Por PABLO FELIPE PÉREZ GOYRY
Analista y Periodista Independiente Alternativo
En una verdadera “democracia” la generalidad del pueblo no debe estar a merced de los patrioteros y las fuerzas financieras usureras. Como están muchos países gobernados por dictaduras monárquicas o presidenciales. Una autentica democracia debe implementar un correcto empleo de los sistemas educativos y de salud, además de entrenar de manera no obligatoria a todo el pueblo para reconozca los correctos valores con un punto de vista más justo, que permita la unidad cooperadora encaminada hacia un fin reconocido por la totalidad.
Es evidente de hay corrupción en Cuba, pero no comparable con las inmoralidades de algunos políticos de América Latina. No es posible ocultar de hay presos políticos en Cuba, quintacolumnistas y conspiradores de todo tipo; como los hay en otros países del mundo. Los DD.HH. en Cuba se violan sistemáticamente, que es "el pan de cada día" en muchos países según válidos testimonios presentados ante la ONU, Amnistía Internacional, la Asociación Contra la Tortura, el TAT y otras prestigiosas instituciones.
Cuba no es el único país donde existe machismo, prostitución, etcétera, que son normas de convivencia para algunos sectores de la sociedad. No solo en Cuba hay racismo, porque desde que el mundo se creó impera. Únicamente en Cuba no hay plena libertad de expresión, si tenemos en cuenta de vivimos en un mundo unipolar radicalizado, donde los medios de información están en manos poderosas que dictan las normas de “estas conmigo o en contra”. ¿Acaso en el mundo no hay estos males?
Sé que al abordar estos temas, el avispero se revuelve, y no son pocos los que defienden a “capa y espada” sus puntos de vista con ilustradas razones. Y no estamos en contra de este contexto, que es precisamente lo que exhorta a finalmente deba existir un dialogo nacional, con relación al futuro de la Nación Cubana. Es en definitiva el asunto que trata estas cuartillas.
Como dato a tener en cuenta, actualmente todas las organizaciones opositoras cubanas tienen sus propios proyectos. Son numerosos los conceptos sobre cómo debe de hacerse una “transición en Cuba”. Hay defensores, belicosos y radicales, de creen está garantizado el futuro de la isla con una intervención directa de EE.UU., que elimine físicamente de la vida política a agónico Castro. Otros como Oswaldo J. Payá Sardiñas, del Movimiento Cristiano Liberación, enfocan sus esfuerzos en un llamado “Diálogo Nacional y Programa Transitorio”, que es un complemento del “Proyecto Varela”. Un excelente programa transitorio, que serviría como una hoja de ruta coherente para pueda realizarse una Consulta Popular en un Diálogo Nacional y lograr un programa de consenso. Por otro lado, el doctor Roberto Simeón, del Partido Social-Revolucionario Democrático de Cuba, promueve él dialogo entre cubanos y trata de conseguir la unanimidad necesaria para la reconciliación nacional, y se pueda discutir el “Ante-proyecto de Constitución”, que se consideraría en una Asamblea Nacional Constituyente soberana. Este “Ante-proyecto” para una nueva Constitución, aspira perfeccionar el socialismo y entre otras cosas aceptar toda legitimidad del estado, cualquiera que sea su característica, ha de ser expresada en una Constitución acordada por una Asamblea Nacional Constituyente Soberana. Los liberales buscan unir esfuerzos para un proyecto unificado que facilite una transición coherente.
Si bien me inclino por un sistema político parlamentario por los fracasos presidencialistas en América Latina, en honor a la verdad todas las propuestas son válidas. Porque tienen como premisa la realidad en el archipiélago y que solo es posible defender los intereses de los cubanos si no hay retorno a un “plattismo”.
