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©Pablo Felipe Pérez Goyry

27 de septiembre de 2007

De la Cuarta República (Final)


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
27 de septiembre de 2007.


ESCRIBEN, LOS INVESTIGADORES, de que en los años cincuenta, los cubanos de clase media eran los más ricos de América Central y del Sur. Sin embargo, principalmente en las zonas rurales, más de una cuarta parte de los cubanos vivía en condiciones de exagerada pobreza, sin electricidad y agua potable, ni educación y atención médica.

No es delito mostrarse de acuerdo, que desde los años treinta, La Habana tenía “una reputación como capital de autentica república bananera”. También, hasta antes de 1959, “los ciudadanos de Estados Unidos iban a Cuba a emborracharse y en busca de los placeres de la carne, con lo cual se gano el mote de “Las Vegas del Caribe” y “el prostíbulo de América”. A esto se sumaba la existencia de numerosos clubes, casinos y burdeles. La presencia del crimen organizado, al parecer, llenaba las cuentas bancarias de Batista y políticos con millones de dólares. Una cuota de agradecimiento por permitir que sus actividades se desenvolvieran sin entorpecimientos.

En 1959, la “república bananera” recibiría el triunfo revolucionario. Una esperanza traicionada por Fidel Castro y sus más cercanos cómplices. Esta verdad, es ya historia y se conocen sus secuelas:

· Enfrentamiento y fin de las relaciones con Estados Unidos;

· Embargo económico;

· Pacto de colaboración con el bloque comunista mundial;

· Metamorfosis del nacionalismo al marxismo-fidelismo;

· Con un enfoque stalinista-comunistas: cambios al sistema político, económico y social.

· Internacionalismo proletario.

· Invasión de Bahía de Cochinos.

· Crisis de los misiles; etcétera.

Llegado a este punto, y más allá de las diferencias, estoy de acuerdo con el doctor Marcelino Miyares 1, quien afirma 2:

a) “Los cubanos no participaron en el tratado de Paris firmado por los EE.UU. y España, que pone fin a la guerra de independencia, después de 30 años de lucha, en la manigua. Sencillamente nos dejaron fuera”.

b) “La primera república, con su constitución de 1902, estuvo mediatizada por la llamada Enmienda Platt, una ley del congreso de los Estados Unidos”.

c) “La segunda república comenzó con la constituyente de 1940, y en la que hay una participación plural de todos los cubanos. Por primera vez, en la historia de Cuba, el partido comunista cubano participó en el proceso político. Poco duro la participación, porque el golpe de estado de 1952 dosifica la participación plural, dejando fuera a los elementos más progresistas de la sociedad: estudiantes, trabajadores, intelectuales y algunos empresarios”.

d) “La tercera republica se inicia con el triunfo de la insurrección armada, en 1959, y culmina con la constitución del 1976, que produce una división de la familia cubana generando una diáspora de millones de cubanos. Nos han dejado fuera a dos millones de cubanos en la diáspora, y dentro de Cuba se han quedado los que no pueden aceptar la ausencia de un estado de derecho y el imperio de un estado autoritario, personalista y avasallador”.

e) “En ninguna de las tres republicas anteriores (1902, 1940, 1959) los cubanos tuvieron verdadera participación”.

¿Cuál sería la característica de la IV República de Cuba?

Preocupa lo que pudiera acontecer en Cuba, sin Fidel Castro. La academia y políticos, analistas y la oposición anticastrista no llegan a un entendimiento, en relación con este asunto. Lo que es indiscutible, de Castro está más cadáver que vivo, y que es inevitable la llegada de cambios cuando muera.

Es una interrogante que genera otras con fecundos arcanos. Sin embargo, como el tema es extenso y no quiero agobiar al leedor, a lo platicado adiciono estos propios comentarios:

1) La Patria necesita de todos sus hijos, en Cuba y la diáspora, y los exhorta a tengan como prioridad la reconciliación de la nación.

2) Es inevitables la transición, y los cubanos debemos estar preparados para con sabiduría dar la cara esta contingencia.

3) La experiencia de los aciertos y fracasos de las anteriores repúblicas deben ser tenidas en cuenta para no repetir la historia.

4) Con sus excepciones, en cerca de medio siglo, los cubanos han demostrado con su trabajo y creatividad estar capacitados para reformar el país y restablecer la democracia, que tenga entre sus prioridades una “orientación humanista” y salvaguarde:

- el pluralismo,

- la libertad,

- el respeto a los derechos humanos,

- la justicia social,

- el Estado de derecho,

- el principio de subsidiariedad,

- y desarrollo económico.


5) En el seno de la oposición anticastrista hay propuestas de para una nueva Constitución, excelente sería de todos los cubanos las revisemos, y las enriqueciéramos para entregarlas a una Constituyente.

6) Es impostergable accionar mecanismos que faciliten un sincero diálogo nacional, para una “coalición política-civilista”, donde participen todas las fuerzas políticas y de la sociedad civil.

7) Anticipada preparación, no sólo de los líderes sino a la sociedad en general, en el archipiélago y el exilio, para encarar los retos que traerían los cambios económicos y políticos.

8) Los cubanos, dentro y fuera de Cuba ―sin intervención externa―, con ayuda de su extraordinario espíritu creativo y conocimiento político, son los que deben discernir con libertad el sistema de gobierno que desea: Presidencial o Parlamentario.

9) ¿En Cuba, un sistema de gobierno parlamentario será mejor que el presidencial?

10) En la IV República, el Estado democrático, tendrá la obligación constitucional de aceptar:

· La división de los poderes (legislativo, ejecutivo, judicial, de control, etc.);

· El sistema pluripartidista.

· De exista libertad de expresión.

· Del Estado sea laico y separado de cualquier manifestación religiosa.

· El sufragio universal, por voto secreto y directo, ejerciéndose control público sobre el escrutinio.


No es bueno olvidar de que la democracia política, social y económica, es optimista de sus atributos y tiene como virtud esencial la libertad e intervención de toda la sociedad en el gobierno. Es decir, el Estado tiene como única fuente de poder al pueblo, que asegura con ayuda de elecciones libres la representación de sus órganos administrativos y el control público de la gestión estatal.

