Analista y Periodista
Estoy persuadido de que la democracia es una institucionalidad honorable, presidida por normas éticas constitucionales. Sin embargo, después de los últimos acontecimientos en la escena política colombiana, deja desorientado hasta el más ilustrado.
Colombia, un país manoseado hasta el delirio por los caciques, narcotraficantes, guerrilleros, y paramilitares, tienen sumergido al país en la impunidad, corrupción, violencia enquistada por décadas, altos índices de pobreza extrema, etcétera, y, ahora la tienen vapuleada con el referendo para re-reelegir a Álvaro Uribe...
Lo que acontece en Colombia, más allá de las ideas y dogmas, es un fenómeno morbosamente manipulado por caciques y políticos para hacer sus agostos. Pudiera pensarse que es un fenómeno con valor absoluto, empero, es relativo y sin solución a corto o mediano plazo; teniendo como sustento práctico de que esta realidad está amalgamada a la razón existencial.
Un dato curioso, los que promueven y apuntalan la re-reelección de Uribe, son los mismos que sistemáticamente han censurado a Fugimori, Chávez y Correa, por sus reformas constitucionales en sus respectivos países. ¿Acaso no van por el mismo camino los que apoyan la autocracia en cabeza de Álvaro Uribe? ¿No están violentando la constitución y apabullando a los que no están de acuerdo con un tercer mandato del cacique mayor?
Evidentemente, los promotores de la re-reelección no les interesan las opiniones en el ámbito nacional e internacional, y, no les importa dejar evidencias, una y otra vez, que delatan las miríadas de caprichos e irregularidades del gobierno uribista y su séquito.
Mi opinión: Infortunadamente, los respetable dueños de Colombia y sectores sociales de la clase media, entienden que Álvaro Uribe es el Mesías que salvaguardará a los colombianos del narcotráfico y la guerrilla, con la política de seguridad democrática y la confianza inversionista.
La otra Colombia, que es la mayoría, está relegada y a la indiferencia sometida, la que no tiene voz y cuando reclama atención se les tilda de desagradecidos y alborotadores.
Según marchan las cosas, independientemente que Uribe niegue sus intenciones, y después de ver el espectáculo en la plenaria del honorable Senado de la República y el Ministro del Interior, y los posteriores eventos dirigidos por el jefe de la coalición de gobierno para desacreditar al presidente de la cámara de representantes, deja ver que en Colombia la civilidad e institucionalidad democrática está en peligro y carcomida por intereses sórdidos. ¡Alea iacta est! Y como conozco el discurso de los caudillos y caciques, creo en la democracia y soy defendedor de sus principios, me adhiero a los que ven con preocupación de como Colombia transita peligrosamente por el filo de la navaja hacia una autocracia en manos de Álvaro Uribe, el “hombre indispensable”... Es decir, ser o no ser elegido es la cuestión.
*Pablo Felipe Pérez Goyry.
Premio José María Heredia de Periodismo 2008.
Miembro del INPL.
Miembro de la FIPED.
Web Contextus: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
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Correo: pablofeliperezgoyry@yahoo.es
Amigo Pablo, muy bueno el análisis de la situación política en mi país Colombia. Usaste una expresión muy acorde con las circunstancias: transita por el filo de la navaja hacia la autocracia. Quiero añadir que tambien existe un temor dentro de gran parte de la ciudadanía de que si otro "agarra" el poder, no será capaz de hacerle frente a la guerrilla, a los propósitos de chaávez de expandir su famosa "revolución bolivariana", etc.
ResponderEliminarhttp://carloscassiani.blogspot.com
Hola, pienso que para evitar la autocracia, debemos empezar por ir a cumplir nuestro derecho deber, de votar, además considero que en Colombia hay muchos candidatos con buenas propuestas para hacerle frente al problema de la FARC. Recientemente encontré un artículo relacionado con el tema en un portal colombiano dedicado a brindar información clara y objetiva con todo lo relacionado a las elecciones 2010 en Colombia.
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