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©Pablo Felipe Pérez Goyry

25 de enero de 2002

Cuba: ¿Cúan superior puede un hombre ser a otro...?

Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
25 de enero de 2002.

SI un individuo es inteligente y exterioriza la benevolencia desde su alma, será un servidor de buena voluntad; y frente a los cambios necesarios, en bien del género humano, tendrá mente desembarazada; y sus ideales de amor y fraternidad serán en todo momento altruista.

Lo que escribió Alice A. Bailey, me ha persuadido: "Donde la buena voluntad e inteligencia se combinan, surgirá un servidor útil para la acción constructiva".

No tengo dudas, como cubano, de que toda causalidad negativa tendrá sus secuelas definidas, "más para el mal que para el bien"; estas van a restringir el razonamiento y la percepción; e impiden encarar con sabiduría: los análisis y las vías noviolentas para la solución de los conflictos, que hay en el planeta.

No es un arcano que algunas propensiones devotas, políticas y económicas –adentro y fuera de Cuba -, tienen propósitos dañinos y obsecuentes. De igual manera, muchas personas creen o consideran que salvaguardar las ideas con violencia es una elección correcta; e inclusive se deben aceptar. Estamos ante un detrimento de la moralidad y la ética; que no permite se respete los deberes en la coexistencia pacífica.

En la mayor de las veces, se desatiende de que es una responsabilidad global buscar conciliaciones, a las disputas; por la vía de la noviolencia; el “Proyecto Varela” es un ejemplo.

Un intúitu a la historia, nos permite constatar que en los conflictos pocas veces sé tienen en cuenta: las Leyes de Causa y Efecto, mucho menos las de Acción y Reacción, como nos sujiere la filosofía hermética. Un testimonio reciente son los eventos de septiembre 11 de 2001, en Estados Unidos de América y más tarde en Afganistán. Y que decir, del drama que viven los colombianos, iraquíes, y cubanos. ¿Cuál será el próximo evento, nacional o internacional?

Plutarco decía, referente a las virtudes y la capacidad del alma: "que no encontraba tanta distancia de bestia a bestia como de hombre a hombre".

Lo dicho demuestra que el género humano está débil, amodorrado y sumergido en la escoria de las bajas pasiones. De esta manera, la desunión de la humanidad – y la nación cubana es un testimonio vivo - abre paso a la violencia; estimulada por lo utilitario y otras perversidades; olvidando que todos, hombres y mujeres, el medio ambiente, las naciones, y el universo, son una totalidad. Que vivimos unidos como eslabones, en la cadena de vida; y que debemos coexistir en armonía. Es la única opción, para evitar dolorosas e irreversibles fracturas; que son en la práctica los graves problemas que abarrotan a la humanidad.

Alguien expreso: "Qué puede haber de infelicidad el vivir en sociedad con benevolencia. Si debe ser lo más deseado y perfecto en la convivencia humana". Una gran verdad, verdad. Como también es verdad la pobreza del ser humano; que se ufana de ser muy capaz y solo está aherrojado por las ambiciones.

Si, incuestionablemente, la humanidad es prisionera de su miseria espiritual; y abandona un ánima incondicional, que adiestrada puede solucionar, con noviolencia, los problemas del orbe. Ejemplos como: H.D. Thoreau, Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela, son una muestra de que con noviolencia es posible alcanzar la paz entre todos los hombres.

Cada jornada, para mí, es una batalla para evitar la aniquilación del planeta, y de Cuba especialmente; y es entonces cuando, anacoreta, cobija el alma la angustiosa carga de la certidumbre y de lo indefectible. Por esta razón, creo oportuno encomendar a los eruditos la disquisición de todo lo antedicho. Que no es una crítica, es un codicilo al crecimiento de las almas cubanas necesitadas, que son muchas, inclusive la mía; para seamos, algún día, auténticos innovadores y bienhechores. Y nada más apropiado que interiorizar un prístino verso: "¡Oh, cuán superior puede un hombre ser a otro!".

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente).

15 de enero de 2002

Intúitu desde el Alma...

Por Pablo Felipe Pérez Goyry
15 de enero de 2002.

Hace algunos meses veía en la televisión un documental, donde expusieron detalles del descubrimiento del Genoma Humano. Es decir, algo así como el descubrimiento de la Vida o Mapa del Cuerpo Físico.

Para este modesto mortal, la mayor connotación de este hallazgo es su estrecha relación con lo espiritual.

Todo aquello que de alguna manera no se conoce por todos, es espiritual. Al menos en la antigüedad lo fue el rayo, que se consideraba como la ira de Dios. Cuando se descubrió la existencia de la electricidad y sus principios; quedaba demostrado que por tener carga negativa atraía el polo positivo de las nubes cargadas de agua y buenas conductoras, al encontrarse provocaban un enigmático corto circuito.

Sabemos que los genes de los padres, en toda forma de vida, genera herencias en sus hijos; en mayor o menor grado.

Dicen ahora que una extensa cinta contiene toda la información relacionada con la vida; de todos los seres vivos, incluyendo a los humanos. Y que las diferencias entre estos no son significativas.

Y es aquí donde salta a la luz del conocimiento la pregunta: ¿Por qué?

No tengo la menor duda de la respuesta y pienso habrá millones de personas que también la tengan.

Todo en el universo es un diseño divino. Al concebir el átomo, este a evolucionado; durante millones de años. También ha pasado por todos los estados del conocimiento: físico y espiritual. Acopiando experiencias y perfeccionando los avances positivos y aprendiendo de las experiencias negativas. Y esto ha permitido la diversidad de formas y conciencias en nuestro universo. Es en definitiva lo que muchos llamamos etapas de evolución.