Debo finalizar... Sólo aspiro, como liberal y demócrata, a que esta exposición sea un modesto y útil aporte para el activo, valiente y civilizado debate, que coadyuve a una pacífica transición en Cuba. Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE! [Fin]


Referencias:

Miyares, Marcelino, Ph D. en ciencias políticas, Northwestern University, Evanston (Chicago). Autor de “Modelos de Participación Política de los Hispano-Americanos en los EE.UU”. Arno Press, The New York Times, 1976.

Miyares, Marcelino. "Modelos para un futuro en democracia en Cuba". Presentación en el Seminario de la Internacional Demócrata Cristiana, en Roma, 29 de octubre de 2004.

24 de septiembre de 2007

De la Cuarta República (1)


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
24 de septiembre de 2007.


AVERIGUAR, EXAMINAR O INQUIRIR cuidadosamente algo y sus circunstancias, es el propósito al tratar de reseñar la historia de las repúblicas cubanas.

“La República (del latín res publica, ‘la cosa pública’), forma de Estado basada en el concepto de que la soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar en su nombre a un grupo de representantes elegidos. En la práctica este concepto ha sido, sin embargo, ampliado, distorsionado y corrompido de diversas formas, por lo que se hace difícil dar una definición unívoca del término”1.

Así las cosas, con la autorización del comprensivo lector, creo estamos en condiciones de desapolillar y escudriñar en la memoria histórica cubana, lo que han sido las tres repúblicas, antecesoras de lo que será una cuarta después de la transición, cuando con libertad el pueblo cubano pueda democráticamente tomar parte en el gobierno.

No es un secreto, de que por mucho tiempo y fundamentalmente a lo largo del siglo XIX, Estados Unidos de América tubo en su agenda de política exterior, buscar la mejor manera de controlar y sacar provecho de Cuba. No faltaron intentos expedicionarios y hasta intentaron comprarla. Finalmente, la fruta estuvo madura, cuando los cubanos estaban a las puertas de ganar la guerra y de liberarse de España. Estados Unidos de América, crea las condiciones ―voladura del acorazado Maine, anclado en la bahía de La Habana― y se entrometió en la guerra.

En diciembre de 1898, se firma el tratado que pone fin a la guerra y al dominio español, no se tiene en cuenta a los cubanos. Un gobierno militar de Estados Unidos gobierna a Cuba hasta 1902. Se dice que es cuando “comenzó a devolver la prosperidad a los cubanos, pero también impuso términos que limitaban seriamente su independencia”.

La historia da fe, no hay dudas, de Cuba pasó de estar sometida a los españoles, a la tutela intervencionista de los Estados Unidos de América. La sentencia del apóstol, José Martí, se había hecho realidad.

Las tres Repúblicas

Cuba se convierte en República en 1902, aunque no es un secreto de se trató de una formalidad. La inmadura democracia, hasta 1959, estuvo violentada por el pillaje, el gangsterismo político y la descomposición. Para los estudiosos del tema, la joven república era un feudo de Estados Unidos de América, y por décadas las riendas del poder político y económico se manoseaban a través de presidentes polichinela y dictadores que estaban sometidos al embajador de Estados Unidos y al gobierno de turno en Washington. Algunos desaprueban esta condición de la república, para otros es un período de la historia que denominan como el de la “seudo república”.

Cuando Tomás Estrada Palma, asumió el poder como primer presidente de Cuba en, 1902, las tropas de Estados Unidos de América comenzaron a abandonar el país, no sin antes dejar en la Constitución cubana la “Enmienda Platt”. Este apéndice en la constitución cubana, daba a Estados Unidos de América el derecho a intervenir en la isla “para mantener un gobierno que velara por la protección de la vida, la propiedad y las libertades individuales”. Enmienda que utiliza en 1906, cuando regresan, tras las revueltas acontecidas después de unas elecciones irregulares. Esta intromisión estuvo dirigida por un gobernador estadounidense hasta 1909.

Los cubanos nunca aceptaron esta sombra, “que reducía la independencia y la soberanía de la República”, y en más de una oportunidad se manifestaron contra la enmienda. Con todo, los cubanos no tenían más opción que hacer la vista gorda, porque el gobierno de estadounidense había dejado claro que Cuba sólo podía ser una república tutelada o no ser. La enmienda se deroga en 1934, salvando la cláusula que permitía a los EE.UU. conservar su base naval en Guantánamo.

Cierto o falso, el control estadounidense condicionó a Cuba, a estar encadenada económicamente al imperio. Una prueba es el Tratado de Reciprocidad, firmado en 1903, donde se declaraba que Estados Unidos podía comprar el azúcar cubano a tasas preferenciales, a cambio de que las importaciones de Estados Unidos, para entrar en la isla, disfrutaran de un régimen favorable de aranceles e impuestos: Esto significó de Cuba se distinguiera por el desbordamiento de productos y propiedades estadounidense como la energía eléctrica, los ferrocarriles y la compañía de teléfonos. Según estadísticas de la época, hacia 1950, el ochenta por ciento de las importaciones provenían de Estados Unidos. El archipiélago era el territorio más conquistado por el sistema de vida estadounidense, en todo el mundo.

República gobernada por corruptos y dictadores

Hasta mediados de los veinte, del siglo pasado, Cuba vivió la experiencia de estar frágilmente gobernada y con hábitos corruptos. Por estas fechas, lo más execrable ocurriría con la llegada al poder del general Gerardo Machado, que comenzó su primer mandato en 1924, considerado por algunos como el de mayores logros. Se transforma en 1928 en un dictador criollo, que se certifica por la crueldad de sus crímenes y la censura. Después, de una huelga general y con la colaboración de Estados Unidos, Machado dimite, en 1933.

Después, de Machado, el poder pasó rápidamente a varias figuras de la política y sociedad civil. Empero, la figura que se destaca es la del militar, Fulgencio Batista, un sargento de ejercito, que había ascendido a coronel en una semana. Batista, un mulato de clase trabajadora, gobernaría Cuba, directa o indirectamente y con el respaldo de Estados Unidos, durante de los siguientes años. Como hombre fuerte, apoyándose en presidentes que le servían de fachada, gobernó hasta 1940. De 1940 hasta 1944, gobernó como presidente electo. Posteriormente, desde 1952 a 1959, inmediatamente de un golpe de Estado, gobernó como autentico dictador.

