El abad le preguntó a su alumno preferido cómo andaba su progreso espiritual. El alumno respondió que estaba consiguiendo dedicarle a Dios todos los momentos del día.
-Entonces, ya sólo te falta perdonar a tus enemigos.
El muchacho se quedó desconcertado:
-¡Pero si yo no odio a mis enemigos!
-¿Tú crees que Dios está enfadado contigo?
-¡Claro que no!
-Y de todas maneras tú imploras Su perdón, ¿no es verdad? Pues haz lo mismo con tus enemigos, aunque no los odies. El que perdona está lavando y perfumando su propio corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Normas para comentar:
* Serán borrados los comentarios que contengan injurias a cualquier persona, incitación o apología a la violencia.
* Los comentarios que contengan más de dos enlaces pasarán a moderación hasta tanto se verifiquen las páginas web recomendadas en él.
* Los filtros de Blogger borrarán automáticamente todos aquellos comentarios que contengan palabras obscenas o textos que estén repetidos.
* Si se quieren agregar largos documentos para apoyar un comentario, lo mejor será escribir solamente el enlace a la página web donde se puede leer el texto del mismo.
* Se excluirá de los comentaristas a aquellos que usurpen la personalidad de otros.
* No se podrán publicar comentarios que no usen el alfabeto latino.
* Se recomienda enfáticamente no incluir comentarios escritos todos en mayúsculas, pues se considerará como un grito o un alarido.
©Pablo Felipe Pérez Goyry. Todos los derechos.