El núcleo de la Energía Universal, que es Dios; fue el creador de todo lo conocido y por conocer. Es más de lo sabido hasta hoy y que de alguna manera se considera eterno, como cada átomo que existe. Átomo que no se destruye, solo se transforma para mejorar y perfeccionarse.

Dicen los científicos que la humanidad es similar en un 99,99 por ciento; solo 1 por cien es diferente. Esa es la diferencia exterior, la que hace la diferencia entre todo lo que existe. Lo que reafirma que nuestro origen es el mismo, que somos semejantes, somos hermanos. En fin, todos hemos vivido en diferentes reinos de la naturaleza, en algún momento del peregrinar evolutivo.

Todos los reinos de la naturaleza, aunque en un escalón menor o mayor de la evolución, son iguales. La humanidad es parte de ella. Porque somos una partícula de la totalidad, somos parte de lo que se conoce como UNO.

Para el sabio observador, puede ver esta realidad uniendo las razas, filosofías y religiones. Podrá tener la experiencia más extraordinaria de la vida si alguna persona logra demostrar: que lo que afecta a alguna de ellas no afecta al resto. Negaría la Ley de Causas y Efectos, también la Analogía. Esto demuestra que somos iguales y que la diferencia es externa.

Si estamos de acuerdo, coincidimos también en que la religión y la ciencia se complementan, son UNA. Luego la reencarnación o resurrección es constante. Porque lo eterno existe y todas las experiencias vividas están inscritas en el libro de la vida.

Un nuevo velo ha sido develado con el descubrimiento del Genoma Humano. Y se ha vuelto a demostrar lo dicho por El Cristo: Nada de lo que oculto está quedará sin ser revelado.

Esto debe inspirarnos a respetar todas las formas de vida existentes, porque aún faltan muchas cosas por revelarse. Al menos es un intúitu desde el alma, muy personal, de la totalidad.

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente).

3 de enero de 2002

Colombia: La impúdica violencia...

Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
Enero de 2002.

ABRUMA, al género humano, la impúdica violencia. Abarrota el corazón las cifras de muertes por acciones violentas el pasado año en Colombia; que alcanzó la cifra de más de treinta y siete mil; según reveló - el 2 de enero - el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en la ciudad de Bogotá. Se comenta que es una cantidad alentadora, pues disminuyo dos por ciento, con relación al año 2000.

¿Por qué tanta violencia? ¿Es posible erradicarla?

No hay duda, para el convencimiento, que esto demuestra la necesidad: de líderes y personas de auténtica inteligencia renovadora; por ahora son pocas, para enfrentar los conflictos de fondo que hay en el país, por decenios.

En Colombia, y en el mundo - - entre otros acontecimientos: Afganistán; Argentina; Iraq; 11 de septiembre; Bloqueo contra Cuba; Medio Oriente; Etc.-, la violencia se puede erradicar. Empero es imperioso que toda la nación tenga sentido común, y alma educada; para pueda comprender los conflictos y sus orígenes, además, la importancia de construir con fe, cimientos estables de coexistencia pacífica.

La violencia primitiva debe exterminarse, y servir a la universalidad, en los problemas puntuales, con benevolencia; esto debe ser una prioridad esencial. Es la única manera de encauzar esfuerzos globales a una eficiente y suficiente planificación civilizada de la vida en sociedad; enfocado, con amor, al reajuste no atropellado de la estructura social, económica y política. Eso sí, con especificidad, y buena voluntad, y de ningún modo neo-liberal.

Pero... tiene que proliferar una transfiguración de la actitud mental en los individuos, sin fanatismo; también de las instituciones administrativas, religiosas y políticas; que se deben ajustar a una verdadera renovación de la realidad que viven los colombianos. Es decir, unir voluntades para establecer genuinas relaciones humanas.

Con acierto, un ilustre preceptor decía: "Sujeto maravillosamente vano, variable y fluctuante es el hombre, a quien cuesta trabajo formar juicio uniforme y constante". Admito, con el preclaro, que es la dolorosa y actual verdad de los mortales; los colombianos no son la excepción.

Una verdad innegable, no es difícil expresar desde el corazón los problemas que nos aquejan; no obstante... también, es verdad lo dificultoso que es exteriorizar y hacer realidad, desde el punto de vista corporal las soluciones. De ningún modo es un arcano que el ser humano no pone en práctica las enseñanzas (positivas) que han recibido.

¿Hay ausencia de una ética, en los comportamientos del ser humano? Está presente, directa o indirectamente, la negatividad materialista y espiritual.

Violencia en todas sus manifestaciones es una cotidianidad, en los campos y ciudades de Colombia. Un alto precio que pagan los nacionales; por el evidente separatismo en la coexistencia.

Asevera un antiguo: "Totus hic locus est contemnendus in nubis, nom negligendus in nostris". Cuidado es que debe desdeñarse para uno mismo y no descuidar para los suyos.

Creo, no equivocarme al afirmar, de que la violencia es un asunto evidente e "interminable"; y no anhelo enfadar la tolerancia de quien lea estas, consideraciones; aunque son objetivas, puedan teorizarse como crítica. Espero comprenda lo hago, sin egotismo, por no traicionar los impulsos de la intuición apenada y que me oprimido, al escrutar la usura humana.

A los estoicos y versados encomiendo la misión de "rumiar" sobre la impúdica violencia, en Colombia y el planeta; y busquen posibles vías para su exterminio. Mientras dejo mi alma, en un abrir y cerrar de ojos, desembarazada, pero con ética.

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando autor y fuente)


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

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