A pesar de todo, algunos califican a Fulgencio Batista como un patriota que introdujo normas positivas. Se dice que “legaliza los sindicatos y el partido comunista, introdujo la distribución de la tierra y llevó a cabo una reforma del sistema de bienestar”. Para otros es símbolo de la desvergüenza y brutalidad, pues, sólo quería los dineros de las arcas del Estado, para él y sus secuaces (unos 300 millones de dólares de 1959), y para lograrlo aprovechó cualquier medio, sin interesarle la irracionalidad que fuera necesaria. Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE! [Fin 1 de 2].

21 de septiembre de 2007

Cuba: Periodismo de oposición patriótica


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
21 de septiembre de 2007.


LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, es una de las más exclusivas libertades de los sistemas democráticos. Es el derecho de las personas a exteriorizar sus pensamientos y opiniones por medio de la imagen auditiva, por escrito o cualquier medio de reproducción, sin restricción, disposiciones, consignas, salvoconducto o censura.

A todas luces, la libertad de expresión, es el resultado de las libertades de pensamiento y de opinión, empero, aunque es un derecho sin límites, porque cada persona es libre de pensar y opinar de una manera particular, tiene fronteras legales. Es decir, lo personal debe estar enfocado a: respetar la intimidad y el honor de los demás, no atentar contra el orden y la convivencia.

La libertad de expresión no es la propaganda o publicidad indisciplinada de agraviantes contra una persona o institución, que supongan una entremetimiento ilegítimo en la vida privada de las personas, ni la amplificación de ideas o agresión contra la infancia, o exacerben la apología del terrorismo.

Por eso, la libertad de expresión debe estar amalgamada al derecho a educar e instruirse, libertad sin entorpecimientos o ataduras dogmáticas y gubernamentales para el maestro o profesor; derecho a recibir y difundir información libremente y por cualquier medio, sin censura previa.

Resulta evidente que, el gobierno castrista, se ha consolidado por décadas en el poder político, utilizando sin escrúpulo una cruzada para anular el universo constitucional ―físico, jurídico y psicológico― de los ciudadanos y la oposición, impidiendo con esto puedan ejercer sus derechos con libertad y participación democrática responsable. Lo que facilita al gobierno perseguir y censurar el trabajo de los Periodistas Independientes Cubanos.

Escribió nuestro apóstol José Martí: “Aquí velamos; aquí aguardamos; aquí anticipamos; aquí ordenamos nuestras fuerzas; aquí nos ganamos los corazones; aquí recogíamos y fundíamos y sublimábamos, y atraíamos para el bien de todos, el alma que se desmigajaba en el país... Con el dolor de toda la Patria padecemos, y para el bien de toda la Patria edificamos,... ¿Qué es la mayor libertad, sino para emplearla en bien de los que tienen menos libertad que nosotros? ¿Para qué es la fe, sino para enardecer a los que no la tienen?... Y esto hacemos aquí, y labramos aquí sin alarde, un porvenir en que quepamos todos...”. Precisamente, los Periodistas Independientes de Oposición Patriótica, con disciplina y liberalidad resistimos junto a toda la Nación las arbitrariedades de la dictadura castrista.

El derecho a la información, es un instrumento de trabajo para los Periodistas Independientes. Esta libertad y derecho, es sistemáticamente restringido y descalificada por la dictadura. Un ejemplo, es la “Operación Ciber”, utilizado, por el castrismo, para ocultar, engañar, desvirtuar y manipular, lo que acontece en el archipiélago. Engaño que los Periodistas Independientes desenmascaran con su decoroso trabajo informativo.

Los Periodistas Independientes, que residen en la isla cárcel, continúan padeciendo las acciones coercitivas, amenazas de la policía política, detenciones temporales o pagan largas condenas en las mazmorras castristas. A esto debe sumarse, los restringidos recursos económicos (no salario por su trabajo) y soporte técnico (fax, impresoras, escáners, papel, cámaras fotográficas, computadores, incluso papel).

Mi punto de vista al respecto es que, el régimen no ha podido silenciar a la oposición y mucho menos el quehacer del Periodismo Independiente Cubano, que hace oposición patriótica y cuya modesta misión es denunciar, informar, exaltar los valores humanitarios y crear auténticos estados de opinión que ilustren y faciliten un nuevo pensamiento socio-político-económico en la nación, como esencial entendimiento para la construcción de la nueva República.

Sé de existen personas que defienden “el justo y maravillosos régimen castrista”. Empero, aplican la ley del hielo a los Periodistas Independientes ―especialmente a los que viven en el archipiélago―, que perseveran con decencia y con estricta norma profesional desafían las calumnias de la dictadura. Todos, sin excepción viven ahogados en un contexto extremadamente peligroso y están en riesgo sus propias vidas y las de sus familiares; ejemplo de estos excelsos colegas es: Guillermo Fariñas Hernández, Bernardo Arévalo Padrón, Fabio Prieto Llorente, Miguel Galbán Gutiérrez, Beatriz Pedroso León, Ricardo González Alfonso, Juan Mario Rodríguez, Julio César Gálvez, Héctor Maseda Gutiérrez, Omar Rodríguez Saludes, Oscar Espinosa Chepe, Miriam Leiva Viamonte, José Luís García Paneque, Hugo Araña San-Hoyerdo, Alejandro Tur Valladares, Heriberto Portales Rodríguez, Jorge Olivera Castillo, Roberto Miranda Díaz, y Carlos Serpa Maceira.


Castro, obliga a los periodistas trabajar “conforme a los fines de la sociedad socialista”, y practica un control absoluto sobre los medios de comunicación, y la información que se difunde en el país. De hecho, la dictadura utiliza la incomunicación de los Periodistas Independientes y la represión en todas sus manifestaciones al estilo stalinista, materializada por las confiscaciones de materiales y documentación, hasta el arresto y condena a grandes penas de prisión.