Soy defendedor de en el futuro exista un gobierno participativo popular en Cuba; que rectifique el derrotero histórico, defienda los intereses del pueblo y la soberanía nacional contra perversas intromisiones foráneas que impongan a los cubanos una transición “plattinizada”. No debe aceptarse un presidente como Estrada Palma, Machado, Batista o Castro, y el “retorno al primitivo caciquismo criollo con garras ensangrentadas. Tampoco consentir en Cuba lo que pretende hacer en Venezuela el presidente Hugo Chávez. Los cubanos deben aprender que los acontecimientos en Iraq son un buen ejemplo de “transición democrática” malintencionada.
Es válida la salvaguardia de los Derechos Universales, que es el anhelo de libertad de cualquier ser humano y una aspiración natural de aquellos cubanos que velan por los destinos de su tierra natal. Pero los primeros pasos para realizar reformas se deben enfocar en el diálogo, para activar los mecanismos de una Asamblea Constituyente, que sólo será dable con el consentimiento de los cubanos, y la mayoría está en la isla. Eso sí, no faltaran los conflictos, demoras, cansancios y enigmas a descifrar en un proceso de transición. Es el costo simbólico de la virtud humana para su propia determinación y juicio, como causa de sus actos.
Una de los arcanos está en la insistencia de aquellos que reclaman cambios "democráticos" en la isla. Será como la que existe en Haití y Bolivia. Quizá la turbulencia política de Pakistán o Iraq. Así comienzan las dudas. ¿Acaso las personas más iluminadas no la han sentido en carne propia? Con todo ¿quién no la ha experimentado alguna vez? Y es que la duda forma parte de los obstáculos que todo ser humano debe enfrentar con valentía y de manera individual; que va a afectar a la totalidad. La duda es una cuota imprescindible para obligarnos a reflexionar y sacar conclusiones antes de decidir. Aún así, como no somos perfectos podemos correr el riesgo de equivocarnos.
La imperfección en las acciones de los seres humanos está asida a las costumbres y en la práctica no son ideales. Por este motivo las personas y los pueblos están condicionados a perseverantemente reorientar y rectificar cada paso cuando transitan por la vida, para de esta manera vigorizar el alma. Todos los cubanos necesitamos rectificar, como condición indispensable para dialogar con respeto. Pues, rectificar es el primer síntoma del sendero que conduce a la sabiduría, y esto facilita que el alma quede libre para rendir libre culto a la persuasión decorosa.
Sé de hay hendiduras profundas y antagonismos entre las diferentes corrientes ideológicas curtidas por la traumática historia y la polémica evolución política del país. Respetables son las ideas que se proclaman a través de los diversos grupos opositores que no dejan de tener buenas intenciones y propósitos encaminados a la reconciliación nacional, en algunos casos con marcada benevolencia.
Empero, Democracia no es libertinaje morboso y desgobierno gorrón. Quiere decir, que la nueva ciencia política y de gobierno en Cuba debe ser diferente, ajustada a los nuevos tiempos. Para nazca “una democracia participativa y protagónica” reforzada por la liberalidad, el pundonor, las rectas relaciones humanas y la espiritualidad.
Frente a las adversidades, triunfan los sanos ideales cuando prevalecen la voluntad, virtud, perseverancia, talento, y sabiduría. Ya que, la regla de oro es la de asumir con madurez que: “No se puede guiar a un pueblo contra el alma que la mueve, o sin ella. No está lejano el día en que el pensar nacional se moverá en esta dirección.
Los cubanos honestos deben buscar erudición en la historia y con la luz del discernimiento respuestas para postrados en acto de modestia e inspirados por la irradiación divina de la experiencia construir el futuro de la nación. Es deber de los cubanos el reflexionar como nación y aprender que es esencial diferenciar entre la razón y el impulso, la lógica y las emociones, y hacer un adecuado uso de ellas. Empero... ¿El pueblo cubano está preparado para un cambio político? ¿Marcha rumbo a una transición democrática no-violenta? ¿Cuál será el actual desarrollo y potencial desenlace de los acontecimientos, al interior de Cuba? Preguntas difíciles de responder. Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!
Ciudad de la Eterna Primavera, 01 de abril de 2008.
