientado a ayudar a las mujeres que sufren ataques de ansiedad y pánico, enfermedad de la que ella fue víctima, pero de la que hoy asegura ya se liberó y por eso vive una vida en paz y armonía consigo misma y con los que le rodean.

Sin duda, Jackeline Cacho es una mujer que posee los valores de nuestra cultura latina. Visite : www.jackelinecachofans.com  y/o www.findingproductions.org 

Fotografía: Internet
Proyecto Contextus

4 de abril de 2010

Liberación


Liberación

Generación Y

Esta no es la crónica de una mujer que logra escaparse del esposo abusador ni la historia del adolescente que se les escurre a unos padres autoritarios. El título refiere a otro proceso de emancipación, a ese permiso –engorroso y feudal– que deben pedir los doctores, enfermeras y farmacéuticos para viajar fuera de esta Isla. Bajo el significativo nombre de “liberación”, existe un procedimiento obligatorio que los trabajadores de Salud Pública deben cumplimentar ya sea para una salida temporal o definitiva. En el expediente del posible viajero se incluye si éste posee casa o auto propios, pues el Estado los confiscará si no vuelve antes de los 11 meses. El trámite pasa por numerosos niveles de autorización que pueden demorar un año o una década. Muchos nunca reciben respuesta.

Mario atendía a los pacientes en una consulta especializada y comenzó a ser mirado como un desertor cuando anunció el deseo de reunificarse con su familia al otro lado del mar. De inmediato lo castigaron a ocupar una plaza de médico general en un cuerpo de guardia bien alejado de su casa. Le recordaban cada día que aquel título que colgaba de una pared de su sala se lo había dado esa Revolución que ahora él traicionaba. Tragando en seco soporto cinco años de coser puñaladas e indagar por ese salvoconducto –para abandonar el país– que el ministro de su ramo aún no le había firmado. “Tenemos muchos casos, no damos abasto” le repetía la secretaria y su esposa exiliada rompía a llorar por la línea telefónica, cuando él se lo contaba. Sus hijos, mientras tanto, crecían sin padre en algún lugar distante.

En medio de la impotencia, Mario llegó a reprocharle a su mamá el haberlo aupado a estudiar medicina. “Por qué no me advertiste”, le gritó una tarde en que ya no pudo más con aquella bata blanca que se había convertido en su grillete. Para cuando le permitieron abordar el avión, un círculo de calvicie se delineaba en el centro de su cabeza y un tic nervioso se había apoderado de sus manos. A quien le dieron la bienvenida en un aeropuerto lejano, no fue al emprendedor ortopédico de años atrás, sino a alguien decidido a separarse de los hospitales. El angustioso proceso de “liberación” le había quitado los deseos de arreglar una rodilla o corregir un tobillo; no dejaba de pensar que aquella profesión lo había separado de su familia.
Fotografía: Masa Bengue
Proyecto Contextus

3 de abril de 2010

Suspenden la extradición del criminal de guerra Yair Klein a Colombia



Suspenden la extradición del criminal de guerra Yair Klein a Colombia

 Comunicado del Vicepresidente de la República
 Bogotá, 3 de abril de 2010 

La decisión del Tribunal Europeo de derechos humanos de suspender la extradición del criminal de guerra Yair Klein a Colombia es una página negra para los derechos humanos en el mundo, favorece la impunidad de los crímenes cometidos por el señor Klein y sus alumnos paramilitares en Colombia, negando la verdad y la justicia para sus víctimas. Este es un fallo que avergüenza a la humanidad, a las víctimas y a la causa de los derechos humanos.

Los crímenes cometidos por los alumnos del señor Klein están comprobados en Colombia, su participación como instructor debidamente documentada y el juicio al cual fue sometido contó con todas las garantías procesales; si quisiera apelar ese fallo, la legislación colombiana le proporciona recursos para hacerlo.

Es falsa la razón que argumenta el señor Klein al manifestar que en Colombia podría ser torturado o sus derechos humanos vulnerados. Klein y el Tribunal Europeo desconocen que en cada cárcel colombiana funciona un Comité de Derechos Humanos con representantes de los internos y que además existe la Defensoría del Pueblo para velar por los derechos de los reclusos.

Es una vergüenza que el instructor de los asesinos de la Rochela, de Luis Carlos Galán, de Bernardo Jaramillo Ossa, de Héctor Abad Gómez, de cientos de campesinos, de decenas de funcionarios judiciales, defensores de derechos humanos y periodistas, entre otros, alegue que sus derechos humanos serían violados cuando jamás él respetó los de sus víctimas.