Una prueba de esta sinrazón, es la gravísima situación de salud del periodista y prisionero de conciencia Normando Hernández González, quien según “las ultimas informaciones llegadas de Cuba confirma de fue trasladado el pasado 14 de septiembre desde la prisión de Kilo 7 en Camaguey, al Hospital Militar Carlos J. Finlay, en la Ciudad de La Habana. Oficiales de la Seguridad del Estado informaron a su esposa, Yarai Reyes Marín, que seria sometido a un chequeo general. El periodista opositor esta en critico estado de salud, padeciendo un Síndrome de Mala Absorción Gastrointestinal, Giardasis o quistes en la Vesícula, Duodenitis Eritematosa, Yeyunitis Crónica, Intestinos y Colon irritable, Avitaminosis, Desnutrición, Cefalea constante, dos Vértebras comprimidas en la Columna cervical, Hipertensión arterial severa y perdida de la visión. Además, se le hizo la prueba de la Tuberculina, con la técnica Mantoux la cual dio Hiper Reactiva (14). Al mismo tiempo, sufre de fatigas, mareos, inapetencia, crisis de diarreas y estreñimiento, nauseas, y tiene 14 Kg por debajo de su peso corporal”.

Por todas estas razones, como periodista independiente cubano, respetuosamente solicito a Medios de comunicación y periodistas (especialmente de América Latina), Parlamento Europeo, Organizaciones no gubernamentales, Gobiernos democráticos, y Organización de Estados Americanos, para que se adhieran a la defensa de los Periodistas Independientes Cubanos y exijan al gobierno castrista:

· La inmediata liberación de todos los Periodistas Independientes encarcelados, y sin condiciones se levante todas las diligencias penales contra ellos.

· Se ponga fin a las: acciones restrictivas, agresiones, decomisos, y arrestos.

· Se respete y reconozca la libertad de prensa y palabra sin restricción.

· Se legalicen a los Periodistas Independientes, por el Ministerio de Justicia y los organismos competentes, para puedan aspirar a un empleo digno.

· Se legalicen las Agencias de Prensa Independientes, para de esta manera las autoridades del régimen den cumplimiento a los acuerdos que ha firmado ante la comunidad de naciones.

· Se derogue la Ley 88 y sus artículos, porque constituye una violación grave de los derechos humanos, así como atentan contra la libertad de opinión y expresión noviolenta.

Unido a lo ya mencionado, como deber ético y vehículo eficaz para desbloquear el aislamiento a que están sometido los Periodistas Independientes Cubanos, sería bueno de los medios de comunicación echara una mano abriendo espacios donde se publiquen informes, crónicas y artículos de los Periodistas Independientes Cubanos. Al mismo tiempo, busquen instrumentos que faciliten la ayuda financiera por su trabajo periodístico, que generaría un reconocimiento a su labor.

Es innegable, a través de la historia, el papel de los periodistas y los medios de comunicación en los procesos de cambio. Cuba esta a las puertas de acontezca una transición hacia la libertad y la democracia. Si los Periodistas Independientes, tuvieran un sincero apoyo de los medios de comunicación internacionales, con mayor eficiencia pudiesen cumplir con su misión de educar e informar a la sociedad cubana y mundial sobre las inhumanas secuelas políticas, económicas y social causadas por el régimen marxista-fidelista, que por cerca de medio siglo impera en Cuba.

Antes de terminar, con el permiso del leedor, debo confesar mi preocupación por la salud de Normando Hernández González y todos los opositores que se encuentran en las prisiones castristas. Los Periodistas Independientes Cubanos, anhelamos evitar que el sistema de doctrina y tácticas represivas de la dictadura castrista continúen cobrando víctimas entre las filas del periodismo independiente y las fuerzas opositoras. Convocamos a la comunidad internacional para apoyen nuestra labor. Desde el alma, llegue a Normando, a los Periodistas Independientes, fuerza opositoras, y a sus familiares un abrazo solidario y los mejores pensamientos. ¡NAMASTE!

17 de septiembre de 2007

Cuba: Oposición numantina y Consenso nacional


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
17 de septiembre de 2007.


LA COMIDA CUBANA, tiene como particularidad expresa, el predominio maravilloso de la ascendiente cultura hispánica y africana. Aunque es menos sofisticada, porque sus olores son naturales y campestre. Empero, esta especial comida hace demasiado tiempo que está ausente de la cotidianidad del pueblo cubano. Si señor, aunque pudiera parecer una exageración anticastrista, es una realidad incuestionable.

Lo embrollado del asunto está en que, a pesar de ser la tierra cubana de cierta fertilidad, los isleños no pueden alimentarse adecuadamente, como Dios manda. La generalidad de las verduras y frutas se exportan como trueque por un “puñado de dólares”. No es un secreto de que la exigüidad de alimentos tiene su florecimiento desde los comienzos de la revolución, y agravó en la década de los noventa.

El progresivo detrimento de la alimentación, de los cubanos, se produce porque los mejores productos del país o importados están reservados para los extranjeros y hoteles. Causa ira ver los bufés del desayuno, que suelen tener frutas, crepes, cruasanes y huevos con tocineta; por las noches el turista tiene la posibilidad de saborear diversidad de carnes, ensaladas, etcétera. Para atraer visitantes y potenciales huéspedes, estas comidas se incluyen en los precios de la llamada “pensión americana” o “todo incluido”. Es evidente de los extranjeros, y los cubanos que visitan la isla cárcel, no están expuestos a las privaciones en las que está sumergido el cubano de a pié.

Los hoteles del sector turístico sirven comida internacional. En los restaurantes, se prepara la comida criolla, como los moros y cristianos (arroz y frijoles negros), y el congrí (arroz con alubias), acompañados con yuca, malanga, plátanos tostones o fufú. El pescado, langosta, pollo, cerdo asado, bistec, picadillo, o el guiso de carne y verduras, están a la carta. También, es parte de este ofrecimiento los gloriosos y densos helados Coppelia. Y el ron, que tiene su origen en el llamado "mata diablos" o "ron bullón", es la bebida nacional. Se bebe en cóctel o solo. Los cócteles más populares son el Cuba libre (una ironía), el Mojito (ron, azúcar, zumo de lima, hojas de menta, y agua con gas) y el Daiquiri (ron, azúcar, zumo de lima y maraschino mezclado con hielo picado), descrito por Hemingway, en su novela Islas en el Golfo, como “esquiar glaciar abajo con nieve en polvo”. Para beberlo sólo o con hielo, se debe escoger un ron añejo. Este, no es el de los barrios, un ron áspero y sin arrugas, cuyo contenido de alcohol puede ser tan alto que simplemente con un trago bastará para marearse.

