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Autor: PABLO FELIPE PÉREZ GOYRY   Venta aquí: https://t.co/ByjkJ88vJB


©Pablo Felipe Pérez Goyry

17 de agosto de 2003

Vive plenamente


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.

LA historia que les voy a contar fue real y de alguna manera fortaleció mi espiritualidad.

Carlos Muralla, era una persona que muchos le "execraban". Porque siempre tenía buen humor y palabras positivas que manifestar.

En resumen, un genuino modelo de buena voluntad y hermandad; el optimismo en Cuerpo y Alma.

Si alguien, conocido o no, le interrogaba como vivir en armonía; él ni corto ni remolón respondía con una sonrisa:

- "No puedo estar mejor, gracias a Dios no soy de los elegidos para estar mal".

Carlitos, como le llamábamos los más allegados, era propietario del mejor restaurante del barrio. La cafetería había sido del tío, que aún vivo se la dio como herencia.

La "Buena Vida", que así se llamaba el establecimiento, tenía talante alegre. Unas hermosas y bien construidas camareras, tenían la responsabilidad de servir a los parroquianos que ocupaban veinte mesas. Y para bien de Carlitos, todas ellas se morían de amor por él.

Carlitos se conocía a sí mismo. Él nos hacía sentir a gusto con su sola presencia. En síntesis, nos decía que la fortuna ayudaba a los audaces.

Ese era él, un ejemplo de ser humano que todos quisiéramos imitar. Toda persona con verdadera circunspección, hubiera anhelado la filantropía que practicaba Carlitos.

Para atender las adversidades de los demás, siempre tenía tiempo. Pensar que Dios lo había llamado y elegido, no era un disparate. Sí un alguna persona enfermaba, el primero en presentarse era él; para saber en que podía ayudar. Estaba en cuerpo y ánima, si alguien fallecía, con su ofrenda floral; en la funeraria y el entierro.

En todos los incidentes siempre comentaba con optimismo, el punto de vista positivo que tenía el problema en cuestión.

Un día, no refrene por más tiempo la curiosidad y fui a visitar la cafetería. Él me acogió con una amplia sonrisa y su acostumbrado buen espíritu. Luego del abrazo protocolar y sentado ingiriendo una gaseosa, invitación de la casa, le dije:

- Carlitos... cómo haces para estar siempre con esa actitud positiva ante la vida. En verdad, amigo, no creo sea posible que una persona pueda estar siempre con ese ánimo. Me encantaría conocer la receta, si no es un secreto. De esta manera todos tus amigos podríamos lograr tener buen ánimo también... Amigo mío, ¿cómo lo haces?

Él, asevero:

- Cuando me despierto cada amanecida, después de meditar y hacer mis invocaciones a Dios y a todas las almas, reitero una y otra vez a mi subconsciente:

- "¡Carlitos, eres una persona maravillosa! Porque sirves al mundo con benevolencia. Además, tienes dos opciones hoy; puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Entonces tomo la decisión de estar todo el día de buen espíritu y amigable con todo lo que me rodea. No puedes olvidar jamás: que con la vara que midas, serás medido. Eres hijo de Dios y como tal dbes ser benevolente".

- Sí por alguna causa algo malo me sucede, puedo escoger entre ser una víctima o aprender la experiencia por dolorosa que esta sea.

- Y si alguien acude a mí, para lamentarse de las tribulaciones que la vida le entrega, puedo rechazar su queja o puedo mostrarle el lado positivo de la existencia. Mi deber e servir y enseñar. Enseñar con buena voluntad a toda persona que lo necesite, para aprenda enfrentar y dar solución de los problemas.

- Bonita filosofía, pero no es de ninguna manera fácil - le reproche -.

- Amigo, cuando el sol sale, sale para todo el mundo - me dijo con su permanente sonrisa -. En la vida uno se mueve por elecciones. Cuando eliminas lo malo de algo, queda lo bueno. Ya vez que cada situación es una elección. Las persona escoge lo que piensa adecuado, según su parecer. Eliges cosas buenas en la vida o malas. Es que acaso tú no eliges cómo reaccionar ante cada problema que se te presenta en la vida.

- Los seres humanos son los únicos responsables de lo que eligen y esto esta directamente en proporción con el ánimo. Eliges como la gente afectará tu estado de ánimo. También eliges estar de buen o mal humor. No puedes pensar que el mundo está lleno de ingratos. En resumen, ¡tú escoges como vives la vida!

Luego de exponer esta concepción filosófica universal; se marcha porque tenía que atender una llamada telefónica y a "La Buena Vida".

Terminé de beber la gaseosa y abandone de la cafetería.

Al tiempo que caminaba, rumbo a mi casa, iba reflexiona que reflexiona; acerca de lo que Carlitos me había explicado. Pero nada que encontraba la médula del asunto.

Meses después del encuentro filosófico, quede sin empleo. Con los dineros que me entregaron, de la liquidación, decidí establecer mi propio negocio.