El Estado colombiano reconoce el voto disidente de los dos jueces que se opusieron a esta decisión y expresa su preocupación por este tipo de decisiones que manifiestan un doble rasero sobre los violadores de derechos humanos: mientras se exige a Colombia que no haya impunidad se facilita la impunidad de un criminal confeso de guerra. 

El Estado y la sociedad colombiana esperan que las organizaciones de derechos humanos y los organismos multilaterales expresen su rechazo a esta burla a las víctimas de los crímenes de los grupos paramilitares en Colombia.
Fotografía: S-P
Contextus RadioVideo

Réplica a Carlos Alberto Montaner




Réplica a Carlos Alberto Montaner 

Rebelión

El artículo de Silvio Rodríguez 'Preguntas de un trovador', publicado en Rebelion el 30 de marzo, generó una respuesta de Carlos Alberto Montaner. Ahora el cantautor cubano responde a Montaner.

2 de abril, 2010

Montaner:

Mi hijo Silvio-Liam es una voz que comienza a extender sus verdades. El ama a nuestro Apóstol, no le resulta incómodo, no desea borrarlo de la Historia. A él no le crispa que Martí haya dicho: “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”. Él escogió ponerse “el libre” por no sentirse atado. Asume haber nacido así y su padre aplaude que lo sienta y lo diga en su clave generacional.

Desconoces la razón de un joven, pero intentas apropiártelo. No pareces comprender mucho lo que aseguras defender. ¿Será costumbre tuya? Diseñas una Cuba distorsionada que propagan las monstruosas cadenas. Cortando y pegando repartes un odio que ha derribado aviones llenos de inocentes. Siempre he reprobado el hundimiento del remolcador “13 de marzo”. Pero quién va a creer que te importan los muertos somalíes, cuando no te interesan los cubanos que dieron su vida por un fingido prócer. A mí me conforta saber que no fue en vano el sacrificio de los caídos en Angola. No sólo porque los haya visto combatir y morir pobres y limpios, sino porque fueron consagrados en la eternidad por Nelson Mandela.

Atrévete, Carlos Alberto, a afirmar que Mandela mintió cuando dijo que la presencia cubana en África significó el principio del fin del apartheid.

Sé que tus argucias serán multiplicadas mil veces más que cualquier verdad desde Cuba. Desde esta dignidad cercada continuaré cantando lo que pienso: Sigo con muchas más razones para creer en la Revolución que en sus detractores. Si este gobierno es tan malo ¿de dónde salió este pueblo tan bueno?

Atrévete un día a respetar al prójimo. Atrévete a expulsar la soberbia. Atrévete a merecer un pueblo como este.

La Habana, Cuba

Proyecto Contextus y Rebelión publican este artículo mediante licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes. 
Fotografía: Internet

Jaime Bayly: el outsider libertario o la dictadura del espectáculo.



Jaime Bayly: el outsider libertario o la dictadura del espectáculo.


Periodista, celebrity, comediante, narrador, posmoderno, bisexual, agnóstico, sofista, letrado, superficial, trasgresor, comercial, conservador, cosmopolita, chicha, populista, elitista, demagogo, pueril, lírico, exhibicionista, ex adicto, ex suicida, precoz, experimentado, egocéntrico, carismático, depresivo, hilarante, informado, sesgado, conflictivo, conflictuado, contradictorio y, sobre todo, ambiguo. Mientras todos se preguntan si realmente será candidato presidencial o si tendría posibilidades de ganar o cuán viables son sus propuestas, aquí algunos apuntes para entender el fenómeno Jaime Bayly. ¿Qué significa que el francotirador juegue con la idea de ser presidente del Perú y que todos le sigamos la corriente?

La ambigüedad puede ser un gran capital político: es quizá la manera más honesta de ser un constante tránsfuga de sí mismo. Jaime Bayly lo sabe. Ha construido un personaje emblemático cuya identidad fluye entre el circo mediático y el periodismo influyente; entre la alta cultura de la literatura cosmopolita y el folclórico espectáculo de la farándula local. Atraviesa clases sociales a través de una pantalla de televisión; baila con la homofobia colectiva travestido de celebridad. Genera escozor a la derecha y a la izquierda, simplificando como sofista todo tipo de discurso. Sabe que la gran arma de estos tiempos es la risa. Que las dictaduras son mediáticas. Que no importa ser cultivado; más vale ser divertido. Y que esto está bien.