Esta es la Cuba del guarapo y el granizado, que junto a la cerveza Bucanero, Hatuey, y Cristal, es la protección perfecta para el calor caribeño. Donde el café-arveja es fuerte, con buena cantidad de azúcar y, el rebusque de las “jineteras” que por “un manojo de dólares” hacen meretricio con los extranjeros.

En la Cuba del dictador Fidel Castro y su “Revolución cubana”, la Constitución consagra de los cubanos tienen libre acceso a todos los lugares públicos. A pesar de esto, mientras los turistas se deleitan el paladar con suculentos bufés, disfrutan de excelentes playas, tiene prioridad en las colas (filas) de restaurantes y almacenes, a los cubanos se les impone el “apartheid criollo”, pues, les está prohibido visitar las mejores playas y hoteles del archipiélago, los mejores restaurantes y clubes nocturnos. Es evidente de los extranjeros, en cualquier caso, no están expuestos a las privaciones de los isleños. Ese cubano que está encadenado a un atroz racionamiento de alimentos, que espera interminables horas para acceder al transporte público y que en las “cantinas de los barrios” le ofrecen un ron inclemente, cuyo sabor no es muy agradable al paladar y su contenido de alcohol en un trago será suficiente para perforar un estómago.

Salvo excepciones, los extranjeros no conocen las carencias de los cubanos, especialmente los que ciegamente creen en el “espectro” de la revolución y no aceptan de en la sociedad cubana está enquistado el desbarajuste económico e incoherencia de la dirección oficial, el florecimiento del estraperlo y el soborno, el quebrantamiento de la “constitucionalidad” y corrupción de los funcionarios.

Castro parloteo, hasta el agotamiento, que su revolución desaprobaba el turismo por ser emblema de la prostitución y el juego, una manifestación del capitalismo decadente. Hoy día, sus principios ideológicos se “fueron al infierno”, porque su obsesión es buscar desesperadamente dólares y dar mayor atención a los extranjeros que a sus propios conciudadanos.

Hay que sumar, a todo lo dicho, de hace años la dictadura ha prohibido a los cubanos utilizar el derecho de criticar, especialmente a los Periodistas Independientes; porque el régimen no quiere dar oídos y mucho menos reformar su revolución. Los cubanos no pueden disentir de las actuaciones del “gobierno”, y mucho menos de lo que diga “el comandante en jefe”. Por estas razones, se han generado masivas emigraciones de ciudadanos, con ayuda del “Programa Alas por al Libertad” (entre 1965-1971), el “Puente Mariel-Cayo Hueso” (1980), y los Balseros (1994). También, de exista una “oposición numantina” (en Cuba y el exilio) que trata de encontrar una vía apropiada que permita un autentico “consenso nacional”.

Mi punto de vista al respecto, de es saludable para el cuerpo, el espíritu y toda la nación el reflexionar sobre lo que acontece en el archipiélago y una cercana transición, donde no se deje de hacer una “oposición numantina” y no descansar en la búsqueda de un “consenso y reconciliación nacional”.

La Unidad por la Libertad es posible, y los últimos eventos y llamamientos desde el archipiélago son una prueba reina. Ejemplos de valentía: la creación del “Consejo de Relatores de Derechos Humanos”, el sistemático quehacer de las heroicas “Damas de Blanco”, el meritorio trabajo de información y denuncia de los “Periodistas Independientes”, la titánica firmeza de los “Presos de Conciencia y Políticos”, la magnífica presencia en la isla y el exilio del periódico “La Primavera de Cuba” y la revista “Misceláneas de Cuba”, y la excelente idea de las “Bibliotecas Independientes”. Llegue a todos, la voz solidaria y un abrazo fraternal desde el alma.

A propósito, para finalizar, dejo respetuosamente en manos del leedor y de los opositores anticastrista, el siguiente razonamiento: ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: ‘Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar’. ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. [San. Lucas 14, 25-33]. Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!

12 de septiembre de 2007

Cuba: La oposición anticastrista, ejemplo de coraje y decencia


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
12 de septiembre de 2007.


DICEN LOS CLÁSICOS DE LA ERUDICIÓN EUROPEA, del contrato social es la liga, coalición o unión entre los ciudadanos, como alternativa organizacional y excelente principio del derecho, el poder y del Estado. En los sistemas democráticos, el contrato social es un derecho natural de los ciudadanos, que está estrechamente amalgamado a las responsabilidades civiles. Quiere decir, que el contrato social debe ser un suplemento coherente y equilibrado de poderes del mismo sistema político.

Estas ideas las retoco el filósofo J.J. Rosseau, quien argumenta de era esencial el contrato social para garantizar la seguridad y el orden, no solo del Estado, sino también para proteger los derechos de todos los ciudadanos. Por último, se puede considerar que el contrato social es un “entendimiento” entre diversos actores sociales y políticos, con el objetivo de evitar formas de conflictos violentos.

Juntamente a este contrato social, encontramos la oposición [del lat. opositio: acción de oponer y oponerse.]. Este ejercicio civilista, es la antítesis, de los criterios y concepciones políticas propias, a la política y conceptos dominantes. Es la resistencia que presenta opciones noviolentas a la política oficial.

Luego contrato social y oposición pacífica, son complementos valiosos en una nación que se respete así misma. Hoy día, el tema es ardoroso en el contexto socio-político-económico cubano. Nación ultrajada por el marxismo-fidelista, con su anacrónico experimento ideológico y gubernamental, caracterizado por el brutal avasallamiento contra los que no dudan en hacerle frente al régimen.

No es un arcano, de Castro ha utilizado sus endemoniados instrumentos propagandísticos y represivos para sistemáticamente descalificar y encerrar en las cárceles a los opositores. No hay dudas de que la dictadura violenta y restringe las libertades individuales y universales.

El “cacique mayor”, cada día más cadáver, es la encarnación autocrática del “Estado-gobierno-partido” y como tal, a “sangre y fuego”, estigmatiza toda organización política o de la sociedad civil que no agache la cabeza y acepte el dogma oficial. Es decir, “llamar las cosas por su nombre, alejados de la complacencia y los aplausos al dictamen oficial” es un delito que puede ser sancionado con pena de muerte. De esta manera, por más de cuarenta años, a la oposición cubana se le ha negado su derecho a la libre expresión contra un “gobierno” omnipotente y omnipresente.

