Por PABLO FELIPE PÉREZ GOYRY
Analista y Periodista Independiente Cubano
Miembro del Instituto Nacional de Periodistas Latinoamericanos.
Analista y Periodista Independiente Cubano
Miembro del Instituto Nacional de Periodistas Latinoamericanos.
Frente a la costa norte de Cuba, a 130 kilómetros de la península de Hicacos, está incitante Key West. Génesis de inspiración para miles de cubanos que durante cerca de medio siglo han visto en la Florida la tabla de salvación para no sólo huir de la dictadura marxiatfidelista, sino también la posibilidad de alcanzar el “sueño americano”.
Para algunos, una quimera suntuosa que anima la pasión, hace perder la moderación y la calma de la mayoría de los cubanos. La prueba irrebatible, es que a partir 1959 más de un millón de cubanos han dejado atrás las penurias impuestas por la “revolución cubana” y han decidido emigrar o exiliarse en los Estados Unidos de América y otros países.
Entre 1965 y 1971, alrededor de 200.000 cubanos abandonaron el archipiélago en los primeros años después de 1959, y 250.000 “levantaron velas” amparados en el “Programa de Alas por la Libertad”. No es un secreto que en su mayoría los primeros emigrantes o exiliados cubanos eran de la clase acomodada criolla y que tenían mucho que perder bajo el comunismo. Posteriormente, partirán otros isleños de diferentes sectores de la sociedad.
Aunque, este éxodo beneficiará las ambiciones de Fidel Castro y su proyecto revolucionario, puesto que despachaba fuera de la isla a los descontentos y a cualquier persona que pudiera forjar la oposición política, de la misma manera despojaba a Cuba de profesionales y ciudadanos cualificados.
Estas emigraciones o éxodos, no serán los únicos. Quizás el más neurálgico para Castro fue el que se inicia con la entrada en la Embajada del Perú en la Habana, el 1ro de abril de 1980, de miles de cubanos que deseaban salir de Cuba. Más de 10 mil personas en su mayoría adolescentes y jóvenes, en el transcurso de cuarenta y ocho horas, penetraron en la embajada y se acomodaron en los techos, jardines, pasillos y el patio de la sede diplomática.
La historia llega a su fin, cuando durante tres meses más de 125.000 cubanos fueron recogidos en el puerto de Mariel, al Oeste de La Habana, por embarcaciones llegadas de la Florida. Entre los llamados marielitos cruzaron el Estrecho de la Florida unas 25.000 personas que el dictador ordeno liberar de las prisiones. Ante la indudable argucia y mala fe de la dictadura, el éxodo que salía del Mariel fue taponado por James Carter, por aquellos años el Presidente de Estados Unidos.
De esta manera, resultaba evidente que la “revolución cubana” y el “paraíso socialista” tenía espinosas falencias como modelo para los países en vías de desarrollo.
En 1994, Castro consintió premeditadamente la emigración de unos 30.000 balseros, que salieron hacia Florida en pequeñas e improvisadas embarcaciones fabricadas con neumáticos, corcho, madera. Esto obligó a las autoridades estadounidense impedir otra entrada de cubanos en proporciones análogas a las del éxodo del Mariel e indignados al comprobar que la política de emigración de Estados Unidos estaba siendo manipulada a su antojo por Castro, en 1995 el presidente Clinton dio la orden de cancelar la tradicional política del gobierno de Estados Unidos de otorgar asilo político a todo cubano que llegará a sus costas.
La mayoría de los balseros fueron interceptados por los guardacostas estadounidense y trasladados a la base naval de Guantánamo. Con todo, después de permanecer, en los campamentos de Guantánamo, durante un mes en duras condiciones, son aceptados como refugiados y trasladados a Estados Unidos.
Al inicio de estas cuartillas, señalaba que los primeros emigrantes o exiliados cubanos eran los ricos del país, y no los más pobres, lo cual los diferenciaba de la mayoría de otras acostumbradas inmigraciones en la historia de los Estados Unidos.
No hay dudas de que algunos cubanos en el exilio han sufrido la inevitable nostalgia y la resignación de no saber cuando regresaran a la isla. Empero, esto no ha impedido que muchos tengan éxito en sus quehaceres profesionales, como los músicos Arturo Sandoval, Meme Solís, Paquito de Rivera y Celia Cruz. También, escritores y periodistas como Claudia Márquez Linares, Alejandro Armengol, Carlos Alberto Montaner, Alberto Lauro, Zoe Valdez, Raúl Rivero, Pedro Corzo, Manuel Vázquez Portal, Rafael Rojas, Norberto Fuentes, Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas.