La idea de Bayly como posible candidato es el eslabón más reciente de un fenómeno global: los discursos del espectáculo, la política, los medios, la farándula, el periodismo, la publicidad se mezclan hasta del punto en que es difícil—o imposible—diferenciarlos. Los periodistas entretienen. Los políticos hacen comedia y espectáculo. Las celebridades entran en política. El gran vehículo de este reality show a tiempo completo son los medios masivos de comunicación. Desde la popularización de la TV, los críticos han acusado un embrutecimiento colectivo y un distanciamiento de los ciudadanos a la participación política. Se han preguntado: ¿Son los medios electrónicos una forma de estupidización masiva a través de la cual se manipula al pueblo? ¿O son, por el contrario, la democracia de la información? Pues depende, en realidad son los dos. En todo caso, la tendencia global en los medios (intensificada en los noventa) ha sido el sensacionalismo y el estilo tabloide. El Perú, sin duda, es un referente. Porque (aunque esta tradición se inaugura con la penny press gringa y en el Perú con la fundación del diario popular Última Hora en 1950), con Fujimori se institucionalizó el circo. Y desde entonces, todos cargamos con algo de plumas y lentejuelas. Si no lo sabían, bienvenidos al show. La entrada es gratis; la salida, vemos. 

UNO.

El espectáculo siempre ha sido un componente del poder. Los hechos más importantes de nuestro tiempo parecen parte de una película efectista. Las impactantes imágenes de dos aviones estrellándose contra las torres del World Trade Center han sido repetidas hasta el hartazgo, vaciándolas de significado, simplificando su interpretación y aislando a la pura imagen para alimentar ese morbo (ese secreto goce por la muerte y el desastre) que todos tenemos dentro. El 9/11 simboliza el conflicto del mundo contemporáneo, pero a veces más parece el trailer de una película de Spielberg. En el Perú, nuestros momentos históricos también le deben mucho a Hollywood. 1992: tras ser apresado el líder del grupo terrorista Sendero Luminoso, es mostrado ante las cámaras de todo el mundo encerrado en una jaula, vestido con un traje a rayas, caminando como un animal que ladra consignas inexplicables. Fujimori admitió luego que esta performance fue influenciada por estrategias del cine norteamericano para causar un mayor impacto en la opinión pública. 2000: un video (tipo cámara secreta) muestra al asesor presidencial entregándole dinero a un congresista y poco después cae el gobierno de Fujimori. El mandatario huye del país y en un gesto digno de una comedia con Leslie Nielsen renuncia desde Japón por fax. Desde entonces, aparecen decenas de videos (varios episodios y temporadas) exhibiendo la corrupción a través de la participación de una variada gama de personajes (que incluyen a políticos, dueños de medios y periodistas). 2004: Cuando en el Perú ya reina la democracia encabezada por un inquieto presidente (una suerte de Charlie Sheen del Melody), inesperadamente Fujimori vuelve a tomar los escenarios. La telenovela diaria de su juicio será emitida en horario familiar y le otorgará gran reconocimiento actoral al protagonista (como la escena en que se duerme, se saca los zapatos, se le quiebra la voz, o le grita al mundo sus verdades desesperadas). Con nuevo repertorio de personajes, esta alternativa aún está presente en la escena local. 2006: Luego de una década en el exilio y de sufrir una intensa campaña de satanización, el anticristo regresó al Perú en 2001. Se bajó de un avión y ya tenía más de 10% de apoyo. Hizo mítines donde recitaba ardorosamente los mejores extractos del monólogo de Segismundo. A los cinco años, fue otra vez presidente del Perú. Porque la vida es sueño y los sueños, sueños son. 2009: tras haber liderado una campaña por el voto en blanco el 2001, el showman más polémico del país dice que quiere ser presidente y todos se ríen. 2010: Bayly dice que todavía quiere ser presidente. Y muchos se ríen, nerviosos. 

DOS.