Por mucho tiempo no vi a Carlitos, porque me fui para otra ciudad a poner mi negocio. Y aunque perdimos el contacto, siempre y con mucha frecuencia me acordaba de él; sobre todo cuando tenía que hacer una elección en la vida y no debía reaccionar con emociones ante ella.

Años más tarde me encontré con Raúl Alberto. Amigo de la infancia y que también conocía a Carlos Muralla.

Raúl me contó que nuestro amigo había hecho algo que no debió hacer:

- "Un día, Carlitos, dejó una de las puertas de la cafetería abierta. Tres malhechores bien armados irrumpen y lo atracan. En tanto que él pretendía abrir la caja fuerte, para complacer las exigencias de los ladrones; por el nerviosismo temblequea su mano y resbalo de la combinación".

- "Los rufianes se sintieron burlados, y agobiados por el desespero le dispararon varias veces antes de marcharse de ‘La Buena vida".

- "Pero como la suerte siempre está del lado de Carlitos, pudo ser llevado con prontitud a una clínica; porque lo encuentra oportunamente una de las empleadas, que llego temprano".

- "Cuando arribó a la clínica, fue conducido directamente al quirófano, luego de los preparativos necesarios en estos casos".

- "Después, de diez horas de cirugía, lo trasladaron a terapia intensiva; allí residió varias semanas entre la vida y la muerte. Varios meses después salió de la clínica. Amalgamado en su cuerpo llevaba la presencia de un plomo, de uno de los proyectiles".

Un día, al tiempo que realizaba los trámites en la aduana del aeropuerto, en un viaje al extranjero, vaya sorpresa. Ahí frente a mí estaba el "resucitado" Carlos Muralla. En él nada había cambiado después del problema del asalto. Solo que los años no pasan por gusto: pero los cincuenta años no se le notaban.

No pude contener mi indiscreción y le pregunté como estaba de salud y me respondió:

- Mejor no podría estar, estoy viviendo mis mejores años.

Sin salir de mi sorpresa, le pregunté:

- Carlitos, ¿qué pasó por tú mente cuando sucedió lo del asalto?.

Con la seguridad de siempre me contestó:

- Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás de la cafetería. Cuando estaba tirado y herido en el piso recordé que tenía dos opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Yo elegí vivir.

Sin permitir que terminara de hablar le insistí:

- ¿Y no sentiste miedo de la muerte?.

Carlos, inmutable continúo:

- Imagínate, amigo, que los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Me llevaron al quirófano; al ver las expresiones de sus semblantes y ojos, me asuste... podía descifrar en sus miradas: ‘Es hombre muerto’. Comprendí que debía tomar una decisión.

- ¿Que decisión?... exclame.

- Bueno... uno de los médicos me pregunto si era alérgico a algún medicamento. Respire hondo y grité: ¡ Sí a las balas! Y mientras se burlaban les dije: Estoy eligiendo vivir... opérenme como si estuviera vivo, no muerto.

- Nos despedimos y hasta la fecha nunca más nos hemos visto.

Mientras el avión me transportaba, vino a mi mente Carlos Muralla. El Carlitos que no solo vivió por la maestría de los médicos. También vivió por su asombrosa actitud, ante los momentos difíciles de su vida. Y pienso que hoy vive plenamente.

De Carlos Muralla aprendí la lección de que cada día todos tenemos la elección de vivir plenamente desde el alma. Porque más hace el que quiere que el que no puede.

Es evidente, al menos para mí, que la actitud, al final, lo es todo. Porque el hombre contiene en sus adentro: Voluntad, Amor, Sabiduría, Inteligencia Activa. Esto solo es posible comprenderlo si estamos conscientes de que somos almas amorosas.

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando Autor y Fuente).

15 de agosto de 2003

El Malhumor


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.

EL malhumor "no existe" ni viene solo a nuestras vidas. Vive en la sociedad de manera individual y es consecuencia directa de fallas espirituales y existenciales, como: el egoísmo, la falta de caridad, la intolerancia, el orgullo, la vanidad, la falta de buena voluntad y fraternidad para la convivencia.

Los malhumorados y el malhumor, son los defectos humanos que más dolor causa a la sociedad. Independientemente de la trascendencia que sobre todos los seres del planeta producen estas acciones. Un malhumorado hace sufrir a muchas personas inocentes que viven a su derredor, causándoles una existencia triste y amarga.

El personaje de Goethe, Werther, decía que: ¿En qué forma se puede calificar a una cosa que daña al prójimo y a nosotros mismos? No es suficiente podamos hacernos felices los unos a los otros.

El malhumorado es un dependiente, un "vicioso" que causa desgracia al género humano. Nada justifica que una persona tenga rabietas, haga escándalos, y trate a los demás con ofuscación, enojo e intolerancia. Las personas que tienen malhumor, lejos de ser temperamentales, son personas incapaces de controlar sus impulsos y carácter. Tanto es así, que lo podemos deducir de esta frase: No digas: ... son cosas de mi carácter. Son cosas de vuestra falta de carácter, sé humano por sobre todas las cosas.

La proliferación del malhumor, en medio de un mundo globalizado y neo-liberal, es un peligro.