Actualmente, la oposición política y de la sociedad civil, no descansa y hace frente pacíficamente a cada avalancha represiva. Oposición, quizás más hoy que ayer, tiene renovados bríos, no renuncia a sus derechos y busca caminos que conduzcan a la anhelada transición no violenta, para concertar un nuevo contrato social.

Para aspirar tener éxitos en la reconstrucción política, social y económica de la nueva República, todos los cubanos, con humildad, debemos ayudar en la investigación, compilación e intercambio de conceptos que permitan escudriñar los resultados y evolución de las transiciones en América Latina y Europa. Esto se debe hacer no sólo para conocimiento de la academia, sino para llevarlo a lenguaje público y mostrarlo a la nación cubana para sepa qué hacer en el proceso de transición y en lo humanamente posible evitar errores que lamentar.

Un nuevo amanecer está cerca. Dentro y fuera del archipiélago, la oposición democrática cubana, ha demostrado que no ha muerto, antes busca vigorizarse mediante la unidad política. Las fuerzas opositoras se están organizando y fortaleciendo, más allá de las diferencias, y desean unificar compromiso y responsabilidades, de cara a reconstruir el país.

A todas luces, la oposición anticastrista está dando pasos seguros y preparándose con sabiduría para una transición pacífica. Un gesto alentador, sumado a otros, es el “Llamamiento por la Unidad Liberal de la República de Cuba, así como la “Proclama de la Unidad Liberal” que se diera a conocer el pasado 5 de septiembre, en La Habana, Cuba.

Y como “... los hombres no pueden crear por sí solos nuevas fuerzas, sino unir y dirigir las que ya existen, sólo les queda un medio para conservarse, y consiste en formar por agregación una suma de fuerzas capaces de vencer la resistencia, poner en movimiento estas fuerzas por medio de un solo móvil y hacerlas obrar de acuerdo”. Enhorabuena, el “Llamamiento...” y la Proclama...”, y ojalá se pueda condensar una coalición de unidad nacional, con un inteligente “proyecto patriótico, liberal y político”.

¿Será posible de los Periodistas Independientes Cubanos, a la vez de informar y denunciar, concertáramos la posibilidad de unirnos? En lo personal, me entusiasma la idea; y tengo la percepción, entre otras, de serviría como ayuda estratégica, organizaría la reciprocidad periodística y nuestra labor, hoy contra la dictadura y mañana insertados a los medios de comunicación, en un mundo globalizado. Respetuosamente, dejo abierta la invitación para estudiemos iniciativas enfocadas hacia la unidad y fundar una: “Asociación, Liga, Confederación, o... de Periodistas Independientes Cubanos”.

Volviendo al asunto, en mi opinión y por todas las razones comentadas, la historia no dudará en atesorar amorosamente los admirables ejemplos de coraje y decencia, de numerosos hombres y mujeres, de la oposición cubana, que son auténticos héroes defendedores de la libertad y democracia. Tiene usted la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!

10 de septiembre de 2007

Cuba: Transición con voluntad y compromiso


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
10 de septiembre de 2007.


LOS CUBANOS NO SOMOS LOS ÚNICOS, que hemos conocido de cerca los tentáculos del poder arrogante de una dictadura. Como liberal, soy respetuoso del convencimiento y obediencia irracional de adoradores a la única o suprema fuente de la sabiduría o de la ética, encarnados en la persona de Fidel Castro.

La llamada “revolución cubana”, resultó ser un régimen político antidemocrático basado en el “poder ilimitado” de un hombre. Una dictadura que por cerca de cinco décadas se mantiene en el poder por medio de la manipulación y el terrorismo de Estado. Es evidente y no es saludable olvidar de Castro ha sumergió al país en su fracasado proyecto y experimento marxista-fidelista, que solo ha lleva a la muerte la intimidad y la momificación del pensamiento.

He visto, en los últimos meses, un accionar acertado de los diferentes grupos opositores, algo muy benéfico, si dejan resultados positivos y no mediocres argumentaciones de enorme imposición ideológica y análisis parcializado.

Un sinnúmero de cubanos condena el gobierno marxista-fidelista, porque deshonra los principios de libertad de las personas. Muchos son los que buscan vías pacíficas para democratizar el país.

Cuánta injusticia, cuánto sufrimiento causado a hombres y mujeres ―como Oscar Elías Biscet, Héctor Maseda Gutiérrez, Felix Bonne Carcacéz, Iván Hernández Carrillo, Miguel Valdés Tamayo, Fernando Sánchez López, Oswaldo Yánez, Luís García Vega, Jorge Alberto Liniaro, Gisela Delgado Sablón, Dolia Leal Francisco, Ana Leonor Chamizo, Julia Núñez Pacheco, Alida Viso Bello, Julia Cecilia Delgado González, Clara Lourdes Prieto, y muchos más― que exigen respeto a sus derechos naturales, y son sistemáticamente ultrajados o encerrados en las mazmorras de la isla cárcel.

Los cubanos, en mi opinión, debemos ser leales a los principios de libertad y democracia. Y algo insustituible, en el futuro cercano, será “confiar en la gente y darles la más amplia libertad para emprender, para trabajar y para elegir” a sus representantes y autoridades. Las transiciones son exitosas ―como en Chile y Estonia― y triunfan si los líderes creen en el prójimo. Es una maravillosa oportunidad para reconstruir el país y sus instituciones, con libertad y justicia. Porque “la libertad sin verdadera justicia, facilita se encumbre la desorganización y el caciquismo.

Estoy en favor de la democracia y libertades económicas, políticas y sociales. Soy de los que están persuadidos de que el debate político se debe caracterizar por la pluralidad de las opiniones y los razonamientos. Es la mejor manera de discutir y llegar a un punto conciliador que facilite la reconstrucción de la Patria. No obstante, creo que en esencia el debate tiene muchas más coincidencias de ideas que desacuerdos.

Una “coalición opositora” es impostergable, para enfrentar al enemigo común con acciones concordadas en el archipiélago y el exilio. La no-unidad, en la oposición, la ha aprovechado la dictadura por más de cuarenta años.