Bayly no es el primer personaje del espectáculo que aspira a un cargo público. En el Perú, hay claros y pintorescos referentes. Ricardo Belmont, dueño de RBC televisión, fue elegido alcalde de Lima. La vedette Susy Díaz, con un número 13 tatuado en la nalga derecha, fue congresista. El salsero “Koko” Giles es alcalde de Huánuco. Los comediantes Melcochita y Manolo Rojas han estado en carrera, al igual que el nuevaolero Jimmy Santi. Peloteros y otros deportistas retirados han postulado a cargos públicos. En las próximas elecciones, el criollo Pepe Vásquez, la vernacular Amanda Portales y la veterana Monique Pardo se vocean como candidatos. Pero esto no es sólo un fenómeno local. En Estados Unidos, por ejemplo, el actor Ronald Reagan fue presidente. El indestructible Arnold Schwarzenegger es gobernador de California. El comediante Al Franken es senador. El célebre periodista gonzo Hunter Thompson postuló para sheriff. El documentalista Michael Moore lanzó a un ficus como padre de la patria. Ahora, Will Smith quiere convertirse en el segundo presidente afroamericano. En la región, Hugo Chávez es el telepopulista más altisonante y la consolidación de la figura presidencial como performer. Sabe de la necesidad de controlar los medios para ejercer el poder autoritario. Por eso, cierra medios de comunicación, no tolera prensa opositora y tiene un interminable programa televisivo llamado “Aló presidente”. En esta cadena de neopopulistas mediáticos—que incluye a históricos como Menem en Argentina, Collor de Melo en Brasil o Uribe en Colombia—Fujimori es, sin duda, un pionero. El Perú es célebre por contar con la primera dictadura mediática de América Latina. 

TRES.

El régimen tenía como prioridad controlar a los medios de comunicación masivos y populares. Por eso, a través de Montesinos y el SIN, compró la línea editorial de casi todos los canales de televisión con plata del Estado. La prensa chicha fue el más nauseabundo de los testimonios escritos: más de una decena de tabloides populares financiados (o fundados) por el gobierno. Combinaban en sus chirriantes páginas ataques contra la oposición, celebración del régimen, sangre, y desbordantes nalgas y tetas de las vedettes más carnosas del Perú. El equivalente televisivo de esto era el programa Laura en América: el circo de la pobreza, la sórdida vejación de las clases populares. La versión gore de Augusto Ferrando, pero acompañado de un discurso servil a Fujimori y una exaltación de la mano dura del Chino. Y nada más político que el programa de Magaly Medina. Mientras los casos de la Cantuta o Barrios Altos eran disimulados en los medios, la agenda noticiosa (léase: los temas sociales más relevantes que generaban debate ciudadano) estaba marcada por las prostivedettes o el último ampay a un pelotero o personaje de la farándula. Sin pelos en la lengua, Medina se configuró como el nuevo tipo de periodista desde un canal expropiado por el Estado. Porque ella es periodista. Porque su programa “periodístico” era el más popular. Porque ese era el periodismo de Fujimori. Curiosamente fue también bajo esta fórmula del infoentretenimiento que se generó espacio para la oposición. Beto Ortiz tuvo a su cargo en la TV una pequeña isla crítica ante el régimen. También ayudó a inventar a Toledo. Pero esa es otra historia que terminaría con el cronista exiliado y un presidente que llegó al 7% de aprobación y acusó a la prensa de organizar un complot para sacarlo del poder. Porque la prensa—oh, el cuarto poder—después del 2000 sacó las garras. Pero algo había cambiado. Ya no estaba Fujimori, pero algo, como una lumpenización del lenguaje mediático, había quedado en los más aguerridos programas periodísticos e impregnaba la flamante blogósfera. Para entonces, Bayly ya había dejado de ser el niño terrible y era el francotirador.

CUATRO.

