Por Pablo Felipe Pérez Goyry.
Descubrimiento y Colonización de Cuba (2)
En 1763, después de finalizar la guerra de los Siete Años, la corona cambia su política en la isla, que estimula la colonización, el desarrollo de la agricultura, y la expansión del comercio. Se hace más rentable la naciente industria del azúcar, que se beneficia por la destrucción de la economía azucarera y el café en la vecina isla de Santo Domingo. Esta situación hace de Cuba se convierta en el principal productor de azúcar en el continente. Hacia el siglo XVII, el tabaco se suma como un reglón importante de la economía cubana.
De manera oficial, las restricciones al comercio se eliminan en 1817, lo que facilita el avance económico y cultural en la isla. También, entre 1774 y 1817, la población aumenta de 171.000 habitantes ―44.000 eran esclavos― a más de 550.000.
Ya comentamos de los primeros esclavos traídos de África occidental llegan a Cuba, a mediados del siglo XVI, para remplazar a los aborígenes, porque ya estaban en vías de extinción. Esta necesidad se hace más urgente a finales del siglo XVIII, con el apogeo de la industria azucarera. Por esas fechas aumenta de 60 000 en 1763 a 500 000 en 1841, que va a representar la tercera parte de la población. Se dice que hasta la abolición de la esclavitud, los barcos negreros desembarcaron en Cuba alrededor de un millón de africanos. Más adelante, para solucionar la escasez de mano de obra, llegaron a tierras cubanas unos miles de chinos, indios de Yucatán, y haitianos. También, posteriormente, se asentaron norteamericanos, polacos, italianos, franceses, alemanes, etc., muchos de religión judía.
Esta evidente prosperidad, juntamente con el crecimiento de la ganadería y otros reglones económicos, tendría un alto costo de muerte, tortura y asesinato de las más elementales leyes humanas, por los horrores de la esclavitud en todas sus manifestaciones. Una realidad brutal que obliga a muchos esclavos ha sublevarse o los fuerce la desesperación a suicidarse. Estos excesos, vigorizaran la nacionalidad cubana y muy pronto traería sobresalientes acontecimientos que exacerbaran los anhelos de libertad y soberanía, como el alzamiento de los vegueros en 1717, la sublevación de los mineros de El Cobre en 1731, y el intento separatista de Nicolás Morales en 1795, por solo citar algunos hechos que de alguna manera son síntomas de la reafirmación de la nacionalidad.
De 1779 a 1783, la guerra de independencia de Estados Unidos dio lugar a un comercio muy lucrativo entre las nuevas repúblicas americanas. Además, la sublevación de los esclavos en la vecina Haití (1791-1795) favoreció la economía cubana. Se puede asegurar, que estos sucesos y otros no menos importantes, aumentaron en todos los terrenos las ganancias y fortunas de un selecto grupo de familias criollas y españolas, dejando en la ruina a los pequeños propietarios y especialmente a los productores de tabaco.
Así las cosas, la época que hemos indagado en la historia pretérita cubana está ligada indisolublemente a la de toda Ibero América, como escabroso y resultante proceso de formación estructurada en tres etapas significativas: la América indígena, la América unida a España y Portugal, y la Comunidad Iberoamericana.
En Cuba, la organización colonial española se ha instalado, para bien o para mal. La Iglesia, queda establecida y amalgamada a la corona. Es decir, hacia el siglo XVIII, la sociedad colonial está enraizada y tiene el aparente control del archipiélago. También, los terratenientes criollos hacen su parte en el quehacer económico y político.
Estudiar e incluso tratar de escudriñar detalles de los acontecimientos relacionados con el descubrimiento, conquista y colonización de Cuba, por los españoles, es tarea sempiterna. En lo personal, he tratado de describir algunos eventos relevantes, conciente de no es lo único y mucho menos pensar de lo dicho en estas cuartillas es la verdad absoluta.
A manera de resumen, podemos decir que el descubrimiento, conquista y colonización del archipiélago cubano tuvieron una trascendencia nunca imaginada, entre otras:
La población autóctona a la llegada de conquistadores españoles (1511) era de unas 110 mil personas. Hacia 1550, según lo recoge las Actas Capitulares del Cabildo de La Habana, quedaban menos de 4 mil aborígenes.
La desaparición de los aborígenes, como consecuencia de la brutal conquista e inicios de la colonización, ha obligado a las futuras generaciones de historiadores a basar sus investigaciones en las crónicas y documentos de esos tiempos, y con la ayuda de la arqueología y antropología llegar a temerarias conclusiones. Los primeros restos arqueológicos se descubren en 1847. No obstante, hay tres términos para identificar a los aborígenes cubanos: siboneyes, taínos y guanahatabeyes. Otros estudios señalan que seis mil años antes de la llegada de los aborígenes conocidos, habitaban la isla de Cuba hombres arcaicos, denominados por la ciencia como seres humanos preagroalfareros, que corresponden al período predinástico en Egipto y anterior a la construcción de las grandes pirámides.
Se asegura de que el poblamiento del archipiélago cubano ocurrió por sucesivas migraciones desde tiempos remotos. Así las cosas, quedan truncadas huellas de lo que fue la cultura precolombina cubana, salvo algunos objetos, herramientas y lo escrito por los propios conquistadores y colonizadores. Infortunadamente, nuestras raíces originarias y las pruebas de su presencia en Cuba desde el siglo VIII d. C. son mínimas.
Las raíces lingüísticas de los aborígenes cubanos eran originarias de los araucanos, que reafirma de su procedencia era desde el norte de América del Sur.
Cuando Sebastián de Ocampo termina el bojeo en el 1508, Cuba es clasificada como una isla.
Certifican los documentos de la época, de Cuba es “olvidada” por los españoles hasta 1510. Por esas fechas, Diego Colón (gobernador de Las Indias) y Diego Velásquez (el hombre más rico de La Española), emprenden la conquista y colonización del archipiélago. Este último, debe enfrentar la sublevación de los aborígenes de la zona oriental de Cuba; esta “pacificación” fue sangrienta. El cacique Hatuey, es uno de los mártires de la irracionalidad de los conquistadores.
La crueldad de Francisco de Morales en la región de Maniabón, que repartió a los indígenas como esclavos entre sus hombres y el atropello de Pánfilo de Narváez en Bayamo, que permitió a su tropa apropiarse de las mujeres y les robaran a los pobladores todo lo que tenían, serán eventos que estremecería al más indiferente de los mortales. ¡NAMASTE! [Continúa en HISTORIA DE CUBA: CONTRIBUCIONES PARA EL DEBATE HONESTO (4)]
Ciudad de la Eterna Primavera, Otoño de 2007.
©Pablo Felipe Pérez Goyry.
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