Todos tenemos la obligación de frenar esta tendencia. Es urgente implementar en la educación, desde la niñez, medidas que permitan una atención especial al control del carácter. Sobre todo cuando se presentan, en los niños y jóvenes, explosiones de irritación.

El malhumor hay que erradicarlo y solo es posible si se actúa con tacto y firmeza. De esta manera ayudamos a las actuales y futuras generaciones, para sepan tener control de sus reacciones. No-solo desde el punto de vista físico, también espiritual.

Con este accionar educativo aportaremos el germen necesario que permita una verdadera convivencia planetaria.

Nuestra responsabilidad comienza por ser tolerantes con nosotros mismos. Practiquemos el amor y la amistad. Es la única manera de ser benevolentes.

Todos tenemos sectores o lunares oscuros en nuestras vidas, porque no somos perfectos. Pero tenemos que dominar nuestro carácter. La amistad es una responsabilidad nuestra y debe ser premisa fundamental cultivarla. No tener interés y valor de controlar nuestro temperamento, impide encontrar la esencia de nuestra existencia.

Al no controlar el malhumor, estamos asumiendo una irresponsabilidad en nuestras vidas. Es el camino que conduce a la involución plena de nuestra alma.

Nosotros, día más, día menos, estamos irritables e incluso el más mínimo detalle nos puede exasperar. Debemos estar conscientes de que esto forma parte de la imperfección humana. Pero con férrea voluntad y las virtudes maravillosas que Dios nos entrega, podemos controlar y eliminar, con creces, estos defectos.

Sí actuamos cada día con sabiduría, altruismo, buena voluntad y fraternidad; nuestras vidas serán más armónicas y equilibradas, también contribuimos a la de todo el universo.

Bienaventurado aquel que manifiesta respeto así mismo y lo entrega con amor a la totalidad. Si actuáramos de esta manera, lograremos el crecimiento no solo corporal, también de nuestra alma.

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando Autor y Fuente).

10 de agosto de 2003

Voluntad


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.

Cuando se habla de la voluntad, se asocia con la edad y características de cada persona; olvidando en muchas oportunidades que tiene vinculación directa con su proceso evolutivo y el entorno.

En la cotidianidad humana, vamos a encontrar personas con voluntades inseguras, que se contraponen a las voluntades audaces. También descubrimos voluntades con características de total ausencia o disminución de esta.

Generalmente las voluntades pueden ser modificadas por agentes o influjo, no-solo espirituales, también físicas. Las voluntades pueden ser transformadas por elementos internos o externos; provocando que sean débiles y faltas de energía positiva.

Otras causas pueden generar cambios y debilitamiento en las voluntades; llegando a su anulación, como son: la energía y calidad que tenga la influencia eventual o sistemática del sufrimiento sobre la persona. También hay factores externos que afectan: las alteraciones climáticas, el agotamiento en exceso, el debilitamiento fisiológico, la pasión sin control, la pereza mental, etc.

Con lo antes expuesto, creo de que es importante tener presente las deficiencias que se han mencionado. No-solo las personas adultas, también para el adecuado desarrollo integral de los niños.

Controlar y evitar con sabiduría los orígenes que causan daños a la voluntad, permiten tener salud física y espiritual. Es decir, crecimiento integral del ser humano.


(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando Autor y Fuente).

3 de agosto de 2003

Exhortación


Por Pablo Felipe Pérez Goyry.

Durante muchos siglos, los consejos han formado parte de la cotidianidad. Para muchas personas estos no tiene trascendencia, pues el mundo cada día esta peor.

No podemos asumir esta aseveración como un comportamiento de todo el género humano. Los consejos son un instrumento que ponen en manos de los menos ducho, aquellos que tienen más ilustración.

Cosa cierta es que por más consejos reciba una persona, este no servirá de nada; si no es recepcionado por su alma. En esencia, todo el éxito dependerá de cada individuo.

Por está razón, uno no debe temer nunca a los retos que impone la vida. Aunque en ocasiones nos sintamos cansados en nuestro peregrinar terrenal, o no encontremos solución a nuestras aspiraciones de manera deseada.

Debemos continuar. Si caemos caigamos es necesario reanudar nuestros pasos. Hay que buscar incansablemente la Luz, ella nos permite aportar ideas brillantes a nuestros hermanos y hermanas, así como a nuestras vidas.

Aún cuando estemos agonizando, continuemos nuestro bregar. Sin olvidar nunca que muchos hombres y mujeres han muerto por causas en apariencia imposibles de realizar; y al

final su causa a triunfado. Ejemplos hay muchos, pensemos en Gandhi, Madre Teresa de Calcuta, Luther King, Mandela, Mahoma, Buddha, Jesús. Una prueba de que debemos estar conscientes de todo lo que aún nos queda por aportar.

¡Hay que alcanzar la meta... ¡Y estar cerca de Dios!

(Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando Autor y Fuente).


Pablo Felipe  Pérez Goyry

Freelance: Writer - Journalistic Analyst - Photographer Design Editor - CEO - Chemical Industrial & Analyst

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