Bayly es periodista. Empezó como reportero a los 16 años, participó en el diario La Prensa, y llegó a la televisión como solemne comentarista para tener pronto un programa propio y convertirse en líder de opinión. Pedro Salinas lo incluye en su antología de entrevistas a los periodistas más destacados del país. Ha escrito columnas para diversos medios internacionales. Es además, considerado uno de los mejores entrevistadores del Perú. Este oficio lo configura como alguien informado, que tiene una visión insider del poder, que tiene un conocimiento acumulado de la historia y el acontecer noticioso. Es decir, Bayly como periodista es destacable. Pero esto no le alcanza. Principalmente, porque el periodismo no alcanza. Lo medios están en crisis. Los jóvenes cada vez leen menos periódicos, migran a nuevas alternativas digitales y consumen menos noticias tradicionales. Quieren que los entretengan. Y los medios lo hacen. El periodismo lo hace. Este proceso de infoentretenimiento ha sido a menudo visto como algo negativo. Una manera autoritaria de imponer intereses comerciales, políticos y corporativos a través de la banalización del discurso público. Sin embargo, este sistema tiene fisuras y nuevos géneros críticos han cobrado poder. No es fortuito que algunos de los programas políticos más influyentes de Estados Unidos sean dirigidos por comediantes, como The Daily Show with Jon Stewart o The Colbert Report. Que la revista de noticias falsas The Onion siga vigente desde 1988. Que las revistas satíricas The Clinic de Chile, Barcelona de Argentina o Dedo Medio de Perú tengan leales lectores, especialmente entre los más jóvenes. Porque las nuevas generaciones buscan entretenerse, pero también informarse. Y si hay que escoger, eso sí, prefieren entretenerse. Y en todos sus aspectos, Bayly es, principalmente, un entertainer. 

CINCO.

Bayly es celebrity. Ha estado 26 años en la televisión peruana (y ha tenido programas en varios países de habla hispana). Ha sido protagonista de cómo han cambiado los medios masivos en las últimas décadas. En esta trayectoria supo no pasar de moda. Entendió que había que ser flexible y saber reinventarse, y que el escándalo era la mejor manera de no perder vigencia. Adaptó géneros televisivos norteamericanos y se inspiró en David Letterman, en la tradición del stand-up comedy, del talk show y del late night show. Como en una coctelera esquizofrénica, en él también habita algo de Ferrando, de Hildebrandt, de Risas y Salsa y de Vargas Llosa. Supo desterrar a Laura Bozzo y convivir con Magaly Medina. A pesar de todas estas influencias (o quizá debido a ellas), inventó un estilo de hacer televisión. Este estilo no es sólo reconocible localmente, sino en buena parte de América Latina. Porque Bayly es transnacional, un commodity hispano en este mundo globalizado. Es probablemente el celebrity peruano más famoso en la región. En contraste a los quince minutos de fama que Warhol pronosticaba para los ciudadanos posmodernos, Bayly es la prueba de que hay personajes que ostentan un estado vitalicio. Que sólo existen bajo los reflectores. Que su imagen reproducida masivamente es quizá su identidad más certera en un mundo donde “todo lo sólido se desvanece en el aire”. 

SEIS.

Bayly es escritor. Desde que apareció su novela “No se lo digas a nadie” en 1994, Bayly ha publicado más de una docena de libros. Ha ganado el prestigioso premio Herralde y ha sido finalista del premio Planeta. Inicialmente tachado como escritor “light” por el establishment literario, el diario El Comercio galardonó a su libro “El cojo y el loco” en el 2009. Descendiente literario del español Ray Lóriga y comparable al chileno Alberto Fuguet, las primeras novelas urbanas de Bayly, escritas en primera persona y con un lenguaje llano y explícito, hablaban de jóvenes confundidos de estatus privilegiado, de la incompatibilidad entre el amor homosexual y la felicidad, de la autodestructiva compulsión de las drogas. En estas historias ha retratado sin pudor a personajes de la farándula, de la política o de su entorno. De intencional tinte autobiográfico, sus libros siempre han jugado con el límite entre la realidad y la ficción. Mientras en el Perú los escritores se dividían en bandos imposibles (andinos versus criollos, por ejemplo), Bayly quería ser global. Y en esta ambición, más allá de su calidad literaria, ha tenido éxito considerable. Es un escritor internacional. Y por si alguien aún lo duda, hace un rato que, para bien o para mal, la obra de Bayly también entró al arbitrario canon de la narrativa peruana. 

SIETE.

Bayly es pituco. Pero se presenta como un pituco trasgresor; a veces, incluso, un traidor de clase. Porque revela las intimidades de la clase alta, porque critica varios de sus valores, porque ventila sus chismes con el pueblo y los convierte en personajes de chollywood. O sea, porque los cholea, porque les malea el ambiente, porque invita simbólicamente a Tongo a exclusivas fiestas de Asia. Porque mete a todos en la misma olla y los mezcla ejerciendo la democracia del chongo. Y a la gente le gusta eso. Se lo agradecen. Porque así todos se igualan. Y Bayly no es un pituco como el resto. Es un pituco bacán. Por eso, tiene cierta acogida popular. O sea, no es Tudela bailando el Baile del Chino ni es PPK tocando la flauta. Aunque reproduzca muchos prejuicios de la clase alta limeña, el carisma mediático de Bayly atraviesa barreras raciales y de clase con el lenguaje universal del slapstick.