En la política, las coaliciones honestas engendran ventajas para cada copartícipe. Eso sí, sobre la base de la responsabilidad y la tolerancia mutua, ya que puede tener graves desventajas si una de los participantes proyecta hegemonía sobre el conjunto. La piedra angular de una coalición política, es el respeto por la autonomía del resto y actuar teniendo en cuenta la coincidencia de intereses.

Empero, no hay que permitir se hagan nudos en la garganta ante los desafíos. Cuando llegue la transición, hace falta de la oposición este fortalecida por una coalición política-social. Un equipo que ejerza un liderazgo, con audacia moral, en el seno de la nación cubana. Los líderes deben tener bien puestas las botas, para llegado el momento liderar una transición con el compromiso y voluntad de hacer bien la obra que coronará el retorno de la libertad y democracia a la Patria.

Así las cosas, más cierto que falso, los cubanos están a las puertas de la libertad. Es indiscutible, en los tiempos por venir, ante transformaciones post castrismo, la faena en procura de la democracia será riesgosa y de escarpados obstáculos. Sobre el asunto, hace mucho tiempo el debate está abierto. ¿La nación cubana está preparada para la transición? ¿Es necesaria la unidad de la oposición, en una coalición política-social? ¿Está cerca la hora? Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!

4 de septiembre de 2007

Cuba: El fracaso del modelo económico cubano


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
4 de septiembre de 2007.


HABLAR DEL SOCIALISMO EN CUBA, es platicar de una quimera. Es decir, “socialismo” es para muchos izquierdistas latinoamericanos: aquella economía, como la cubana, que utiliza “mecanismos políticos y no de mercado, y que ha suprimido la propiedad privada en los medios de producción”.

Mucho se ha debatido sobre el tema, durante el siglo XX, después del desplome comunista en Europa Oriental. En lo personal, estoy convencido por experiencia propia, de que el “socialismo trunca” las más elementales esperanzas de un ser humano. Una mirada retrospectiva a los países que han tratado de establecer el socialismo, sería excelente para el razonamiento y conseguir argumentos para el debate.

Sin embargo, es una utopía pensar que este fracaso o ineficacia es el precio a pagar para exista “una mayor igualdad y de un considerable bienestar para los pobres”. Este pensamiento se exacerba a finales de los años cincuenta del siglo pasado. Época en que los anhelos de libertad, de muchas naciones, y el respaldo a los ideales progresistas que se identificaron con la revolución cubana, llevó a muchas personas ha desviarse del camino liberal y democrático.

El presente escrito, sólo pretende repasar unos apuntes que sirvan para el lector debata civilizadamente y escudriñe argumentos que impidan se repita el desusado socialismo.

Cuando se conceptúa de que el socialismo cubano fracasó, es entre otras razones porque no ha sido dable conseguir los resultados esperados cuando la “revolución” lo estableció en 1961. Es decir, Fidel Castro y sus seguidores pretendían, entre otras cosas: extirpar la pobreza del pueblo y darles una vida sin carencias. La historia a demostrado, que por más de cuatro décadas, el socialismo ha fracasado en alcanzar este humano deseo, porque la mayoría de los nacionales están sumergidos en la miseria.

Después de la Segunda Guerra Mundial, o nueva distribución del mundo entre las potencias de la época, el socialismo tomo nuevos aires y su expansión fue un hecho sin precedentes. Se inicia, especialmente en países del oriente europeo, un sorprendente ascenso del socialismo, con la implementación de procesos políticos, sociales y económicos. Con todo, pese a los esfuerzos, el socialismo demostró su esterilidad económica.

Todas los países que han implementado sistemas socialistas, han dejado al descubierto de que no han sido igualitarias. Solo es suficiente y demostrativo compararlos con aquellos no socialistas, donde con categoría análoga de progreso económico, sus pobres no están en mejor situación. Cuba, el único país que ha entronizado un sistema radical socialista, en América Latina, es un vivo ejemplo de lo dicho, y no falta quien trate de enmascarar lo tangible. La evidencia al respecto, en la isla y otras partes del mundo es plenamente demostrado.

En América Latina, con insistencia se argumenta del contexto económico de muchos países es un caldo de cultivo apropiado para los pobres vean en el sueño socialista la posibilidad de cambio en la región, para reducir su desesperanza. En el caso cubano, pudo comprobarse su anacronismo. Con el triunfo revolucionario y la posterior implementación del sistema socialista, Fidel Castro pretendió hipnotizar a la generalidad de cubanos que anhelaban el fin del estilo patriarcal de los “gobiernos republicanos” y poner fin al caciquismo criollo. Lo que no se comenta, por los izquierdistas, es que en esa época en la mayoría de los países de la región se enfrentaba al “caudillismo y la corrupción”, con sistemas democráticos.

Es verdad de que la Revolución trató de industrializar el archipiélago, prescindiendo de la propiedad privada, copiando el “socialismo soviético”. Como fracasó, porque los resultados no fueron los deseables, intentó “una rápida industrialización para retornar al esfuerzo de lograr un desarrollo azucarero”. Este esfuerzo, estaría enfocado a incentivar los valores morales sugeridos por el Che Guevara. Algo que a todas luces contradecía lo que a moralidad encarnaban el aplicar leyes y acciones “políticas coercitivas”, y evitar a toda costa las “recompensas económicas positivas”.

En este contexto, Fidel Castro ―más muerto que vivo― trata de beneficiarse de los antagonismos políticos, económicos y sociales de algunos países, para lograr objetivos ideológicos. El propósito castrista estaba encaminado a exacerbar el nacionalismo e incentivar el socialismo, como opción para el desarrollo. Porque el Estado, debe ser quien impulse la economía y no el mercado.

A comienzos de la década de los años 70, se salvaguardó el aspaviento relacionado con el perfeccionamiento de la industria azucara. Empero, Castro desecha la idea de Guevara de los estímulos morales y regresa a la recuperación de la economía planificada y centralizada al estilo soviético. Más adelante, ante los sistemáticos yerros, Castro con su cotorreo interminable ―en un experimento por sobrevivir a los cambios en la URSS― llama al pueblo para rectificar el camino recorrido y por recorrer, “fue un intento, que el líder cubano deseaba fuese efímero”.

