Por: Martha Beatriz Roque Cabello
Ciudad de La Habana, Cuba.
22 de febrero de 2010.
A partir del próximo 24 de febrero y hasta el 24 de marzo, se llevará a cabo en todo el país el proceso de nominación de candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular. La Ley Electoral establece que el número de candidatos por circunscripción es entre dos y ocho, sin embargo la realidad de años anteriores indica que solo se consiguen nominar 2 ó 3, pero en esta etapa se hará –indiscutiblemente- mucho más difícil conseguir un aspirante. Y no es por los méritos y las capacidades de las personas, que si no existen se inventan, la génesis es otra: “cansancio”.
Es que ciertamente ser Delegado es como convertirse en el hazmerreír de los habitantes de una localidad, ya que la insatisfacción por su gestión es general. Los que ocupan estos cargos transitan -algunas veces- por varios mandatos y no solucionan los planteamientos de los electores, en ocasiones no pueden darle siquiera una explicación adecuada, porque son simplemente meros tramitadores, no tienen en sus manos recursos y ni siquiera conocen la ejecución del Presupuesto Estatal de su Municipio y menos de su Circunscripción, si es que existe.
Esto, acompañado de todos los problemas por los que atraviesa el país en el presente, y por los que se han acumulado en 50 años, ha generado un agotamiento social, que preocupa al régimen que sabe que no será fácil el proceso de nominación de candidatos, aunque al final, de una forma u otra lo solucionará.
Lo que si queda claro para todo el mundo, es que terminado el proceso, -que no se puede llamar eleccionario- cuando se divulguen las biografías de los seleccionados, la gran mayoría será militante del Partido Comunista o de la Unión de Jóvenes Comunistas, aunque una de las “premisas” que tiene el gobierno y expone a todo el mundo, como parte de su “democracia”; es que ni el Partido, ni cualquier otra organización política o social intervienen en la designación de los aspirantes, pero no tienen como demostrarlo.
Del lado de la sociedad, hay también una gran preocupación, a nivel nacional, por el llamado “Reordenamiento Laboral”, basado –según fuentes oficiales- en la necesidad de proyectar trabajadores hacia las áreas productivas, lo que se puede leer como agricultura y construcción.
Recientemente, el vice ministro de Economía y Planificación, Manuel López resaltó la cantidad de personal de apoyo que existe en las empresas y unidades presupuestadas, explicando que llega hasta un 40%, por lo que hay que proceder a reubicar este exceso de personal. Lo nuevo de este suceso, (que a lo largo de los años se ha producido en varias ocasiones, con diferentes nombres y razones), es que el trabajador que quede fuera de su centro de trabajo, llámese “excedente” o cualquier otro sustantivo virtual, que sustituya a “desempleado”, no recibirá su salario.
Hay que destacar, que existe una propensión a nivel nacional, a no pagar los salarios en tiempo y forma, por diferentes motivos, en el caso de las Cooperativas de Créditos y Servicios, por no tener fondos en el Banco. Hasta la prensa oficialista ha publicado algunos de los casos de reclamo de los trabajadores; así como la detección de falsificaciones en las nóminas, acompañada de las causas y condiciones que favorecen a que ello suceda, todas vinculadas a la ineficiencia estatal.
También hay –nuevamente- una crítica oficial a los sistemas de pago, ya que no se constata un incremento en la productividad por ellos. El salario no juega su papel, ni la función que se supone tenga en una “sociedad socialista”.
Y es que el gobierno es muy repetitivo de sus políticas, vuelve al mismo punto una y otra vez como si no hubiera pasado por ahí. Así, se retorna a hablar del principio de la distribución socialista y la retribución a cada cual según el aporte que realice.
En algunas provincias del país, se reportan por los opositores, situaciones de descontento por el reordenamiento, como por ejemplo: en Holguín se llevó a cabo una reunión con los artistas y se les planteó que estaba sobrando una cantidad de ellos que debían reubicarse en la campaña antivectores, en la agricultura suburbana y los organopónicos.
Por otra parte, se puede leer entre líneas, que las gratuidades y los subsidios tienen un plan específico para su eliminación. No se ha logrado que el pueblo comprenda la marcha atrás que esto significa y por ejemplo, el programa de eliminación paulatina de la libreta de racionamiento, se ha visto suspendido, porque es algo muy impopular.
También los gastos de asistencia social, como la ayuda que se les da a algunas personas con muy bajo nivel de vida, están siendo afectados. La Red Cubana de Comunicadores Comunitarios ha expuesto toda una serie de sucesos, contados por los propios perjudicados, en los que se les ha retirado la chequera, con el exiguo dinero de ayuda que se les otorga.
El gobierno trata de que el efectivo circulante sea el menor y para esto despliega su campaña de hostigamiento con los que aún tienen algunos medios de vida personales, como los bicitaxis en la capital y los cocheros en las provincias del interior del país, también con los autos de alquiler, a pesar de lo difícil que está el utilizar el transporte estatal.
Otra preocupación que ha mantenido el régimen, por el vacío ideológico existente, es resaltar la labor de los médicos cubanos y de los estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) en Haití, pero se pudo constatar que ya al final de la semana, los medios habían reducido los reportajes, que llegaron a ocupar más del 50% de las informaciones que se transmitían, en particular por los noticieros de televisión.
Fotografía: Internet
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