El tsunami no ahoga la Sinfónica del Japón
Por: Sergio Esteban Vélez Peláez
http://www.sergioestebanvelez.com/
Hoy quisiera compartir con ustedes este diálogo que sostuve este fin de semana con mi colega y amiga la gran poeta Olga Elena Mattei:
-
Hola, Sergio Esteban, ¿cómo estás?
- Qué hay, Olga Elena, ¿cómo estás tú?
- Yo, asfixiada, hundida con lo del tsunami.
- Sí, qué horror, ¿no?
- Llevo cinco días sin poderme despegar de las imágenes de los noticieros de televisión.
- Yo no tengo tiempo para ver televisión.
- Yo tampoco, pero ante una tragedia como esa, es obligatorio, en conciencia, interesarse y enterarse de todo.
- Yo leo en la Internet periódicos de todo el mundo...
- No es lo mismo. Todas las palabras inventadas en cualquier idioma no alcanzan a transmitir lo que una sola de esas imágenes. Una vez, en Italia, lo discutí con Zeffirelli, en una capilla medieval donde estaba filmando. Y también peleé sobre la misma idea con Álvarez Gardeazábal, en Cali.
- Y si te tiene tan conmocionada esta catástrofe, ¿por qué no le escribes un poema?
- Precisamente, eso era lo que te iba a contar: Ayer me sentí con la obligación de hacerlo, pero, después de sacar pluma y papel y quedarme en suspenso, como nunca me había pasado, me di cuenta de que me resultaba imposible...
- ¿Por qué?
- Porque es demasiado: tendría que escribir párrafos y párrafos para describir a medias tanto destrozo, tanta desolación, tanta miseria, tanta muerte y tanto dolor.
- Lo que una imagen logra en un instante...
- Y además me quedaría corta. Sólo para describir los pedazos de escombros de pedazos de hogares, gastaría páginas y no causaría el espanto que produce ver los hechos en los videos.
- Tienes razón.
- Quedé tan estupefacta, que la única frase que pude inventar fue: “reniego de la poesía”. Hace tiempos que vengo pensando que la poesía no sirve para nada. Esto fue el golpe final. Ya me convencí de que ni las palabras, ni las columnas de opinión tienen el efecto deseado y necesario.
- Por el contrario, el arte siempre será el mejor medio para expresar sentimientos y lograr catarsis.
- Sí, algunas veces y algunas otras manifestaciones del arte, como la plástica y el cine.
- Y la música.
- La música, a veces, y dependiendo de lo que se trate.
- Precisamente, hoy te iba a contar del concierto en el que estuve ayer, de la Orquesta Sinfónica NHK, del Japón, bajo la dirección del celebérrimo André Previn y la actuación de Kiri Te Kanawa. Fue increíble.
- ¿La orquesta más antigua e importante del Japón, en esta mismísima semana del tsunami, tocando en Montreal? ¡No lo puedo creer!
- Sí, justamente, lo convirtieron en un acto de duelo y de conmemoración. A pesar de que varios de los miembros de la orquesta perdieron sus casas en el siniestro, el espíritu de disciplina y de compromiso de estos músicos les dio fuerzas para atender con estoicismo la cita programada. Desde antes de que la orquesta hubiese ejecutado una sola nota, el público se puso de pie para ovacionar su esfuerzo, que tanto coraje exigió.
- Sí, en todo el mundo se está hablando de la organización, la disciplina, la resistencia y la serenidad que han exhibido los japoneses. ¿Y qué tocaron?
- Aparte de las Últimas Cuatro Canciones de R. Strauss, en la voz de la diosa Te Kanawa, ejecutaron la quinta sinfonía de Prokofiev y una obra del moderno compositor japonés Takimitsu, esquemática al modo de los paisajes japoneses en tinta y de los haikús. Pero lo más pertinente y conmovedor, tratándose del momento, fue que abrieron dedicando un adagio de Bach (Aria en la Cuerda de Sol) a la memoria de las víctimas, en forma de réquiem.
- ¡Qué fortaleza de espíritu! Sí, ese es uno de los casos en que la música puede hablar tanto como las imágenes.
- Y en esta noche, el duelo era doble, ya que no sólo la patria de la orquesta estaba desgarrada, sino también la de la soprano Te Kanawa, Nueva Zelanda, que también acaba de sufrir un terremoto.
- Debió ser sobrecogedor. ¿Y Previn dijo algo?
- Previn, que sigue dirigiendo (sentado) a sus 82 años, anunció que donaría una parte de sus honorarios para los damnificados. A esto se sumó una colecta que la Cruz Roja hizo durante el intermedio con el mismo fin.
- Si las palabras por una causa tuvieran el efecto o el mismo peso del dinero de las colectas... Pero, bueno, ya resultamos los dos escribiendo en un chat un montón de palabras que forman una columna sobre la angustia que le han producido al mundo las tragedias de los japoneses.