De acuerdo con estudios, antes del triunfo revolucionario, el 75 por ciento de las exportaciones cubanas iban a los Estados Unidos de América y el 65 por ciento de las importaciones de la isla provenían de este país. Esta dependencia cambia de socio, los dato reflejan de que en 1982, la isla le facturaba a la URSS el 72 por ciento de sus exportaciones y traía el 60 por ciento de sus importaciones de ese país. Cuba fue y es un país dependiente económicamente, del exterior.

La evolución de los acontecimientos en los antiguos países comunistas, tiene en vilo a la dictadura. Las noticias y eventos, post comunismo, enfrenta a los marxistas y los mercantilistas, porque ambos “carecen de economía de mercado”. El temor de Castro es que la realidad y contexto globalizado elimina toda posibilidad de ocultar la realidad cubana e impedir el curso de la historia.

Bendix Reinhard, detalla con maestría de cómo los gobiernos dictatoriales utilizan el partido único: “El partido puede hacer caso omiso no sólo de todos los procedimientos legales por medio de los cuales se invalidan las leyes, sino también de sus propias leyes previamente dictaminadas, y cuando instantáneamente se pueden cambiar las normas, el imperio de la ley se destruye”. Fidel, “silenciando los focos internos y externos de oposición”, ha tratado insistentemente, con ayuda del Partido Comunista, de materializar sus ideales marxistas-fidelistas. Un disparate que ha llevado a la ruina al país, y sometido a los que se oponen a las más humillantes acciones del terrorismo de Estado.

Desplegar más pormenores interrelacionados con la dependencia económica de Cuba, sería prolongar el suplicio del lector, porque antes era el azúcar el primer rubro para recaudar dineros, ahora es el turismo, tabaco sin procesar, incentivo al capital extranjero para financiar empresas conjuntas, “bajo condiciones que, irónicamente, competían con los programas de ‘industrialización por invitación’.

La austeridad impuesta por Castro, tiene como objetivo principal adormecer las miserias en que vive el pueblo cubano. Simultáneamente, la dictadura confía en que la solución al desbarajuste económico, es desarrollando la industria farmacéutica y la turística-empresarial. No hay dudas de que estos intentos para perseverar el experimento socialista y recuperar la economía, con “un socialismo con empresas conjuntas” son muy cercanas al pensamiento de Sir W. Arthur Lewis.

Esta discusión sobre el presente y futuro desarrollo económico cubano, esta estrechamente entretejido con lo social y el sistema político, los tres actores son fundamentales para conseguir un cambio coherente.

Es cierto que la revolución logró éxitos en los servicios de salud y la educación. Pero esto tiene un costo que obliga al régimen desembolsar gran cantidad de dinero, proveniente de las importaciones. Para un país con dependencia externa, era un desafío llamado al fracaso.

Castro está exigiendo a los cubanos que aguanten y continúen con el quehacer esclavo. Las estrategias de la dictadura, conservan la dependencia cubana a una economía de trueque. El socialismo cubano ya no es un modelo a tener en cuenta.

La situación económica y política en Cuba es deprimente. Como respuesta desesperada, la dictadura insiste en su diseño de austeridad para el cubano de a pie, la utilización de bicicletas para suplir la escasez de transporte motorizado, la utilización de bestias de carga, cierre de fábricas e ingenios azucareros, jornadas de trabajo más cortas, trabajadores de la ciudad trasladados para realizar labores en el campo, etcétera.

Es saludable señalar, de existen personas que tienen el valor de reconocer el fracaso del socialismo. Otros, alegan que estos descalabros socialistas pueden ser provocados por acontecimientos reales específicos y que el “verdadero socialismo, el que sí funcionará, está todavía por venir”. Puede esto ser una prudente tesis. Empero, hay que esperar y el futuro tendrá la última palabra.

Lo cierto, es de que la perestroika de Gorbachov y lo sucedido en Europa Oriental, por ahora y ojala en el futuro de América Latina, serenó los impulsos que abran la puerta a nuevas dictaduras del prototipo castrista. El fracaso del marxismo en todo el mundo, incluyendo a Cuba, es un hecho que no tiene discusión. Está cercano el fin del castrismo y el desplome de la revolución socialista.

De modo que, en un futuro próximo, es inevitable de en Cuba exista libertad, para se elimine todo aquello que de inseguridad al derecho personal a la propiedad privada y la íntegra validez de la libertad de sus “titulares”, legalmente certificada. En caso contrario, aunque se logre una transición no se logrará desarrollar una economía de mercado. Tengo la idea, de que la actual infraestructura turística cubana, es una inversión anticipada; que puede insertarse, sobre la marcha, a la economía de mercado.

Algo si debe estar claro para el amigo lector, “ni la democracia ni el autoritarismo son garantías de éxito”, porque son modalidades para acceder al poder, y no las relacionadas con el gobierno y la organización de éste para cumplir sus responsabilidades constitucionales. No hay que olvidar que las circunstancias y el comportamiento de las masas son un factor determinante en estos asuntos.

La venta o privatización de empresas confiscadas, nacionalizadas o establecidas durante el período marxista-fidelista tomaría tiempo, porque sin regulaciones legales y una Constitución adecuada a la nueva república, sería un imprudentísimo despropósito. Sin embargo, ésta no es la solución al problema financiero y de la introducción a la economía de mercado, sino la parte visible del iceberg.

Así las cosas ―doy la razón a lo que dice Birgitta Ohlsson, Parlamentaria por el Partido Liberal Sueco―, de no acontecer una transición, los cubanos del archipiélago están a las puertas de “un capitalismo sin democracia, donde los ciudadanos no pueden opinar, pensar y creer libremente, al estilo chino o vietnamita”.

Mientras tanto, incluyendo sus particularidades fundamentales, sociales y políticas, ha quedado demostrado que la aplicación de la economía socialista en Cuba, es de mírame y no me toques.
Aunque soñar no cuesta nada, los hay que tienen fe en un socialismo al estilo cubano que de solución a los problemas sociales, políticos y económicos de su país. Olvidan que no hay rosas sin espinas, que a buen entendedor, pocas palabras bastan y que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Quién sabe, si los idealistas amigos de la dictadura despiertan a tiempo de la pesadilla. ¡NAMASTE!


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

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