©Pablo Felipe Pérez Goyry.
Analista y Periodista Independiente Alternativo
En una verdadera “democracia” la generalidad del pueblo no debe estar a merced de los patrioteros y las fuerzas financieras usureras. Como están muchos países gobernados por dictaduras monárquicas o presidenciales. Una autentica democracia debe implementar un correcto empleo de los sistemas educativos y de salud, además de entrenar de manera no obligatoria a todo el pueblo para reconozca los correctos valores con un punto de vista más justo, que permita la unidad cooperadora encaminada hacia un fin reconocido por la totalidad.
Es evidente de hay corrupción en Cuba, pero no comparable con las inmoralidades de algunos políticos de América Latina. No es posible ocultar de hay presos políticos en Cuba, quintacolumnistas y conspiradores de todo tipo; como los hay en otros países del mundo. Los DD.HH. en Cuba se violan sistemáticamente, que es "el pan de cada día" en muchos países según válidos testimonios presentados ante la ONU, Amnistía Internacional, la Asociación Contra la Tortura, el TAT y otras prestigiosas instituciones.
Cuba no es el único país donde existe machismo, prostitución, etcétera, que son normas de convivencia para algunos sectores de la sociedad. No solo en Cuba hay racismo, porque desde que el mundo se creó impera. Únicamente en Cuba no hay plena libertad de expresión, si tenemos en cuenta de vivimos en un mundo unipolar radicalizado, donde los medios de información están en manos poderosas que dictan las normas de “estas conmigo o en contra”. ¿Acaso en el mundo no hay estos males?
Sé que al abordar estos temas, el avispero se revuelve, y no son pocos los que defienden a “capa y espada” sus puntos de vista con ilustradas razones. Y no estamos en contra de este contexto, que es precisamente lo que exhorta a finalmente deba existir un dialogo nacional, con relación al futuro de la Nación Cubana. Es en definitiva el asunto que trata estas cuartillas.
Como dato a tener en cuenta, actualmente todas las organizaciones opositoras cubanas tienen sus propios proyectos. Son numerosos los conceptos sobre cómo debe de hacerse una “transición en Cuba”. Hay defensores, belicosos y radicales, de creen está garantizado el futuro de la isla con una intervención directa de EE.UU., que elimine físicamente de la vida política a agónico Castro. Otros como Oswaldo J. Payá Sardiñas, del Movimiento Cristiano Liberación, enfocan sus esfuerzos en un llamado “Diálogo Nacional y Programa Transitorio”, que es un complemento del “Proyecto Varela”. Un excelente programa transitorio, que serviría como una hoja de ruta coherente para pueda realizarse una Consulta Popular en un Diálogo Nacional y lograr un programa de consenso. Por otro lado, el doctor Roberto Simeón, del Partido Social-Revolucionario Democrático de Cuba, promueve él dialogo entre cubanos y trata de conseguir la unanimidad necesaria para la reconciliación nacional, y se pueda discutir el “Ante-proyecto de Constitución”, que se consideraría en una Asamblea Nacional Constituyente soberana. Este “Ante-proyecto” para una nueva Constitución, aspira perfeccionar el socialismo y entre otras cosas aceptar toda legitimidad del estado, cualquiera que sea su característica, ha de ser expresada en una Constitución acordada por una Asamblea Nacional Constituyente Soberana. Los liberales buscan unir esfuerzos para un proyecto unificado que facilite una transición coherente.
Si bien me inclino por un sistema político parlamentario por los fracasos presidencialistas en América Latina, en honor a la verdad todas las propuestas son válidas. Porque tienen como premisa la realidad en el archipiélago y que solo es posible defender los intereses de los cubanos si no hay retorno a un “plattismo”.