OCHO.

Bayly es bisexual. ¿Cómo puede generar empatía popular un hombre blanco, exitoso y pituco en un país pobre, mestizo, y con más frustraciones que glorias? Es decir, más hegemónico que Bayly no hay. Pero un momento: él también pertenece a una minoría oprimida. Bueno, pertenece a veces. Cuando le provoca. En todo caso, sabe lo que es luchar contra el prejuicio, contra la homofobia brutal de esta sociedad pacata. Una vez entrevisté a Bayly en Washington DC y le pregunté: “¿No crees que lo gay se está volviendo mainstream?” “No en Latinoamérica”, me contestó. Y tiene razón. Por eso, uno puede ver en Facebook y otras redes sociales grupos que están en contra de su candidatura debido a su bisexualidad (que para muchos, sin embargo, es la condición natural del ser humano). Y si uno pregunta en la calle, hay mucha gente que no votaría por él porque es “cabro”. Entonces, Bayly presenta en su programa a una guapa chica de 21 años como su nueva pareja que lo ha rescatado de la impotencia sexual y espera que sea la madre de su hijo. Esta facilidad interpretativa de roles sociales es una de las armas más eficientes de Bayly para configurarse como ese mesiánico outsider del que todos hablan. 

NUEVE.

Bayly es generacional. Y más específicamente, noventero. La década nefasta del autoritarismo. También del neoliberalismo, las privatizaciones y las ansias de modernización. La generación desideologizada, apática y apolítica. La época de la pasividad y el alpinchismo. La camada que heredó el horizonte no-future y que encontró en la frivolidad el mejor escapismo. Bayly tuvo sus mejores adeptos entre la juventud urbana que vio al país colapsar a finales de los ochenta, que creció entre apagones y escuchó las bombas. Que supo de Sendero porque existió Tarata. Que encontró distensión en las drogas y la pendejada inocua. Porque era muy duro ser clase media y hubiera sido mejor que Lima sea más como Miami. Porque en esta ciudad “no es amor/ son sólo manchas en el pantalón”. Una juventud retratada también por el escritor Óscar Malca en su novela “Al final de la calle” o por el sociólogo Sandro Venturo en su libro “Contrajuventud”. Una generación que en el fondo era (es) bastante conservadora. Que no cree en el cambio, pero le gusta la chacota. Y las ideas anárquicas le parecen divertidas, mientras no sean radicales. Esta generación, mi generación, sabe que hay algo encantadoramente perturbador en la idea de una posible candidatura de Bayly, algo que refleja lo mejor y lo peor de una época. 

DIEZ.

Bayly es posmoderno. Por eso, el interés que ha generado su posible candidatura no sólo refleja el vacío ideológico, la desintegración del discurso de la izquierda y de la derecha (y ninguno que lo reemplace), el descrédito de la clase política tradicional o cómo la noción de “electorado” se ha convertido en la de “público” o “audiencia”. No sólo denota la chatura de alternativas en el espectro de personajes políticos (Keiko, Humala y Castañeda) y la devoción por el entretenimiento y el reinado del espectáculo y la imagen. También nos habla de profundas tensiones sociales y culturales del Perú. Así que las preguntas sobre si Bayly será realmente candidato, si tendría posibilidades de ganar o cuán viables son sus propuestas, pierden de vista quizá lo más representativo de este suceso. Porque lo que se configura como una campaña presidencial “atípica” es, obviamente, una representación. ¿Deberíamos no tomarla en serio entonces? Claro que no. Al contrario, deberíamos tomarla muy en serio. Porque el teatro y sus representaciones a menudo nos dicen más acerca de nuestra sociedad que aquello que se presenta superficialmente como la realidad. Porque en los símbolos y la farsa encontramos nuestro mejor espejo. Y pienso en la anécdota de Orson Wells, cuando en 1939 montó una ficción radial en la cual narraba cómo la tierra era invadida por extraterrestres. La audiencia que sintonizaba el programa entró en histeria colectiva. Los periódicos reportaron escenas de pánico; algunos trataban de salir de la ciudad; se protegían de posibles gases envenenados o temían luces cegadoras. Nunca estuvimos tan cerca de Nueva York.//

El tema hit de la candidatura de Bayly (Video)


(Artículo/Portada de Paul Alonso publicado en la revista peruana Dedomedio, marzo 2010)







Paul Alonso, Lima, 1978. Periodista y escritor. 