Fernando Botero, Olga Elena Mattei y Sergio Esteban Vélez |
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Hola, Sergio Esteban, ¿cómo estás?
- Qué hay, Olga Elena, ¿cómo estás tú?
- Yo, asfixiada, hundida con lo del tsunami.
- Sí, qué horror, ¿no?
- Llevo cinco días sin poderme despegar de las imágenes de los noticieros de televisión.
- Yo no tengo tiempo para ver televisión.
- Yo tampoco, pero ante una tragedia como esa, es obligatorio, en conciencia, interesarse y enterarse de todo.
- Yo leo en la Internet periódicos de todo el mundo...
- No es lo mismo. Todas las palabras inventadas en cualquier idioma no alcanzan a transmitir lo que una sola de esas imágenes. Una vez, en Italia, lo discutí con Zeffirelli, en una capilla medieval donde estaba filmando. Y también peleé sobre la misma idea con Álvarez Gardeazábal, en Cali.
- Y si te tiene tan conmocionada esta catástrofe, ¿por qué no le escribes un poema?
- Precisamente, eso era lo que te iba a contar: Ayer me sentí con la obligación de hacerlo, pero, después de sacar pluma y papel y quedarme en suspenso, como nunca me había pasado, me di cuenta de que me resultaba imposible...
- ¿Por qué?
- Porque es demasiado: tendría que escribir párrafos y párrafos para describir a medias tanto destrozo, tanta desolación, tanta miseria, tanta muerte y tanto dolor.
- Lo que una imagen logra en un instante...
- Y además me quedaría corta. Sólo para describir los pedazos de escombros de pedazos de hogares, gastaría páginas y no causaría el espanto que produce ver los hechos en los videos.
- Tienes razón.
- Quedé tan estupefacta, que la única frase que pude inventar fue: “reniego de la poesía”. Hace tiempos que vengo pensando que la poesía no sirve para nada. Esto fue el golpe final. Ya me convencí de que ni las palabras, ni las columnas de opinión tienen el efecto deseado y necesario.
- Por el contrario, el arte siempre será el mejor medio para expresar sentimientos y lograr catarsis.
- Sí, algunas veces y algunas otras manifestaciones del arte, como la plástica y el cine.
- Y la música.
- La música, a veces, y dependiendo de lo que se trate.
- Precisamente, hoy te iba a contar del concierto en el que estuve ayer, de la Orquesta Sinfónica NHK, del Japón, bajo la dirección del celebérrimo André Previn y la actuación de Kiri Te Kanawa. Fue increíble.
- ¿La orquesta más antigua e importante del Japón, en esta mismísima semana del tsunami, tocando en Montreal? ¡No lo puedo creer!
- Sí, justamente, lo convirtieron en un acto de duelo y de conmemoración. A pesar de que varios de los miembros de la orquesta perdieron sus casas en el siniestro, el espíritu de disciplina y de compromiso de estos músicos les dio fuerzas para atender con estoicismo la cita programada. Desde antes de que la orquesta hubiese ejecutado una sola nota, el público se puso de pie para ovacionar su esfuerzo, que tanto coraje exigió.
- Sí, en todo el mundo se está hablando de la organización, la disciplina, la resistencia y la serenidad que han exhibido los japoneses. ¿Y qué tocaron?
- Aparte de las Últimas Cuatro Canciones de R. Strauss, en la voz de la diosa Te Kanawa, ejecutaron la quinta sinfonía de Prokofiev y una obra del moderno compositor japonés Takimitsu, esquemática al modo de los paisajes japoneses en tinta y de los haikús. Pero lo más pertinente y conmovedor, tratándose del momento, fue que abrieron dedicando un adagio de Bach (Aria en la Cuerda de Sol) a la memoria de las víctimas, en forma de réquiem.
- ¡Qué fortaleza de espíritu! Sí, ese es uno de los casos en que la música puede hablar tanto como las imágenes.
- Y en esta noche, el duelo era doble, ya que no sólo la patria de la orquesta estaba desgarrada, sino también la de la soprano Te Kanawa, Nueva Zelanda, que también acaba de sufrir un terremoto.
- Debió ser sobrecogedor. ¿Y Previn dijo algo?
- Previn, que sigue dirigiendo (sentado) a sus 82 años, anunció que donaría una parte de sus honorarios para los damnificados. A esto se sumó una colecta que la Cruz Roja hizo durante el intermedio con el mismo fin.
- Si las palabras por una causa tuvieran el efecto o el mismo peso del dinero de las colectas... Pero, bueno, ya resultamos los dos escribiendo en un chat un montón de palabras que forman una columna sobre la angustia que le han producido al mundo las tragedias de los japoneses.
Foto: Blog Sergio Esteban Vélez Peláez.
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