Soy defendedor de en el futuro exista un gobierno participativo popular en Cuba; que rectifique el derrotero histórico, defienda los intereses del pueblo y la soberanía nacional contra perversas intromisiones foráneas que impongan a los cubanos una transición “plattinizada”. No debe aceptarse un presidente como Estrada Palma, Machado, Batista o Castro, y el “retorno al primitivo caciquismo criollo con garras ensangrentadas. Tampoco consentir en Cuba lo que pretende hacer en Venezuela el presidente Hugo Chávez. Los cubanos deben aprender que los acontecimientos en Iraq son un buen ejemplo de “transición democrática” malintencionada.
Es válida la salvaguardia de los Derechos Universales, que es el anhelo de libertad de cualquier ser humano y una aspiración natural de aquellos cubanos que velan por los destinos de su tierra natal. Pero los primeros pasos para realizar reformas se deben enfocar en el diálogo, para activar los mecanismos de una Asamblea Constituyente, que sólo será dable con el consentimiento de los cubanos, y la mayoría está en la isla. Eso sí, no faltaran los conflictos, demoras, cansancios y enigmas a descifrar en un proceso de transición. Es el costo simbólico de la virtud humana para su propia determinación y juicio, como causa de sus actos.
Una de los arcanos está en la insistencia de aquellos que reclaman cambios "democráticos" en la isla. Será como la que existe en Haití y Bolivia. Quizá la turbulencia política de Pakistán o Iraq. Así comienzan las dudas. ¿Acaso las personas más iluminadas no la han sentido en carne propia? Con todo ¿quién no la ha experimentado alguna vez? Y es que la duda forma parte de los obstáculos que todo ser humano debe enfrentar con valentía y de manera individual; que va a afectar a la totalidad. La duda es una cuota imprescindible para obligarnos a reflexionar y sacar conclusiones antes de decidir. Aún así, como no somos perfectos podemos correr el riesgo de equivocarnos.
La imperfección en las acciones de los seres humanos está asida a las costumbres y en la práctica no son ideales. Por este motivo las personas y los pueblos están condicionados a perseverantemente reorientar y rectificar cada paso cuando transitan por la vida, para de esta manera vigorizar el alma. Todos los cubanos necesitamos rectificar, como condición indispensable para dialogar con respeto. Pues, rectificar es el primer síntoma del sendero que conduce a la sabiduría, y esto facilita que el alma quede libre para rendir libre culto a la persuasión decorosa.
Sé de hay hendiduras profundas y antagonismos entre las diferentes corrientes ideológicas curtidas por la traumática historia y la polémica evolución política del país. Respetables son las ideas que se proclaman a través de los diversos grupos opositores que no dejan de tener buenas intenciones y propósitos encaminados a la reconciliación nacional, en algunos casos con marcada benevolencia.
Empero, Democracia no es libertinaje morboso y desgobierno gorrón. Quiere decir, que la nueva ciencia política y de gobierno en Cuba debe ser diferente, ajustada a los nuevos tiempos. Para nazca “una democracia participativa y protagónica” reforzada por la liberalidad, el pundonor, las rectas relaciones humanas y la espiritualidad.
Frente a las adversidades, triunfan los sanos ideales cuando prevalecen la voluntad, virtud, perseverancia, talento, y sabiduría. Ya que, la regla de oro es la de asumir con madurez que: “No se puede guiar a un pueblo contra el alma que la mueve, o sin ella. No está lejano el día en que el pensar nacional se moverá en esta dirección.
Los cubanos honestos deben buscar erudición en la historia y con la luz del discernimiento respuestas para postrados en acto de modestia e inspirados por la irradiación divina de la experiencia construir el futuro de la nación. Es deber de los cubanos el reflexionar como nación y aprender que es esencial diferenciar entre la razón y el impulso, la lógica y las emociones, y hacer un adecuado uso de ellas. Empero... ¿El pueblo cubano está preparado para un cambio político? ¿Marcha rumbo a una transición democrática no-violenta? ¿Cuál será el actual desarrollo y potencial desenlace de los acontecimientos, al interior de Cuba? Preguntas difíciles de responder. Tiene la palabra amiga, amigo... ¡NAMASTE!
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