Proyecto Contextus

2 de abril de 2010

¡Damas de Blanco a la Carga!




¡Damas de Blanco a la carga!

Por Rogelio Fabio Hurtado
Periodista Independiente, La Primavera Digital
Marianao, La Habana, abril 1 de 2010, (PD)

Con disciplina y coraje, las Damas de Blanco hacen la diferencia en las calles habaneras. Serenas, sin alterar su paso ni rebajar sus voces, estas mujeres, cercadas por la escandalera de la chusma movilizada por la Seguridad, sobresalen en la pantalla del TV por su elegante dignidad, armadas de gladiolos.

Concentradas en su propósito, la libertad para sus familiares encarcelados, las Damas no han dejado de ganarle terreno a la rigidez totalitaria. Desde sus comienzos, en la misa dominical de la Iglesia de Santa Rita de Casia, en Miramar, con sus paseos por el separador de la Quinta Avenida, hasta su presencia en cualquier Iglesia habanera.

La estrategia del Régimen frente a ellas fracasa a ojos vista: no han conseguido amedrentarlas mediante las turbas de repudio, tan parecidas a las porras machadistas. Tampoco han conseguido debilitarlas mediante la intriga ni arrastrarlas a proyectos desmesurados.

Mientras las Damas marchan imperturbables, la chusma repudiante se ve cada vez más histérica y mal hablada. La TV oficial no consigue disimular el odio que patentiza. No creo que consigan confundir a ningún espectador respecto a quienes son las personas decentes y quienes las zafias dispuestas a la masacre.

La policía de uniforme asume la protección de las Damas, mediante un frágil cordón, que las aleja a menos de un gaznatón de las iracundas, que no osan soltarlo mientras los oficiales vestidos de paisano que las dirigen no lo ordenen. Al parecer, apuestan a que alguna Dama, harta de ofensas, trueque el gladiolo en cabilla y ahí se forme.

Las Damas lo saben y los vituperios refuerzan su dignidad. Saben que el mundo las observa, de lejos, gracias a las cámaras y de cerca, a través de los diplomáticos que asisten como testigos y garantes de su integridad física, quienes se convierten así en blanco reiterado de la TV, también a la orden de los segurosos.

Esta guerra de imágenes la pierden los silenciosos porque sus gritonas no pueden contrarrestar a las Damas, quienes incluso han incrementado sus filas con la incorporación de las Damas de Apoyo, mujeres de todas las edades que las acompañan, como no pudo dejar de reflejar la propia TV.

El régimen podría quitarse este dolor de cabeza, disponiéndose a escucharlas en serio, para negociar la libertad de los presos políticos y comenzar así un verdadero proceso de rectificación de horrores. Esto es pedir demasiada lucidez y audacia a los héroes envejecidos que nos gobiernan.

En vez de ello, continuarán apretando el tornillo alrededor de su propio pescuezo. Pronto leeremos un severo editorial del Granma que advierta que la paciencia de nuestro pueblo tiene un límite; que las fuerzas de la PNR no podrán garantizar la integridad de las viles apátridas y que la responsabilidad será de sus amos.

Estas amenazas les serán trasmitidas en persona a las Damas por los militantes más torvos posibles. Se transmitirán un par de Mesas Redondas con el peor material que haya podido obtener DSE. Si no lo hubieran “retirado por enfermedad” contarían con la participación del Fiscal General Juan Escalona. A la mujer de aquella vez, Radio Martí la ridiculizó.

Por supuesto, agotarán las cascaritas de plátano y los polvazos a los pies de Laura Pollán. Estarán ansiosos por atraparla en un desliz que les permita llevarla a la cárcel por vender o comprar cebollas o visas. Curtida en estos maltratos, ni ella ni sus hermanas resbalarán en estas babas diabólicas.

Espero que el cónclave de ancianos mantenga su línea de amagar y no dar, para no añadir más horrores a la cadena. Realmente, bastaría con que acordasen escuchar a todos los cubanos, y no sólo a los gritos que ellos mismos ordenan vociferar a sus partidarios, para que no hiciesen más falta los testigos extranjeros.

Fotografía: Internet
Proyecto Contextus


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

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