Medellín, julio de 1998.
Doctor Guillermo Gaviria E.
Director
Diario El Mundo de Medellín.
Respetado doctor Gaviria: con gusto redacto la presente, para expresarle a usted y al colectivo que dirige, mis felicitaciones por la destacada labor desarrollada cada día en las páginas del Periódico El Mundo; créame usted, lo hago con toda la sinceridad que caracteriza a los cubanos donde quiera que nos encontremos.
Quiero agradecer con emoción, las muestras de respeto y recordación del pueblo antioqueño al ilustre ingeniero, don Francisco Javier Cisneros, que el pasado día 7 de julio cumpliera 100 años de su desaparición física; una muestra de ello ha sido el artículo firmado por el señor José María Bravo —El Mundo, 8 de julio de 1998—, donde en síntesis aborda la modestia y el empuje de este cubano en tierras antioqueña y su aporte al desarrollo de Antioquia el pasado siglo, a pesar de las dificultades y las luchas intestinas.
Grandes fueron los esfuerzos, muchos los colombianos que unidos a este ilustre cubano, aceptaron el reto de las adversidades y alcanzaron el triunfo; traer a tierras antioqueñas el ferrocarril, símbolo en su época del desarrollo.
Merecido homenaje a don Francisco Javier Cisneros, pero también con este homenaje se hace justicia a todas aquellas personas —muchas de ellas hoy en el anonimato— que junto al artífice demostraron hombro a hombro, con la fe y la esperanza, que en la unidad estará siempre la fuerza.
Una vez más se inscribe en la historia de Latinoamérica, el espíritu de colaboración y apoyo mutuo entre los hombres de bien en nuestro continente.
De igual manera deseo expresar mi solidaridad con las personas que defienden el rescate de ese patrimonio llamado Ferrocarril de los antioqueños, símbolo de un pasado cada vez más presente y necesario, como legado de un colosal esfuerzo, a la historia y a las futuras generaciones; sin olvidar que con la recuperación del Ferrocarril de Antioquia, muchos ciudadanos tendrán un medio adicional de transporte, esparcimiento, cultura; que decir del apoyo al desarrollo de la región en lo que a comercio se refiere.
Los medios de comunicación tienen en este esfuerzo un papel a jugar extraordinario; estoy convencido que El Mundo así como el colectivo que aglutina, será estandarte de esta tarea histórica.
Ahora, cuando se vislumbra en el horizonte un mañana de paz duradera para los colombianos, toca a cada uno de nosotros aportar nuestros modestos y sinceros esfuerzos para sacar adelante a esta tierra plena de riqueza, incluso vírgenes; y lo más importante, rescatar ese orgullo paisa puesto a prueba en múltiples oportunidades, es decir, de emprendedores, armoniosos y hospitalarios.
Quiero agradecer su atención y expresar mi satisfacción por haber encontrado en Antioquia una segunda patria y conocer a un pueblo muy especial. Tenga usted, el colectivo que dirige y el pueblo colombiano en mi persona a un servidor, deseoso de ayudar en lo que fuera necesario, poniendo a disposición de todos mis modestos esfuerzos y conocimientos. Créame, lo hago con mucho gusto y sinceridad, porque para mí la sinceridad es el comienzo y es el final de todas las cosas; sin sinceridad no tiene sentido nada.
Luchemos unidos por la Antioquia del futuro.
Gracias Antioquia, gracias Colombia.
Fraternalmente.
Pablo Felipe Pérez Goyry
Doctor Guillermo Gaviria E.
Director
Diario El Mundo de Medellín.
Respetado doctor Gaviria: con gusto redacto la presente, para expresarle a usted y al colectivo que dirige, mis felicitaciones por la destacada labor desarrollada cada día en las páginas del Periódico El Mundo; créame usted, lo hago con toda la sinceridad que caracteriza a los cubanos donde quiera que nos encontremos.
Quiero agradecer con emoción, las muestras de respeto y recordación del pueblo antioqueño al ilustre ingeniero, don Francisco Javier Cisneros, que el pasado día 7 de julio cumpliera 100 años de su desaparición física; una muestra de ello ha sido el artículo firmado por el señor José María Bravo —El Mundo, 8 de julio de 1998—, donde en síntesis aborda la modestia y el empuje de este cubano en tierras antioqueña y su aporte al desarrollo de Antioquia el pasado siglo, a pesar de las dificultades y las luchas intestinas.
Grandes fueron los esfuerzos, muchos los colombianos que unidos a este ilustre cubano, aceptaron el reto de las adversidades y alcanzaron el triunfo; traer a tierras antioqueñas el ferrocarril, símbolo en su época del desarrollo.
Merecido homenaje a don Francisco Javier Cisneros, pero también con este homenaje se hace justicia a todas aquellas personas —muchas de ellas hoy en el anonimato— que junto al artífice demostraron hombro a hombro, con la fe y la esperanza, que en la unidad estará siempre la fuerza.
Una vez más se inscribe en la historia de Latinoamérica, el espíritu de colaboración y apoyo mutuo entre los hombres de bien en nuestro continente.
De igual manera deseo expresar mi solidaridad con las personas que defienden el rescate de ese patrimonio llamado Ferrocarril de los antioqueños, símbolo de un pasado cada vez más presente y necesario, como legado de un colosal esfuerzo, a la historia y a las futuras generaciones; sin olvidar que con la recuperación del Ferrocarril de Antioquia, muchos ciudadanos tendrán un medio adicional de transporte, esparcimiento, cultura; que decir del apoyo al desarrollo de la región en lo que a comercio se refiere.
Los medios de comunicación tienen en este esfuerzo un papel a jugar extraordinario; estoy convencido que El Mundo así como el colectivo que aglutina, será estandarte de esta tarea histórica.
Ahora, cuando se vislumbra en el horizonte un mañana de paz duradera para los colombianos, toca a cada uno de nosotros aportar nuestros modestos y sinceros esfuerzos para sacar adelante a esta tierra plena de riqueza, incluso vírgenes; y lo más importante, rescatar ese orgullo paisa puesto a prueba en múltiples oportunidades, es decir, de emprendedores, armoniosos y hospitalarios.
Quiero agradecer su atención y expresar mi satisfacción por haber encontrado en Antioquia una segunda patria y conocer a un pueblo muy especial. Tenga usted, el colectivo que dirige y el pueblo colombiano en mi persona a un servidor, deseoso de ayudar en lo que fuera necesario, poniendo a disposición de todos mis modestos esfuerzos y conocimientos. Créame, lo hago con mucho gusto y sinceridad, porque para mí la sinceridad es el comienzo y es el final de todas las cosas; sin sinceridad no tiene sentido nada.
Luchemos unidos por la Antioquia del futuro.
Gracias Antioquia, gracias Colombia.
Fraternalmente.
Pablo Felipe Pérez Goyry
(Carta publicada en el Diario El Mundo, de Medellín, en la sección Cartas sobre la mesa, el 21 de julio de 1998)
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