Por Isabel Sánchez.
AFP / La HAabana.
Cuba estará ausente de la Cumbre de las Américas, pero se perfila como gran protagonista del primer encuentro del presidente Barack Obama con sus colegas de América Latina, que piden el fin del embargo a la isla como prueba de un cambio de la política de Estados Unidos hacia la región.
En vísperas del cónclave, que se inicia el viernes y al que Cuba no está invitada, Obama eliminó el lunes todas las restricciones para que los cubanoamericanos viajen a la isla y envíen remesas a sus familiares, una decisión histórica que marcó un giro en la línea dura de su predecesor George W. Bush.
Aunque el líder cubano Fidel Castro minimizó la medida y exigió el levantamiento del ‘‘bloqueo'', fue interpretada por gobiernos, analistas y otros sectores como un gesto de acercamiento a la isla comunista, pero también hacia América Latina.
Países de la región, los más moderados liderados por Brasil y los beligerantes por Venezuela, planean poner en el tapete el embargo vigente desde hace 47 años y el retorno de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA), de donde fue excluida en 1962.
"Se oirán cañones'', advirtió el más firme aliado de Cuba, el presidente Hugo Chávez, quien viajó a La Habana hace unos días para hablar con los hermanos Fidel y Raúl Castro de la Cumbre y preparar un encuentro de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Ese bloque, que forman Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Honduras y Dominica, se reunirá el jueves en una ciudad venezolana para acordar una posición conjunta de cara a la cita continental en Trinidad y Tobago.
Brasil también mueve sus fichas. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que pidió a Obama un acercamiento con Cuba en su visita a Washington en marzo, recibió la semana pasada al canciller cubano Bruno Rodríguez y a un grupo de parlamentarios norteamericanos.
"Cuba será la gran prueba para la política externa estadounidense hacia América Latina'', dijo el canciller brasileño Celso Amorim, para quien la exclusión de la isla de la OEA -razón por la cual La Habana no estará en la Cumbre- es una "anomalía'' que debe corregirse.
Desde ya el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, advirtió que eliminar el embargo es una decisión de Estados Unidos y el posible regreso a la organización un tema a ser visto en Asamblea General en junio.
"No le pediremos de rodillas a la OEA ingresar a la infamia (...). Nos ofende incluso, al suponer que estamos deseosos de ingresar'', escribió el martes el ex presidente Fidel Castro, para quien la Cumbre será "un test de inteligencia y vergüenza''.
El asesor de la Casa Blanca, Jeffrey Davidoff, dijo que Obama no esquivará el tema de Cuba si los latinoamericanos lo plantean, pero matizó al señalar que Washington estima desafortunado que ese asunto domine la Cumbre por encima de preocupaciones como la crisis, la inmigración y el narcotráfico.
"Obama reconoce que el tema de Cuba es de especial importancia para América Latina y debía decir algo acerca de la política hacia la isla antes de ir a Trinidad'', comentó a la AFP Peter Hakim, director de Diálogo Interamericano, de Washington.
Para Peter Kornbluh, analista del National Security Archive de Washington, "Obama sabe que habrá presión en la Cumbre y quiere mostrar que está en el proceso de cambiar la política hacia Cuba'', pero los latinoamericanos no verán la medida sobre los viajes y remesas "como un gran gesto, sino un paso''.
Aunque prometió en campaña aliviar el embargo, Obama nunca habló de eliminarlo. Según The Wall Street Journal, piensa decir en Puerto España a sus colegas que está dispuesto a discutir cómo mejorar las relaciones, pero que Cuba debe adoptar medidas democráticas.
Los analistas coinciden en que más allá de la expectativa sobre Cuba en la Cumbre, tanto La Habana como Washington actúan con cautela y una normalización de las relaciones aún es muy lejana.
AFP / La HAabana.
Cuba estará ausente de la Cumbre de las Américas, pero se perfila como gran protagonista del primer encuentro del presidente Barack Obama con sus colegas de América Latina, que piden el fin del embargo a la isla como prueba de un cambio de la política de Estados Unidos hacia la región.
En vísperas del cónclave, que se inicia el viernes y al que Cuba no está invitada, Obama eliminó el lunes todas las restricciones para que los cubanoamericanos viajen a la isla y envíen remesas a sus familiares, una decisión histórica que marcó un giro en la línea dura de su predecesor George W. Bush.
Aunque el líder cubano Fidel Castro minimizó la medida y exigió el levantamiento del ‘‘bloqueo'', fue interpretada por gobiernos, analistas y otros sectores como un gesto de acercamiento a la isla comunista, pero también hacia América Latina.
Países de la región, los más moderados liderados por Brasil y los beligerantes por Venezuela, planean poner en el tapete el embargo vigente desde hace 47 años y el retorno de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA), de donde fue excluida en 1962.
"Se oirán cañones'', advirtió el más firme aliado de Cuba, el presidente Hugo Chávez, quien viajó a La Habana hace unos días para hablar con los hermanos Fidel y Raúl Castro de la Cumbre y preparar un encuentro de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Ese bloque, que forman Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Honduras y Dominica, se reunirá el jueves en una ciudad venezolana para acordar una posición conjunta de cara a la cita continental en Trinidad y Tobago.
Brasil también mueve sus fichas. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que pidió a Obama un acercamiento con Cuba en su visita a Washington en marzo, recibió la semana pasada al canciller cubano Bruno Rodríguez y a un grupo de parlamentarios norteamericanos.
"Cuba será la gran prueba para la política externa estadounidense hacia América Latina'', dijo el canciller brasileño Celso Amorim, para quien la exclusión de la isla de la OEA -razón por la cual La Habana no estará en la Cumbre- es una "anomalía'' que debe corregirse.
Desde ya el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, advirtió que eliminar el embargo es una decisión de Estados Unidos y el posible regreso a la organización un tema a ser visto en Asamblea General en junio.
"No le pediremos de rodillas a la OEA ingresar a la infamia (...). Nos ofende incluso, al suponer que estamos deseosos de ingresar'', escribió el martes el ex presidente Fidel Castro, para quien la Cumbre será "un test de inteligencia y vergüenza''.
El asesor de la Casa Blanca, Jeffrey Davidoff, dijo que Obama no esquivará el tema de Cuba si los latinoamericanos lo plantean, pero matizó al señalar que Washington estima desafortunado que ese asunto domine la Cumbre por encima de preocupaciones como la crisis, la inmigración y el narcotráfico.
"Obama reconoce que el tema de Cuba es de especial importancia para América Latina y debía decir algo acerca de la política hacia la isla antes de ir a Trinidad'', comentó a la AFP Peter Hakim, director de Diálogo Interamericano, de Washington.
Para Peter Kornbluh, analista del National Security Archive de Washington, "Obama sabe que habrá presión en la Cumbre y quiere mostrar que está en el proceso de cambiar la política hacia Cuba'', pero los latinoamericanos no verán la medida sobre los viajes y remesas "como un gran gesto, sino un paso''.
Aunque prometió en campaña aliviar el embargo, Obama nunca habló de eliminarlo. Según The Wall Street Journal, piensa decir en Puerto España a sus colegas que está dispuesto a discutir cómo mejorar las relaciones, pero que Cuba debe adoptar medidas democráticas.
Los analistas coinciden en que más allá de la expectativa sobre Cuba en la Cumbre, tanto La Habana como Washington actúan con cautela y una normalización de las relaciones aún es muy lejana.
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