O el virtuosismo incomparable del actor, director y productor de cine Andy García; la meritoria labor de los que hacen posible el periódico “La Primavera de Cuba” y la “Revista Misceláneas de Cuba”, que se editan en Suecia; la presencia en el ciberespacio de páginas web diseñadas por cubanos, como “Cuba Democracia y Vida” (Guillermo Milán) y “Contacto Cuba” (Jay Martínez); el prestigioso trabajo del Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano, el Instituto de Estudios Cubanos, y el Instituto de la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo.
En lo político, es posible que el más conocido sea el caso de Jorge Mas Canosa, un cubano que se dice comenzó lavando platos y de esta manera logro convertirse en millonario y en presidente auto designado en el exilio, como líder de la Fundación Nacional Cubano Americana (CANF), hasta su muerte en 1997.
La CANF, cuestionada por unos y alabada por otros, es célebre por ser el grupo de presión de cubanos estadounidenses más poderoso en Washington, y tiene una influencia sobresaliente en la política de Estados Unidos hacia Cuba.
Asimismo, otros exiliados o emigrantes integran grupos anticastristas muy activos, fundamentalmente en Miami. Como la organización “Hermanos al Rescate”, que consagra sus esfuerzos en ayudar a los refugiados cubanos en alta mar y que en 1996 lanzó propaganda sobre La Habana, desatando una crisis internacional cuando dos de sus aviones acusados de violar el espacio aéreo cubano fueron abatidos por aviones de la fuerza aérea de Castro.
Por las evidencias y propia experiencia personal, coincido con el periodista Jay Martínez, que señala en uno de sus comentarios: “El exilio cubano esta compuesto por cubanos de todas clases. Los que salieron en los sesenta y setenta, los de los ochentas, los noventas y los de ahora del siglo 21”.
En suma, puedo asegurar al paciente lector, que la lista de excelsos cubanos de la diáspora es extensa. Al mismo tiempo, es importante destacar que los cubanos dispersos por el planeta son los principales financista de la economía cubana con las remesas que envían a sus familiares en la isla cárcel.
Por lo demás, a la mayoría de los cubanos que residen fuera de Cuba, definitivamente les preocupa el bienestar de los familiares que están en la isla y los visitan regularmente. Un ejemplo, en este sentido, son las encuestas del gobierno estadounidense, donde se insiste que muchos emigrantes y exiliados cubanos de segunda o tercera generación se ven así mismos más como ciudadanos de Estados Unidos que de Cuba. Algo a tener en cuenta para cuando ocurra una transición hacia la democracia en Cuba.
Durante más de cuarenta años y cercanos al medio siglo, los éxodos y exilios han desparramado por todo el planeta a los insulanos. Empero, la mayoría se han afincado en territorio estadounidense, especialmente en Miami, que es una ciudad que dominan numérica, cultural, económica y políticamente. El corazón cubano de la ciudad está en la zona conocida como la “Pequeña Habana”, donde proliferan los negocios y restaurantes que ofrecen especialidades cubanas, muy al estilo de los años precedentes al 1959.
Hoy día, los gobiernos de Estados Unidos consideran a los cubanos que intentan llegar a sus fronteras como “emigrantes económicos ilegales” y no “refugiados políticos”, y como mantienen un acuerdo migratorio con la dictadura los devuelve a la isla cárcel. Parte de este acuerdo, que hasta el momento se ha respetado, tiene el “compromiso” de conceder visado a 20.000 cubanos al año para puedan emigrar a través de conductos oficiales a territorio estadounidense.
A modo de conclusión, durante todos estos años, miles de cubanos han abandonado la isla cárcel, emigrando ilegalmente en botes y balsas improvisadas, o nadando hasta la base naval de Guantánamo, en el sudeste de la isla. También, centenares de balseros se han ahogado, han muerto de sed y hambre o han sido devorados por tiburones en su intento de llegar a Florida.
Finalmente, tengo la percepción que estos acontecimientos son síntomas de los yerros políticos de la dictadura marxistafidelista y la desesperanza de los cubanos que viven en Cuba, que sumado a otros eventos represivos como la Primavera de Cuba en el 2003, son pruebas irrefutables del fracaso de la “revolución cubana” y su intento de ser un ejemplo socio-económico-político a tener en cuenta por los países de América Latina. ¿Será que únicamente los éxodos y el exilio son la tabla de salvación para los cubanos? Tiene la palabra amiga, amigo. ¡NAMASTE!
Ciudad de la Eterna Primavera, 14 de abril de 2008.
©Pablo Felipe Pérez Goyry.
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